El último salto de la valla, protagonizado por algo más de 600 personas, ha tenido un efecto perverso en las redes sociales. A las opiniones legítimas que puedan tener los ciudadanos sobre lo sucedido, se ha sumado una campaña de despropósitos, mentiras, acosos e insultos que han tenido víctimas distintas: desde medios de comunicación puestos en el punto de mira de auténticas hienas por publicar reportajes u opiniones que no les gustan hasta todo tipo de entidades.
Víctimas como Clemen Núñez, director de Socorro de Cruz Roja, quien en las últimas horas ha sido objeto de una auténtica campaña de acoso y derribo que ha terminado extrapolándose a la propia entidad humanitaria. De él se han dicho barbaridades, se le ha insultado, se ha animado incluso a que le arrojen cal viva, se le ha señalado en base a mentiras, poniendo en su boca interpretaciones de unas palabras ofrecidas durante una entrevista hecha por un medio nacional en televisión.
El borreguismo colectivo se ha dado la mano para, en base al típico ‘dicen que ha dicho’, linchar a este profesional de la Cruz Roja con un odio tal que ha terminado extendiéndose a la propia entidad humanitaria. En un ambiente caldeado, en un fuego que personajes de la calaña del líder de VOX se encargan de avivar, se han ido acumulando mensajes amenazantes, insultantes, sustentados en un odio que nunca debería ser permitido y que se ha cebado con la persona de Clemen Núñez. La Guardia Civil, en una actitud que le honra, no ha perdido el tiempo en salir al paso para defender públicamente a Núñez, al que definen como “un compañero”, un “profesional más” que siempre ha apoyado en todas las emergencias, que son muchas, que se producen en una Ceuta expuesta a los fenómenos migratorios.
La Guardia Civil sale públicamente a decir verdades, no a continuar con las mentiras dañinas, con las malas intrepetaciones que han ido a más en grupos de redes sociales como el de Ceuta Insegura. Lo dice la Benemérita pero también esta Casa, El Faro, que ha sido testigo en incontables ocasiones de los saltos a la valla y las llegadas de pateras coincidiendo en su labor informativa con el propio Núñez y los trabajadores y voluntarios de Cruz Roja movilizados. Que alguien se permita el lujo de atacar de una forma tan grave a Núñez y, por extensión, a la entidad humanitaria es tan bajo, tan inmoral e indecente que solo merece una condena pública. Y la merece porque frente a ese cúmulo de falsedades y de odios debe prevalecer la verdad, que no es otra que la defensa a ultranza de un hombre de bien, que siempre está en todas las entradas de inmigrantes, que colabora con todos, que permanece en primera línea como los voluntarios de Cruz Roja. Lo hace mientras quienes se hinchan de odio en sus sillones, quienes viven al margen de un drama que a diario llega a nuestras fronteras se permiten el lujo de seguir conclusiones incendiarias, inciertas, sacadas de contexto e injustas.
Ni Clemen Núñez ni la Cruz Roja se merecen esto. Afortunadamente contra la sinrazón de unos siempre prevalecerá la verdad del resto.
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