Emilio Carreira presenta su nuevo libro: “Es un desgarro, hablo del maltrato de los fuertes sobre los débiles”

Pocas presentaciones hacen falta para Emilio Carreira. Hace cuatro años presentó su primer libro La Confesión con el fondo del poder del dinero y cuatro años después cambia radicamente de asunto.

Hijo de una mujer maltratada pretende ser su granito de arena en un mundo donde existe presión del fuerte sobre el débil, del hombre sobre la mujer. Esta tarde la presenta, a las 19.00 horas, en la Biblioteca Adolfo Suárez. Es un acto de puertas abiertas.

-¿Un político puede ser escritor?

-Voy a hacer comparaciones muy exageradas. Churchill si pasó a la historia como gran estadista no ha pasado menos como gran escritor. Lo mismo le sucedió a Azaña. También Jovellanos que escribió grandes obras literarias. ¿Un político es un señor muy raro?

-Es que un político suele escribir sus memorias y no suele adentrarse en el mundo de la novela

-Hay un novelista con Premio Nobel que quiso ser presidente del Perú. Yo también era escritor antes de ser consejero.

-Su segunda novela se llama Hijo de una mujer maltratada. ¿Qué se puede encontrar el lector cuando coja su libro?

-Se puede encontrar un desgarro. Aunque no está ambientada en los tiempos actuales tampoco lo está en la Edad Media. En la España del tardofranquismo acabando con el final de la Transición. Hablo del maltrato de los fuertes sobre los débiles y que tiene su principal exponente en el maltrato machista, de un hombre sobre una mujer y de manera especial en la vivienda familiar. La he escrito porque comencé a desarrollar una historia y derivó por esos vericuetos.

-¿Cuando comenzó a escribir esta historia no pensaba que terminaría en un alegato contra el maltrato?

-No como elemento central de la novela, pero ha terminado siendo el denominador común y no he podido evitarlo.

-¿Qué hay en esta novela de realidad que usted haya podido vivir, que haya podido conocer o que haya buscado datos?

-Afortunadamente que haya podido vivir nada porque en mi casa no hemos conocido el maltrato. Es ficción. Los lugares donde se desarrolla la novela y la impronta de algunos personajes han existido y existen. Pero están deliberadamente cambiados de tiempo e incluso de aspecto.

-Su primera novela era con la política de fondo. ¿Qué tenía más ficción la primera novela o la actual?

-Las dos ficciones. Pero para cualquier novelista es normal fijarse en lo que le rodea. La diferencia entre un escritor y alguien que no escribe es que el escritor se fija un poco más en lo que le rodea que el resto. No estoy reproduciendo ni hechos reales ni personas que haya conocido. Uno va tomando nota de determinados caracteres, pero no los reproduce fielmente.

-¿Por qué ha existido tanto tiempo entre la primera y la segunda novela?

-Se necesita mucha serenidad y la verdad es que no dispongo mucho de la misma. Cuando tengo algo de serenidad me pongo a escribir. Luego avanzo muy rápido. Esa novela la he escrito en dos meses. Ha estado durante mucho tiempo en la cabeza y cuando la tienes madura en la cabeza en realidad no se tarda mucho en plasmarla.

-El maltrato tiene tanta antigüedad como el ser humano aunque hoy en día existen muchos más medios, pero seguimos teniendo decenas de mujeres muertas. ¿Se pondrá punto y final alguna vez?

-La mente humana no funciona por parámetros matemáticos sino por cuestiones de azar y estímulos que en la mayoría de los casos controlamos y en otras no.

Cuando tienes la idea madura en la cabeza, la verdad es que no tardo mucho en plasmarla”

La educación es la clave de todo, desde las edades más tempranas. Educación en igualdad y en respeto. Una educación sin moldes, sin corsés. Venimos de tradiciones milenarias que condicionan también nuestro modo de ver la vida.

-¿Y cuáles son esos moldes que hay que romper?

-Es que eso lo cuentan los personajes que discuten entre sí en la novela. La primera historia que nos han contado es la de Adán y Eva. Hubo dos castigos por la desobediencia. Para el hombre fue el trabajo y para la mujer el estar sometida al hombre el resto de su vida. Esa historia forma parte del acervo cultural de una gran parte del mundo y de la otra, también.

Las leyes están bien, las penas que se impongan serán siempre pocas y pequeñas, las ayudas que se ofrezcan siempre serán pocas e insuficientes y en la educación está siendo insuficiente. Una educación como la que pensó Giner de los Ríos cuando creó la Institución Libre de Enseñanza. No se trata de mirar al pasado con rencor, se trata de mirar hacia el futuro con optimismo.

La educación es la clave de todo, desde las edades más tempranas educar en igualdad y respeto”

-Usted también es político. En los pactos de Estado se hablan de muchas medidas ¿Existe más parafernalia que medidas concretas?

-Esas medidas todos dicen que son insuficientes si tienen importancia, pero se toman para el día después de que se ha producido el maltrato. Hay teléfonos donde las víctimas pueden llamar y no queda rastro. En la Policía existen unidades especializadas y lo mismo sucede en los Juzgados.

La pregunta es cómo se generó un ser tan extraño que haya dado lugar a que el Estado deba poner tantas medidas puestas a disposición de la mujer. Eso es lo que a mí me preocupa.

-¿Cómo educamos en libertad?

-Tenemos que educar desde la más tierna infancia. Deben ir acuñándose en la mente de los niños y de las niñas. Hay que acabar con los clichés de los juegos. Todavía se sigue viendo, pero los padres también se tienen que concienciar. Un niño tiene que jugar al fútbol si le gusta y si una niña quiere darle patadas a un balón que lo haga. Si educamos en absoluta igualdad conseguiremos que un altísimo porcentaje de nuestros ciudadanos y ciudadana lo vean con absoluta normalidad.

-¿Quién tiene más responsabilidad la familia o el colegio?

-Entiendo que la familia porque aquí se cogen los primeros hábitos sean buenos o malos.

-¿A su editorial qué le ha gustado más la primera o la segunda novela?

-No se lo he preguntando. Quiero agradecerles el apoyo, pero quiero citar a dos nombres en particular, a Diego Sastre y Antonio Sanmartín. Hacen una buena maquetación, buenas ilustraciones, buena portada que evidentemente sin todo ello tendría mucho menos valor.

-¿Qué le costó más trabajo la primera o la segunda novela?

-Me costó más la primera porque aunque la tenía más clara en esos momentos desarrollaba una actividad política mucho más intensa. Escribía 60 páginas, lo dejaba guardado durante medio año y me costó trabajo concluirla.

Hay autores consagrados que han vendido menos ejemplares de una novela suya que yo vendí de La confesión. Vendía 500 ejemplares de esa novela. Hoy es muy difícil colocar una novela en el mercado y que funcione.

-¿Habrás más novelas?

-Seguro, ya tengo otra en la cabeza. El recurso del idioma no me cuesta mucho, pero hay que tener algo que contar.

-¿De qué hablará en la tercera novela?

- Va a ser la historia de un divorciado.

-¿Cuántos libros se puede leer usted al año?

-Me suelo leer uno cada semana.

-¿Más del libro electrónico o del clásico?

-Me gusta más el libro en papel. -Es más tradicional. -Consigo captar mejor lo que el libro contiene en papel que en el libro electrónico.