El turismo, a debate

• El Instituto de Estudios Ceutíes abogó por el diseño de un Plan Estratégico porque este sector está “desaprovechado"

El sector servicios –que engloba entre otros subsectores las actividades en torno al turismo– supone más del 90 de la economía ceutí y, dentro del mismo, el 45 por ciento corresponde al ámbito público y la otra mitad al privado. Su alcance hacía ineludible que el Instituto de Estudios Ceutíes (IEC) incluyese en sus Jornadas sobre la Economía de Ceuta una sesión dedicada al turismo, la cual, se celebró ayer en la Biblioteca Pública. Un tema tan interesante y controvertido como ‘El turismo en Ceuta: procedencia y posibilidades’ reunió a un nutrido grupo de empresarios, académicos, estudiantes, ciudadanos, y en menor medida políticos, que debatieron sobre “uno de los grandes desconocidos” de la población ceutí.

Para su diagnóstico, la Jornada contó con la intervención de Aureliano Martín Segura, director académico del Mater en Dirección y Administración de Empresas Turísticas de la Universidad de Granada (UGR) en sus ediciones en Ceuta. José Ma Campos, decano de Ciencias Sociales del IEC, sacó a la palestra la falta de un Plan Estratégico que indique con “qué armas” cuenta Ceuta y “de dónde” debe recibir turistas porque el sector está “desaprovechado”.

Las grandes ciudades de litoral en España, como Málaga o Barcelona, experimentan un tránsito hacia el turismo cultural. “No se trata de que vengan cruceros a consumir, sino de aprovechar nuestras potencialidades y hacer que vengan, además, para otras cosas”, expuso Martín. Una ‘hoja de ruta’ reflejada en un Plan Estratégico que debe contar con la implicación tanto de las autoridades públicas como de las empresas y las organizaciones sociales, lejos de las ideologías, “trabajando de forma conjunta para diseñar un plan que abarque desde una campaña de marketing hasta poner en valor el patrimonio y darlo a conocer”.

Esa indefinición provoca que el sector turístico local nunca sepa de dónde vendrá el visitante y desaprovecha las oportunidades. Pero, para Campos, no cabe duda de que la principal posibilidad procede de Marruecos –un país con  impuestos interiores elevados con lo cual las diferencias de precio con Ceuta son significativas– para cuyos habitantes “además de una escapada a Ceuta, la hacen a Europa, en un ambiente ni mejor ni peor del que tienen allí, sino diferente, de ahí su atractivo”. Sin embargo, estos turistas se encuentran con largas esperas en la frontera que les empujan a marcharse vía Tánger a Algeciras y Marbella. Para ellos, Campos apostó por la creación de “paquetes turísticos especiales para marroquíes, al igual que existen para los visitantes peninsulares, que facilitarían que amplíen su estancia y, además, pernocten”.

Al hilo del turismo cultural, los cruceristas que desembarcan en la ciudad, y los propios ceutíes, se topan con otra contradicción dentro de ese supuesto afán por potenciar el sector: los museos que figuran en el plano de Ceuta para su visita están cerrados. El empresario Antonio D. Barranco Hurtado puso en solfa la descoordinación entre Puerto, Ciudad y el comercio, algo que también disuade al marroquí.

Barranco destacó que, para atraer turismo, se requieren infraestructuras. “La oferta hotelera es muy mala”, señaló, ya que hay un hotel “urbano, sin salidas ni jardines”, para “derribarlo”. Mientras que el Parador, “parece más un hostal de Cuba que un hotel de cuatro estrellas”, está “muy mal gestionado”; y añadió que un “hotel tiene una demanda muy dirigida a los funcionarios de misión”. Unas circunstancias que le llevaron a pedir que se “adecenten”.

Otro aspecto a tener en cuenta, a juicio del empresario, es la necesidad de “habilitar terrazas” en “sitios de ocio y restauración” que “no sean recovecos como el Poblado Marinero que incitan a la inseguridad”. Como ubicación planteó una “plataforma pegada a la parte norte del Parque del Mediterráneo” donde “no estorbaría a nadie” y crear una “dársena deportiva” donde puedan recalar “embarcaciones” porque el Puerto Deportivo “se ha quedado pequeño”. Además, abogó por la “amabilidad en el trato al cliente sea de donde sea” y “sea de la etnia que sea”.