La empresa de autobuses Hadú Almadraba acudirá a los Juzgados para solicitar a la Ciudad el pago de los 600.000 euros que han perdido a lo largo del año pasado como consecuencia de dos circunstancias esenciales: la pandemia y el cierre de la frontera del Tarajal.
Las posturas a lo largo de los últimos meses han sido completamente diferenciadas entre la Ciudad Autónoma y la propia empresa de autobuses. Mientras que la adjudicataria del servicio entiende que la Ley de Contratos establece que cuando no existe ningún tipo de relación contractual cuando finalizada el período de adjudicación, la legislación establece que se están obligados a continuar la prestación de los servicios y que no se pueden negar. De esta manera señala que por parte de la misma Ciudad Autónoma se han de abonar las pérdidas ocasionadas, debido a que el equilibrio económico financiero están obligados a cubrirlo por las circunstancias especial que han ocurrido.
Es verdad que desde el punto de vista político, tanto el presidente de la Ciudad Autónoma como los consejeros que han sido responsables de este servicio, al comienzo la cartera de Fomento y con posterioridad la de Medio Ambiente se han mostrado favorables a que por parte de la Ciudad se buscara una solución para la compensación de estas pérdidas. Sin embargo, resulta que desde los servicios técnicos de la Ciudad Autónoma ha existido siempre un informe negativo en relación a que por parte del Gobierno, dado que no existía ningún tipo de relación contractual, se tuvieran que pagar estas pérdidas.
Recordemos que en la práctica la situación de inestabilidad en la empresa de autobuses comenzó cuando por parte de Marruecos se decidió el inicio del estrangulamiento económico de Ceuta con la puesta en marcha de medidas como el punto y final al comercio transfronterizo o bien los problemas para la entrada todos los días de los trabajadores transfronterizo.
Tengamos en cuenta que la línea de la frontera supone, en realidad, el cincuenta por ciento de los ingresos de la empresa de autobuses y ello, desde luego, a partir de septiembre comenzaron a tambalearse los ingresos. Y la puntilla definitiva fue el cierre de la frontera a partir del mes de marzo como consecuencia del coronavirus y los cuarenta y cinco días de confinamiento en Ceuta al igual que en resto de nuestro país.
Aunque, en los meses siguientes, comenzó a recuperarse la situación, nunca se ha llegado a lo anterior, porque tengamos en cuenta que se ha logrado ir recuperando algo la ocupación, pero se llega aproximadamente a un 42 o 43% de lo que existía antes.
Por tanto, aunque por parte de la empresa adjudicataria se ha estado esperando hasta finales de año por si se producía una respuesta definitiva desde la Ciudad Autónoma, tienen muy claro que ese dinero de las pérdidas a lo largo del pasado año deben recuperarlo de manera muy clara.
Muchos han sido los problemas que tuvieron a lo largo de diferentes meses para el pago de las nóminas a los trabajadores que permanecían en plantilla. Se fue solucionado con distintos métodos todos los meses y en ocasiones con dinero entregado a cuenta por parte de la Ciudad Autónoma de los convenios que mantiene la empresa con la Consejería de Asuntos Sociales para el billete más barato para determinados colectivos. Por otro lado, los propios trabajadores en varias ocasiones tuvieron que emplear el paro para solucionar los problemas de cobro.
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