“El waterpolo está dando un gran ejemplo al resto de deportes”

Su madre lo apuntó a clases de natación cuando tenía siete años para que practicara algún deporte. Sin embargo, se aburría en la piscina y se pasaba más tiempo viendo entrenar a los jugadores de waterpolo que había a su lado en las instalaciones del GD Isla de Madrid.

Por este motivo, con nueve años dejó la natación por el waterpolo sin saber que, un buen día, esta modalidad deportiva se iba a convertir en su modo de vida.
Como jugador fue internacional juvenil y junior en la posición de atacante tras su paso por las filas del GD Isla, Canoe, Alcorcón y Moscardó. Tras colgar el gorro inició una etapa en los banquillos, alcanzando la gloria al ser seleccionador del equipo nacional femenino absoluto así como con el equipo nacional junior femenino.
Entrenador superior por la Escuela Nacional de Entrenadores, un día contactó con Miguel Ángel Ríos, abriéndose una fructífera etapa que concluyó con su llegada a nuestra ciudad en septiembre de 2009 para hacerse cargo del Club Natación Caballa.
Su experiencia y su amor por este deporte, acompañado por el sacrificio de los jugadores han sido ingredientes fundamentales para que la entidad haya ido creciendo poco a poco hasta ser un referente del deporte local.
Sin embargo, Sergio Aguilera Luna (Madrid, 1977), el mayor de una familia de tres hermanos, todavía sueña con alcanzar metas más prestigiosas.  

–¿Cómo un madrileño tan lejos de su tierra?
–Vine en septiembre de 2009 gracias a una apuesta de Miguel Ángel Ríos porque yo trabajaba para la Federación Madrileña como director técnico en invierno y era seleccionador del equipo absoluto juvenil, junior y femenino en verano. En el 2008 acabé mi contrato con las dos federaciones y el nuevo presidente nacional, Fernando Carpena, decidió no contar conmigo.
–¿Fue un palo?
–No, me quedé un año como secretario técnico en la Federación Española pero en una charla conocí a Miguel Ángel Ríos, vine dos veces a Ceuta para unas jornadas técnicas en abril de 2008 y en febrero de 2009 y empezamos una buena relación.
–¿Por qué dejas la Española?
–Porque no estaba cómodo en ese cargo porque lo mío no era estar delante de un ordenador ocho horas al día ya que lo que quería era entrenar, motivo por el cual cuando Miguel Ángel Ríos me dio la opción de seguir entrenando no me lo pensé dos veces.
–¿Es cierto que también tenías una oferta de Italia?
–Sí, del Pádova de la División de Honor femenina pero la oferta del Caballa era más interesante, además de que el club ceutí puso mucho interés. Firmar por el Caballa también suponía quedarme en España y la ilusión que tenían pagaba con creces todo.
–¿Qué te convenció más?
–El proyecto iniciado por el Caballa en el 2001 y la progresión experimentada por el club porque los éxitos de ahora son el fruto del trabajo de más de siete años.
–¿Qué club te encuentras al llegar a la ciudad?
–Un diamante en bruto porque tenía equipos en todas las categorías de la liga andaluza, la escuela de waterpolo funcionaba bien y sólo hacía falta una persona que estuviera todo el día coordinando las diferentes actividades para dar el salto de calidad, es decir, una persona que canalizara la actividad diaria.
–¿Notaste el cambio?
–No mucho porque no tenía responsabilidad ninguna. Mi experiencia en los equipos como el Isla y el Concepción fueron determinantes ya que tenía mucho terreno ganado.
–¿Por qué el waterpolo y no otro deporte?
–Tengo que reconocer que mi madre me apuntó con siete años para practicar natación pero con nueve lo dejé por el waterpolo ya que era muy torpe nadando y no tenía buena técnica.
–¿Qué te llamó más la atención?
–Era un deporte de equipo donde el resultado no depende de tí y te puedes relacionar con otras personas, es decir, yo valoraba mucho el espíritu de equipo, además de que cuando ves un balón todos los niños se vuelven locos.
–¿El waterpolo te lo ha dado absolutamente todo?
–Me ha formado como persona, sobre todo por la disciplina diaria de entrenamientos y el afán de superación. Soy un privilegiado porque tengo más de lo que merezco y trabajo en lo que me gusta.
–¿Está bien valorado el waterpolo ceutí?
–Sí, sin duda alguna porque nos apoyan todos los estamentos, principalmente la Ciudad Autónoma, la gente está contenta con el trabajo que hacemos con los jóvenes y creo que estamos dando un gran ejemplo al resto de las disciplinas.
–¿Cuál es la clave del éxito?
–La constancia y el trabajo diario desde hace siete años. Los jugadores vienen a entrenar con una ilusión tremenda, se trabaja durísimo cada jornada y lejos de protestar piden más, lo cual es el secreto para mejorar.
–¿Es muy sacrificado?
–Sí, es muy exigente porque se debe entrenar todos los días para no perder la sensación con el agua y necesitas un mínimo de una hora y media al día, por lo que los chavales renuncian a muchas cosas, algunos días estamos hasta las once de la noche y nunca desconectas, aunque luego merece la pena este esfuerzo.
–¿Ayudan mucho los buenos resultados en la piscina?
–Indudablemente porque permiten tener motivado a la gente. El club, desde el año 2002, ha ido mejorando en todas las categorías y eso supone un aliciente añadido.
–¿Qué ha supuesto la apertura del nuevo pabellón?
–Un desahogo a nivel de escuela, además de que permite acercar más este deporte a los aficionados por la comodidad de su ubicación.
–Una entrevista de waterpolo sin hablar de Guillermo Molina no sería completa, ¿qué me dices al respecto?
–Es un gran amigo y un referente porque es el mejor jugador del mundo y nadie le ha regalado nada. Su trabajo, su esfuerzo, su ilusión y sus ganas le han llevado hasta donde está. Todos los jugadores locales quieren ser como Guillermo Molina y como Lorena Miranda, por lo que la ciudad puede estar orgullosa de ellos.
–Por último ¿Tienes morriña de algo?
–No, uno no es de donde nace y yo me siento un caballa más, lo cual digo con el corazón en la mano.

