Los cinco primeros subsaharianos fueron localizados a bordo de una balsa en plena playa de San Amaro. Un lugar a donde, al parecer, habían sido arrastrados por el fuerte viento de Poniente que vino a dificultar, y mucho, las labores de intervención de los agentes del Cuerpo.
Los cinco varones, todos jóvenes y en buen estado de salud, fueron interceptados en la zona rocosa (justo debajo de la hamburguesería que hay a pie de carretera) y ayudados a trepar hasta la vía, desde donde fueron trasladados a la base del Cuerpo.
Ayudados por las cámaras térmicas los agentes comprobaron que no hubiera más inmigrantes en el agua, procediendo al decomiso de la balsa -trasladada a la base del Marítimo- y a la detención e identificación de los cinco jóvenes.
Mientras se desarrollaban estas tareas se producía el segundo de los avisos de la mañana. Esta vez focalizado en el muelle de Poniente. Hasta allí habían llegado siete subsaharianos a bordo de otra balsa, también, se intuye, tras desviar su ruta por el viento de Poniente. Al llegar a las escolleras y sin vigilancia aparente alguna, comenzaron a escapar. O al menos lo intentaron. Las patrullas de la Benemérita fueron localizando a los subsaharianos por las cercanías, aún mojados. No obstante, según los datos facilitados a última hora, faltaba todavía por localizar a uno de los subsaharianos que había huido.
A estos once inmigrantes en conjunto se les atendió en primera instancia por la Benemérita para después recibir las atenciones de la Cruz Roja. Según la información ofrecida por la entidad humanitaria, todos se encontraban en buen estado de salud así que no hubo que organizar salida evacuación alguna a centro sanitario. Eso sí, a todos ellos se les tuvo que dispensar ropa seca ya que venían completamente empapados.
“Una OPE algo irregular”
La llegada de los siete inmigrantes directamente a puerto se convirtió ayer en la sorpresa de la jornada, hasta el punto de que daba pie a que en las redes sociales se hablara de este desembarco como una especie de “OPE irregular”, por la forma en que las fuerzas de seguridad se toparon con los siete clandestinos a la fuga. No es la primera vez que sucede. Hace un par de meses otro grupo de subsaharianos se le coló a la Benemérita de la misma manera, sin que fuera detectado por las cámaras del SIVE. Se sospecha que barcos de pesca ayudan a estos inmigrantes a pasar infiltrados y cuando llegan a puerto se les acerca para que se arrojen al mar en sus proximidades.