Elisabeth Muñoz, SATSE: “En Ceuta no llegamos a 5 enfermeras por mil habitantes”

Elisabeth Muñoz Vallejos es la secretaria general autonómica del sindicato de Enfermería SATSE en la ciudad de Ceuta. Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Enfermería, la representante sindical hace balance del estado de la profesión y explica las principales reivindicaciones que tiene actualmente el sindicato para mejorar las condiciones laborales de las enfermeras.

–¿Cuál es el ‘estado de salud’ de la profesión?

–Estamos peor que nunca. Es el momento más triste que hemos tenido que sufrir a lo largo de los años, porque a los problemas que teníamos antes de la pandemia se suma el cansancio ocasionado por el covid en el sector. La Enfermería está, psicológicamente, muy afectada. Hemos pasado por momentos duros, de mucho trabajo y de temor. Nos acostumbramos a trabajar de una forma tan dura que no nos dábamos cuenta del sobresfuerzo y, al llegar a casa, se unía el miedo de poder contagiar a la familia. Muchos, incluso, se aislaban para evitar riesgos. La sensación generalizada que me transmiten mis compañeros es la de cansancio y la de estar planteándose dejar la profesión, lo cual es triste, porque los enfermeros son vocacionales y se entregan al máximo por lo que si piensan en dejarlo es porque realmente tienen que estar pasándolo muy mal.

–Han sido una pieza clave en la pandemia, ¿cómo han vivido esta crisis las enfermeras en Ceuta?

–Al igual que ha sucedido en el resto de España, las enfermeras en Ceuta han tenido mucho miedo, porque no olvidemos que el comienzo de la pandemia fue desconcertante. Era un virus desconocido, no se sabía bien cómo se transmitía, teníamos muchas dudas. Es verdad que la primera ola nos favoreció por el rápido cierre de la ciudad, que hizo que hubiera pocos casos en comparación con el resto del país, pero en el momento en que se abrieron las comunicaciones con la Península se dispararon los casos y, en el hospital, estuvieron llevando para adelante un problema que no sabían bien cómo gestionar, pero que la Enfermería se echó sobre las espaldas siendo capaz de sacarlo adelante con la asistencia presencial incluso en Atención Primaria. En España, hubo muchos centros de salud que cerraron por decisiones autonómicas de los responsables de Sanidad, pero, aquí, Ingesa decidió que se mantuvieran abiertos y que las enfermeras pudieran atender a la población. Incluso, se contrató un ‘pool’ de Enfermería importante para cubrir las necesidades surgidas con el covid. Y, aunque todo es siempre mejorable, he de reconocer que se mantuvo una asistencia que ha sido muy bien percibida por la población.

–¿Se han sentido valorados en estos tiempos?

–La Enfermería siempre ha estado muy valorada en Ceuta. La gente ha sabido reconocer su trabajo durante la pandemia, su presencia en los servicios de Urgencias, en Atención Primaria o en las plantas de Hospitalización, donde las personas que estaban más cerca de los contagiados eran las enfermeras. Una proximidad, que al principio era menor, porque los aislamientos eran más estrictos, pero que luego se fue flexibilizando. Las enfermeras no solo atendían desde el punto de vista sanitario, también desde el emocional, acompañando al paciente en muchos momentos en los que la familia no podía estar y era la enfermera la única que tendía su mano para sostener a esas personas que tan mal lo estaban pasando y que tanto temor tenían en soledad.

"La sensación generalizada es de cansancio, algunas se están planteando dejar la profesión”

–¿Cómo ha afectado el virus al sector en cuanto a contagios?

–Estas últimas oleadas han golpeado a las enfermeras de Ceuta, ha habido muchos casos pero, afortunadamente, no hemos tenido que lamentar ningún fallecimiento, aunque sí ha habido compañeros ingresados y en UCI por covid que lo han pasado muy mal como el resto de pacientes que han pasado por esto.

–¿Cuáles han sido las principales carencias a las que han tenido que hacer frente?

–Como en el resto de España, al principio no había mascarillas, ni trajes de protección, las enfermeras se fueron apañando como pudieron. Sin embargo, he de decir que, en cuanto hubo material en la Península, llegó a Ceuta rápidamente.

–¿Ha servido el covid para mejorar los derechos laborales del colectivo?

–No. Desgraciadamente seguimos igual. Ceuta ha tenido la peor ratio de enfermeros por cada mil habitantes de todo el país durante muchos años. Es verdad que el ‘pool’ de Enfermería que se creó por el covid se sigue manteniendo aún, pero, ni con eso, llegamos al número de cinco enfermeros por cada mil habitantes recomendado y que se da en la Península. En Ceuta, cuando estaba la frontera abierta y había que atender también a la población flotante, no llegábamos ni a tres enfermeras por cada mil habitantes.

"La gente que viene a la ciudad a estudiar Enfermería no se quiere marchar, pero se van porque no hay trabajo"

–¿Cuáles son las reivindicaciones más destacadas del sindicato en estos momentos?

–Varias opciones que hemos decidido a nivel estatal en el Comité Ejecutivo en el que Ceuta y Melilla tienen la misma fuerza de voto que el resto de las autonomías. Hemos decidido, concretamente, volcarnos desde ahora en la Ley de ratios, en la jubilación anticipada y voluntaria a los sesenta años y, en tercer lugar, en que se nos incluya en la categoría A y no en el A2 en la que estamos y que no existe en el resto de Europa.

–Ceuta cuenta con una Facultad de Ciencias de la Salud, ¿cómo ve el futuro del sector en la ciudad?

–La gente se quiere venir a trabajar porque tenemos una fábrica de enfermeras y es verdad que los que estudian aquí ven que es una ciudad acogedora, bonita y donde se vive bien. No quieren irse y se ven forzados a marcharse por falta de trabajo, pero espero que esto cambie y que con la aprobación de la Ley de ratios el panorama varíe y se permita trabajar en mejores condiciones y con más calidad para el paciente.

"Conseguir la Ley de ratios, la categoría A y la jubilación voluntaria a los sesenta años son los objetivos de SATSE"

–¿Dónde hacen falta más enfermeras?, ¿en el hospital, en las residencias de mayores, en los centros escolares o en Atención Primaria?

–Faltan en todos lados, aunque si la sanidad publica está mal, la privada está aún peor. En Ceuta, hay centros de mayores donde hay más de cien personas para una sola enfermera, lo cual es una barbaridad. No quiero generalizar, pero esto está pasando y es real.

–Recientemente se ha publicado que ocho de cada diez enfermeras sufrieron agresiones durante la pandemia, ¿cómo se ataja este grave problema?

–Este problema viene de lejos. Aunque en Ceuta somos muy valorados, hay gente que piensa que agrediendo al sanitario van a solucionar su problema. No se puede admitir, y desde aquí pido que cada vez que se de un caso se notifique porque, normalmente, guardan silencio y solo hablan cuando la cosa es muy grave o amenazan a su familia. Es muy importante darle visibilidad, notificarlo al menos dentro del Ingesa para poder sacar este iceberg a flote.