“Esta ciudad ha supuesto un cambio en mi vida y me siento mejor que si estuviera en mi propia casa”

agradecimiento. Sergio Aguilera está plenamente identificado con nuestra ciudad y cualquiera que habla con él se lleva la impresión de que es un caballa más.
“Ceuta ha supuesto un cambio en mi vida para bien y me siento mejor que si estuviera en mi propia casa. Es una ciudad especial y estoy viviendo mi mejor momento en todos los sentidos”, nos cuenta visiblemente emocionado.
En este sentido, ha destacado a Miguel Ángel Ríos “porque merece una mención especial ya que es el espíritu del club” pero no olvida a otros que “depositaron mucha confianza en mí” como es el caso de Enrique Sillero, Carlos Matoso, Juan Carlos Bernal, Vicente Matoso, Gervasio Dorado, Javi Ruíz, Miguel Ángel Pérez, Diego Miranda, María del Carmen Bernet y Manolo Embid.
Sobre la progresión del Caballa ha reconocido que: “hay cuerda para rato ya que la escuela cada vez tiene más alumnos pero llegará un momento que tendremos que ser exigentes porque la línea de agua es limitada y con el proyecto de nuevo club sí podríamos seguir contando con gente nueva pero de lo contrario tendríamos que hacer pruebas de selección que hasta ahora no hemos realizado en la entidad”.
Entiende que las dimensiones actuales de las piscinas locales suponen un hándicap. “No sólo para que pueda venir la selección sino también para poder crecer como club ya que necesitamos una piscina de dimensiones olímpicas (33x25) para continuar mirando más alto. Además, sería bonito disputar competiciones internacionales y que jugadores como Guillermo Molina o Lorena Miranda jugaran esos partidos en su tierra”.