“En el aula hay que tratar de utilizar multitud de recursos”

El CPR acoge un curso bajo el título de ‘Aprender a aprender’ con la presidenta de la Asociación Pedagógica Francesco Tonucci, María del Mar Romera, como ponente La maestra y psicopedagoga María del Mar Romera será la encargada de dirigir, desde hoy y hasta el viernes, un curso ofertado a maestros y profesores en el Centro de Profesores y Recursos. Unas jornadas de formación donde se aprenderán procedimientos para ‘Aprender a aprender’.
–’Aprender a aprender’, ¿de qué estamos hablando?
–De desarrollar en el alumnado unas habilidades para poder desenvolverse de forma autónoma en un mundo que cambia constantemente. No sería aprender resultados, sino procedimientos.
–¿Como cuáles?
–De búsqueda de información, de resolución de problemas, de análisis, de síntesis, de estrategias de solución... en definitiva, el desarrollo del pensamiento causal, consecuencial y estratégico.
–¿Por qué cree que en la actualidad el éxito educativo debe pasar por este cambio de procedimientos?
–Porque hace unas décadas quien tenía la información tenía el poder y, por lo tanto, la información era un objetivo preciado. Ahora quien tiene la información está en ‘google’, con lo cual tiene el poder quien sabe interpretar, utilizar la información y desarrolla habilidades que le ayudan a desaprender para poder aprender estrategias.
–¿Se trata de que nuestros alumnos accedan, por tanto, al poder?
–Se trata simplemente de que tengan la posibilidad de elegir, de decidir sobre su vida y sobre su entorno. No de ejecutar, sino desarrollar un pensamiento crítico que les permita tomar decisiones responsables.
–¿La manera de motivar debe ser igual en niños pequeños y mayores o existen diferentes técnicas según el nivel?
–Las estrategias didácticas de aplicación en aula deben estar determinadas por las características del alumnado, pero el enfoque genérico sí que debe de ser el mismo. Es decir, es una búsqueda de la automotivación frente a la motivación extrínseca de la persona. Es decir, en otra época educativa la motivación extrínseca era válida porque podíamos encontrar una recompensa externa. En el día de hoy consiste en buscar los mecanismos de excelencia de cada alumno para que sea el proceso de la automotivación el que realmente garantice el éxito.  
–Si bien ha dicho que “no se trata de aprender resultados”, bien sabe que al final necesitamos conocer si estamos en el camino correcto midiendo de algún modo lo logrado. ¿Cuándo y de qué manera se ven?
–De la misma manera, la diferencia está en conceptualizar el resultado, pues éste siempre debe estar para que el procedimiento de enseñanza sea eficaz. En otra metodologías se suele hablar de resultados cuantitativos mientras que en este caso si trabajamos estrategias y habilidades por competencias también se obtienen resultados. Nuestros niños tienen que leer, escribir, sintetizar, hablar, tener un pensamiento crítico, utilizar habilidades comunicativas y sociales... El objetivo no es el reproductivo, saberse de memoria una lista.
–¿El libro de texto queda desterrado si se siguen estos nuevos procedimientos?
–Es un instrumento y, en sí mismo, ni es bueno ni es malo. Todo depende de la utilización que hagamos de él. Todo depende de la habilidad y la competencia profesional a la hora de utilizarlo. Los recursos dentro del aula deben ser múltiples. El libro, la red, las revistas científicas... se deben utilizar multitud de recursos que generen multitud de contextos.
–¿Es hoy más necesario que hace décadas motivar al alumno?
–Aunque parezca una contradicción, la hipotética sociedad del bienestar conlleva una dependencia absoluta por parte de los chicos. Es decir, cuanto más fáciles son las cosas más difíciles se las ponemos porque menos autonomía se conquista. Por ello era más fácil motivar con elementos extrínsecos a mi padre, porque no lo tenía, que a mi hija. Por lo tanto las habilidades se nos complican en tanto que el profesorado debe desarrollar habilidades de automotivación. Autocontrol, autosuperación... que lleven a la infancia y también a los adultos a marcarse sus propios objetivos y sus propias estrategias de conquista.
–¿Con qué tipo de ejemplos va a ilustrar el curso del CPR que imparte?
–Vamos a ver talleres de escritura funcional, de hábito lector y estrategias de resolución de tareas de distintos tipos. Tanto inferenciales, de conexión y de reflexión... trabajando contextos concretos.
–En general, por lo que suele ocurrir siempre que se organiza un curso del CPR, la mayor parte de los rostros son jóvenes, de maestros con no mucha experiencia. Sin embargo, es importante también que quienes llevan muchos años en la docencia conozcan y apliquen los nuevos procedimientos, ¿no’
–Le rebatiré. No es precisamente la gente más joven la que está más motivada y preparada. Es muy curioso pero existe un intervalo de profesorado con bastantes años de experiencia, que viene de otro perfil de formación pero que está tan motivado como la gente más joven. Mi impresión general en la formación que he desarrollado por toda la península y fuera de ella no es precisamente que haya un perfil más ávido de formación, en absoluto. Nos encontramos con personas cercanas a la jubilación absolutamente motivadas y otras recién salidas de la facultad bastante desmotivadas, quizás como consecuencia del sistema educativo que hemos sufrido en los últimos tiempos. Al final es una cuestión de profesionalidad y quizás sea ahí donde radica la clave del éxito futuro. A la docencia deben ir los mejores en todos los sentidos. En afecto, porque no se puede trabajar con una niña si no se quiere, y también a nivel de capacitación didáctica y profesional porque trabajan con la materia prima más preciada de todo el universo, los niños.