El doctor en Ciencias Biológicas Francisco Victoria advierte de que en Ceuta las empresas deben ser ecoeficientes, más si cabe, porque la energía y el agua son costosas en cuanto a emisiones El Hotel Ulises acoge hoy a partir de las 10:00 horas las jornadas ‘Cambio climático y oportunidades de negocio’, organizadas por Procesa en el marco del proyecto Asoclym. Uno de sus participantes, el doctor en Ciencias Biológicas Francisco Victoria Jumilla, atendió a ‘El Faro’ para hablar de estos asuntos.
–¿Cómo se relaciona el asunto del cambio climático con la sostenibilidad en las pymes?
–Aunque en España ahora parece que todo es crisis económica, los países donde terminan nuestros productos y los que definen las características de la economía y los mercados son los que tienen una sensibilidad especial por el cambio climático. Por ello, si queremos estar dentro de la economía del siglo XXI tendremos que introducir en nuestra actividad empresarial el criterio de ser respetuoso con el medio ambiente y, especialmente, con el cambio climático, ya que los consumidores europeos son muy sensibles.
–¿Los españoles también están concienciados con que las empresas cuiden esta parte de su política?
–No tanto, y se puede ver analizando los eurobarómetros, que son encuestas oficiales que hace la Comisión Europea y donde lógicamente destacan países como Alemania, Inglaterra, Holanda o Suecia. En estos países el ciudadano tiene una opinión de que el problema del cambio climático es importante. En los últimos eurobarómetros, a la pregunta de cuál es el problema más importante, para la mayor parte de los europeos del norte y centro de Europa el segundo es el cambio climático, y la crisis está en tercer lugar. En principio parece raro pero es que la crisis se está cebando con los países del sur, y en el centro y norte de Europa tienen otras preocupaciones, entre ellas el cambio climático.
–¿Qué características debemos imprimir a nuestra empresa para hacer que sea ecoeficiente?
–Lo primero que tenemos que ver es que la ecoeficiencia es un concepto que viene muy bien para la actividad económica. Se le pide a la actividad empresarial que haga esfuerzos por ser respetuosa con el medio ambiente si esos esfuerzos vienen asociados a ventajas económicas, si no no es ecoeficiente. Hay muchas prácticas que son ventajosas con el medio ambiente pero siguen siendo muchos más costosas económicamente, pues estas no son de ecoeficiente. Hay que ir seleccionando aquellas prácticas y opciones empresariales que permitan reducir los costes y las facturas, mejorar los resultados y, al mismo tiempo, mejorar el medio ambiente, porque estaremos coincidiendo con la opinión generalizada de los países que lideran Europa. Estaremos conectando con el siglo XXI y al mismo tiempo ahorrando dinero.
–¿Cuáles son las prácticas que hacen que se consiga?
–La tecnología ha puesto a punto para todo el mundo la viodeconferencia. Por 50 euros es posible que una empresa de Ceuta conecte con unos comerciales en un radio de cientos de kilómetros , ahorrándose así el transporte y horas de trabajo en ir y venir cada vez que tengan que verse para reuniones de coordinación. Voy a poner un ejemplo en el que, con este sistema, se estaban ahorrando cerca de 3.000 euros al año, y eso además supone dejar de emitir por los transportes que se utilizaban unas 3 toneladas de CO2. Con lo cual, miel sobre hojuelas, porque encaja perfectamente: colaboras en la mitigación del cambio climático y, además, es evidente que ahorras dinero. Así puedes encontrar un montón de pequeños acuerdos. No se trata de cambiar la tecnología de la producción o de negocio, sino pensar dónde podemos ahorrar dinero en lo que estamos haciendo y encima ser ambientalmente correctos. En Ceuta hay muchos ejemplos. En esta ciudad, la energía eléctrica que se consume cuesta a nivel ambiental y de emisiones de CO2 el doble de lo que cuesta producirla en la península, y el agua también es enormemente costosa en cuanto a emisiones porque el 80 por ciento que se consume en Ceuta es desalada, y desalar el agua del mar cuesta dinero y cuesta mucha energía. Esta energía la produce la central térmica consumiendo miles de toneladas de fuel, exactamente 600 gramos de CO2 por cada kilovatio que se consumen en las viviendas o empresas ceutíes.
–Entonces, debería ser una prioridad en Ceuta, más si cabe, tratar de ser ecoeficiente.
