Corría el año 2000 cuando abogados de toda España decidían unirse para constituir la asociación ‘Juristas contra el Ruido’, encargada de abordar todas aquellas causas relacionadas con una problemática que la administración no consigue abordar al nivel que se merece. Su presidente, Joaquín Herrera del Rey, aborda con ‘El Faro’ esta situación haciendo hincapié en el tratamiento que se da en Ceuta a todos los asuntos que tengan vinculación con el ruido. Un tema que cobra ahora especial importancia tras conocerse la sentencia, firme, dictada por el Contencioso Administrativo que, por vez primera, ordena la retirada de licencia de pub a un establecimiento al no haberse tenido en cuenta los efectos aditivos del ruido. En esta la plaza de Ricardo Muñoz existen hasta 14 informes de la Policía Local que señalan la concentración de ruido en una misma plaza, aún así la Ciudad otorgó otra licencia de pub.
–¿Cómo considera que está la situación del ruido en Ceuta por su experiencia como abogado especializado en la contaminación acústica?
–Nosotros, como abogados especializados en la contaminación acústica tratamos todo tipo de casos y situaciones, pero quiero dejar claro que no vamos contra los empresarios ni contra la administración sino contra un desecho, que es el ruido, que no tiene utilidad alguna y que causa problemas graves en la salud. En el año 2000 se publicó un estudio del INE en el que se recogía el ruido en las distintas comunidades autónomas y ya aparecía Ceuta en donde se sobrepasaba el 40% de las denuncias por ruido, escandalosamente por encima de las demás comunidades. Ya en el año 2008 se vuelve a hacer una encuesta parecida, y en el caso de Ceuta las denuncias sobrepasan el 32.7%, cuando la media nacional era el 25.1%: otra auténtica barbaridad. Con esto le quiero decir que el problema del ruido en Ceuta es serio y grave, detecta una inoperancia, una dejadez y una falta de sensibilidad por parte de la administración pública. Hay un interés por esconder el problema.
–¿No se está haciendo lo que se debe para aminorar esos datos porcentuales?
–Exactamente. Yo he tenido reuniones con las distintas autoridades de Ceuta y he observado una falta grave de sensibilidad, una indolencia en la búsqueda de soluciones eficaces, lógicas y congruentes.
–¿Por qué cree que se adopta esta postura?
–La legislación lo que dice es que hay que equilibrar los intereses en juego: el de unas personas de tener negocios y el derecho de otros a vivir en salud en sus propios domicilios. Dese cuenta que el derecho a la salud es un derecho fundamental que se une al de la intimidad; es un derecho prevalente. Qué sucede con las autoridades en Ceuta..., que no tramitan las denuncias, que no toman medidas eficaces y se limitan a ofrecer meros formularios sin decir qué medidas correctoras hay que tomar. Prefieren cobrar impuestos de hostelería y aprobar las licencias de apertura de establecimientos sin, realmente, hacer estudios serios, le tienen alergia a los procedimientos como hay que llevarlos. Es decir, habría que escuchar a los vecinos, a las personas afectadas... antes de hacer algo y aquí se saltan ese trámite porque les da miedo lo que le puedan decir los vecinos, porque no tienen el espíritu democrático que deberían tener o porque tienen más interés en cobrar tasas que hacer las cosas de otra manera. No se trata de que no existan esas actividades sino de que existan pero dónde deben estar. No podemos poner una central nuclear al lado de un hospital o un vertedero al lado de un instituto que se dedique a problemas pulmonares ¿no?
–Eso es lo que ha sucedido al otorgar licencias de pub en una plaza céntrica, la de Ricardo Muñoz, sin tener en cuenta los efectos aditivos del ruido...
–La ley es clara y dice que hay que tener en cuenta los efectos aditivos por ruido: no es lo mismo que despegue un avión a que lo haga uno cada minuto. No es lo mismo que un vecino haga una fiesta un día al año a que lo haga todos los días, eso no lo puede soportar nadie y es algo intolerable. Aquí no se ha tenido en cuenta esos efectos ni se dice qué medidas correctoras cabe tomar antes de dar una licencia. Tampoco se realizó el trámite de alegaciones vecinales que es fundamental porque los vecinos que viven allí conoce mejor que la administración los problemas que hay en la zona. Hablamos de zonas acústicamente saturadas. La administración de Ceuta no hace nada.
–¿Cómo califica la sentencia dictada por el Contencioso Administrativo que por vez primera condena a la Ciudad a retirar la licencia de pub a un bar-cafetería por no tener en cuenta esa suma de ruidos en la plaza?
–Es una sentencia importante porque está muy bien estudiada. Un abogado y un señor pueden tener razón en una causa pero luego hay un juez que dicta una sentencia muy bien fundada en derecho, que es lo que ha ocurrido aquí.El problema del ruido es un asunto grave que afecta a la salud, no estamos hablando de un problema nimio. El ruido, como regla general, produce ansiedad, debilidad, insomnio, produce problemas cardiovasculares y digestivos además de agravamiento de la diabetes. Sobre todo el problema más claro es el de la subida de tensión y los infartos.
–¿Más infartos?...
