El voluntariado es uno de los cuatro soportes de Plena Inclusión, junto con las personas con discapacidad o del desarrollo, sus familias y los profesionales.
Por ello, esta organización inició un viaje para construir un modelo de voluntariado más centrado en la calidad de vida y en el que el papel del voluntario se transforma, ya que su compromiso es con la persona con discapacidad intelectual o del desarrollo y con su familia. Durante ese viaje, fue creando una ruta para llegar cada vez más lejos.
El voluntariado enriquece la labor de Plena inclusión y contribuye a la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo y la de sus familias. Los voluntarios son agentes de cambio interno y externo que las entidades han de aprovechar. Por ello, las iniciativas promovidas por el voluntariado deben debatirse y, en su caso, integrarse en los diseños estratégicos de las organizaciones.
El voluntariado es agente de una práctica ética y ha de ser objeto de deberes y comportamientos éticos por parte de los demás miembros de las organizaciones. Por esta razón, es necesario potenciar la organización y formación para que contribuya desde un lugar diferente al de los profesionales.
Las personas voluntarias transmiten una imagen positiva al entorno de los usuarios y sus familias y, además, el voluntariado aporta a cada persona la posibilidad de ampliar el abanico de relaciones, experiencias y vivencias.
Los ciudadanos que quieran colaborar con Plena Inclusión puede contactar con cualquiera de sus organizaciones –en Ceuta se encuentra en el edificio anexo al CEIP Juan Carlos I, a través del teléfono 956 50 07 44 o la web www.feapsceuta.org– En el conjunto del país, hay más de 8.000 personas que ya lo han hecho y que prestan parte de su tiempo a apoyar a personas con discapacidad intelectual. La inmensa mayoría de ellas dice que, con ello, obtiene más de lo que da.
Esta organización considera que los voluntarios son clave para la plena inclusión de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo. Y es que su papel es único, ya que sirven de nexo entre la persona y la sociedad. Además establecen un tipo de relación única con las personas con discapacidad, una relación diferente de la que tiene la familia y también los profesionales de apoyo.
Las personas interesadas en ser voluntarias de Plena Inclusión deberán acudir a esta asociación; preguntar sobre los tipos de voluntariado; pensar qué opción se ajusta más a su carácter, preferencias, disponibilidad de tiempo y formación; y tener en cuenta que puede realizar voluntariado presencial o virtual.
La plena inclusión de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo está en la mano de todos. Los voluntarios pueden hacer mucho con su actitud, cambiando la mirada. Por ello, los ciudadanos deben saber que aunque no tengan ningún caso cercano, seguro que a lo largo de sus vidas encontrarán a alguna persona con discapacidad intelectual o del desarrollo, quienes pueden necesitar su ayuda. Aprendiendo a mirar más allá de lo aparente se sorprenderán y verán que, por encima de todo, son personas con sentimientos, sueños, necesidades y situaciones semejantes a las del resto. De esta manera, todos podemos contribuir a su bienestar y calidad de vida. Entre todos, es posible.