–Más si cabe, efectivamente. Ser ambientalmente responsable en Ceuta es importante porque es costoso ambientalmente producir la energía y el agua y, al mismo tiempo, esa insularidad permite poner en marcha muchas de las medidas de ecoeficiente. En cualquier caso, además de la cuenta de resultados que es lo que cada empresario va a ver, que al menos sepa que con cualquier pequeño esfuerzo, además de en su cuenta de resultados, es un grano de arena con el que se contribuye a la cuenta de resultado de nuestro país. Esto es así porque como tenemos que entregar las cuentas del Protocolo de Kioto de 2012 y 2014 y este consistía en que teníamos que reducir nuestras emisiones como país en un determinado porcentaje en el periodo 2008-2012 con respecto a 1990 y lo estamos incumpliendo, el Ministerio está saliendo a comprar derechos de emisión a países como Polonia, y nos estamos gastando al año 150 millones de euros, en un momento en el que el país no está para gastar dinero. Por ello, cualquier contribución es un hecho que puede ir contribuyendo en que España tenga que comprar menos para poder cumplir con los compromisos internacionales.
–¿Hay aún empresarios que se unen a estas medidas más por imagen que por una conciencia de que es lo que se debe hacer?
–Puede ser que todavía haya alguien, pero yo creo que cada vez están más sensibilizados. Los empresarios españoles se reúnen con los de otros países, ven por dónde van los tiros, que están conectados al mundo a través de Internet y saben cuáles son los efectos negativos que está teniendo el cambio climático y que es muy lento, y este es el gran problema, que es inexorable. Por esto el número de empresarios sensibles ha aumentado. En cualquier caso, desde un punto de vista egoísta del medio ambiente y del ciudadano, casi nos daría igual si lo hacen desde un punto de vista o de otro, porque si lo hacen aunque sea solo por marketing hemos ganado la batalla porque los estaríamos forzando con la opinión que tiene el consumidor a la hora de comprar y con la que generan los medios de comunicación, que son muy sensibles con estos temas. Creo que el proyecto Asoclym viene a multiplicar la posibilidad de que el marketing se visualice por los pequeños empresarios y sociedades, porque permite que su pequeño esfuerzo lo haga público a partir de una página web. De otra forma le hubiera costado trabajo comunicar su gesto voluntario de responsabilidad ambiental. La gran ventaja y el gran valor es sumarse a estos acuerdos voluntarios sin tener obligación de hacerlo.
–¿Tienen las ceutíes obligación de sumarse a estos acuerdos?
–Todas las empresas de Ceuta, excepto una, no tienen obligaciones de reducir sus emisiones. Solo la central térmica diesel de Ceuta está obligada a reducir sus emisiones o a pagar. Está obligada a participar en el comercio de derechos de emisión, que es que tiene que salir al mercado a comprar más derechos para entregar tantos en el registro público como emisiones ha tenido durante el año. Compra a quienes han hecho las cosas bien, les han sobrado derechos y los ponen en venta. La oferta y la demanda define a través de las bolsas y de las plataformas electrónicas de negociación el precio de la tonelada de CO2. Cualquier otra empresa no tiene obligación, por lo que si es capaz de pagar sus facturas nadie les obliga a consumir menos, por lo que la única posibilidad de estimular que reduzcan las emisiones y el consumo es a través de la ecoeficiencia y el marketing, ofreciéndoles plataformas como esta de Procesa.
–¿Qué empresa se puede poner en España como ejemplo?
–Hay grandes empresas que hacen grandes esfuerzos en reducir sus emisiones y transformar su consumo a base de energías renovables. Hay grandes empresas incluso que ofrecen y consumen energía verde, que es producida por energías alternativas. Por ejemplo, me ha gustado mucho ver los esfuerzos que hace la Autoridad Portuaria y que ha plasmado en su Memoria de Sostenibilidad, que se pueden consultar en su página web. Este esfuerzo llega incluso a reducir el consumo de papel, que es importante en cualquier oficina. Tenía un montón de formularios que suponían miles de kilos en papel y lo ha trasladado a un programa electrónico de solicitud. También me ha gustado la eficiencia de alumbrado en la zona portuaria. Muchísimas empresas lo hacen de forma callada, por lo que con escaparates como este de Procesa lo tienen más fácil para comunicarlo.