–Está demostrado que los días que hay más ruido en la ciudad, los ingresos hospitalarios se incrementan sustancialmente. Ante esto, en materia medioambiental debemos respetar varios principios: la precaución y cautela, ya que nunca se puede aprobar una actividad que puede causar problemas, es como si uno tuviera un niño y le fuera a dar un cuchillo bien afilado... Cómo una administración va a decir: bueno, voy a probar a dar la licencia a cinco veladores, cinco pubs, con la actividad que genera al exterior en un núcleo residencial en donde viven decenas de familias... y además van a cerrar a las cuatro o las cinco de la mañana...
Vamos a suponer que los empresarios son los más honestos del mundo, que son un encanto que no quieren molestar a nadie, bien, pero cuando salgan esas personas del local, a las cuatro o las cinco de la madrugada, van a armar ruido y cuando terminen la actividad van a sacar la basura y van a provocar ruido... aunque no lo quieran, permitir tanta actividad conjunta es poner una bomba. Esas personas que viven en ese entorno y se tengan que levantar al día siguiente a las siete de la mañana sin haber podido dormir... dígame cómo van a estar. Esto es como si se estudiara la repercusión medioambiental del AVE Sevilla-Madrid pero para que nos dé resultados positivos lo vamos a trocear, estudiando los tramos por partes. Aquí se ha hecho igual, estudiando cada actividad por separado, sin atender el problema general de la plaza a pesar de que lo dice la Policía Local en sus informes.
Me hace gracia cuando se dice que se va a solucionar el problema creando una ordenanza nueva... eso es insultar a la inteligencia de las personas, lo que tiene que hacer la administración es cumplir las normas actuales, aunque sean malas, porque esas normas están diciendo que hay que cumplir los efectos indirectos del ruido, los aditivos y acumulativos del ruido; escuchar las alegaciones vecinales, poner medidas correctoras y no ‘quedarse’ con los vecinos. Hay que ser serios y tramitar las denuncias, que no se está haciendo y eso, les recuerdo, lleva responsabilidad penal. No se puede tomar el pelo a los afectados como se está haciendo, hay que actuar. Una administración no puede poner todo el servicio público al servicio contra el medio ambiente como se está haciendo.
–¿Cuál es a su juicio el problema básico de Ceuta en esta materia?
–Primero no hay una administración única que trate este asunto del ruido, que en Ceuta se reparte entre Fomento y Medio Ambiente Las licencias las da Fomento y cuando alguien quiere denunciar, unas las mandan a Turismo, otras a Aperturas, otras a Medio Ambiente, otras a Fomento... Sucede que cuando uno quiere buscar una denuncia, no se encuentra o no la quieren encontrar y no se tramitan. Me parece ahora una tomadura de pelo que la administración, en respuesta a la sentencia, diga que se van a aprobar unas ordenanzas. No hace falta que aprueben tantas ordenanzas lo que tienen que hacer es cumplirlas y ya está. Controlar qué licencias se da y vigilar que ese establecimiento cumple con la normativa y con el horario que se le da, compatible con las actividades residenciales.
El problema que se da ante esta situación es que se coloca al ciudadano contra todo un equipo de la administración que se preocupa en actuar contra el ciudadano. Eso es lo triste.
–¿Ante este callejón sin salida qué les sucede a las personas que tienen un problema de ruido y no encuentran solución?
–Eso está estudiado. Mire primero a esas personas les surge lo que se llama un odio al propio domicilio, porque, primero, uno ya no está tranquilo. Acaba la jornada laboral y vuelve a su casa creyendo que va a un castillo y cuando llega se le revuelve el estómago porque nunca sabe cuándo va a haber ruido. Ese sufrimiento es constante, antes del ruido porque no saben cuándo se va a producir, durante y después. Odian su casa. Otra consecuencia es la llamada impotencia aprendida: las personas se bloquean. Al no descansar bien, los problemas que asumimos bien si estamos serenos y descansados, nos bloqueamos. Hay problemas de concentración porque no hay tranquilidad emocional, se carece de la capacidad para hacer frente a algo porque estamos agotados. Y agotados no sólo por el ruido sino porque la administración llega con todo su equipo, con toda su fuerza para atacarnos.
El no tener en cuenta la participación ciudadana, las alegaciones de los vecinos, el saturar una plaza con veladores -hasta cinco-... demuestra lo que hay, dando privilegios contaminantes a unos señores con un espacio que es de todos. Lo básico en este asunto que es la legislación europea, los principios fundamentales en medio ambiente, en Ceuta, se lo pasan por el forro de sus cabellos.
Los principios son: corrección en el foco; de precaución y cautela; protección a la salud y el que contamina paga. Aquí en Ceuta es: principio de precaución... aprobamos un montón de actividades en una misma zona; corrección en el foco... no, que cada uno se corrija como pueda, que se coloque doble ventana en sus casas que ellos no van a limitar ni horarios ni actividades; protección a la salud... me da igual que las personas estén fastidiadas; y el que contamina paga... que en Ceuta es el que contamina se enriquece con consentimiento de la administración pública.
Los cuatro principios básicos de la normativa europea no se dan en Ceuta, será que no debe ser Europa.