El Tarajal

El pasado jueves día 20 de diciembre al medio día hubo un desplome de una transeúnte que quería acceder por la verja que conduce hacia el vecino país de Marruecos. Una cosa casi anecdótica sino tuviera una maquinaria especial al lado de esta escena. Una buena parte de los viandantes que pululan por el lugar el objetivo es llevar algún tipo de mercancías con dirección hacia el Magreb, como es conocido y dicho de forma vulgar entre amigos. “Aquí todos intentamos ganarnos unos euritos ya que la vida está muy mala en nuestra querida Ceuta y por eso lo que hacemos es llevar unas bolsas llenas de lo que toque ese día, advertir que según el turno de guardia que allá en los aduaneros marroquíes así dejaran pasar una cosa u otra. Se depende también de las necesidades y las existencias que hayan en los almacenes. Tanto de un lugar como del otro. Se busca el ingenio también, por eso algunos transportistas humanos los vemos a veces con una complexión parecida a los sumos asiáticos, aquí no quiero meter la pata y prefiero dar está denominación, dando qué pensar a nuestras autoridades policiales destinadas en aquel lugar, que se me ha olvidado decir que es la aduana del Tarajal. Cuando la cosa va bien pues podemos pasar con facilidad y sólo nos queda llegar a la zona marroquí donde pagamos el peaje correspondiente y llevamos la mercancía al lugar convenido por nuestros intermediarios almacenistas. Allí es cuando cobramos el porte. Dependiendo de lo que sea pues así nos darán los beneficios. No es gran cosa pero tenemos que advertir que damos al cabo del día unos pocos de viajes que es cuando vemos los réditos en el bolsillo. Labor de hormiguitas. En esta ocasión podemos todos, tanto los españoles como los marroquíes. Tengo que decir que muchas veces hay cortes por parte de las autoridades y entonces es cuando tenemos que tirar de paciencia. Pero tenemos que llevar el jornal a la casa y es cuando empezamos a presionar a los guardias civiles destinados en el lugar. Intentamos buscar una ruptura por las malas haciendo la clásica avalancha para forzar la apertura y del control. Se hace normalmente cuando hay poca presencia policial. Es una acción donde nos jugamos el bigote ya que los guardias no se cortan y sacan las porras a relucir. Además cierran las puertas y llaman a más gente. Cuando se cabrean son peligrosos y más los de negro. Muchas veces para que no nos sigan dando tiramos de argucia y nos tiramos al suelo simulando alguna convulsión o algo parecido. El día que he hablado al principio hubo una eventualidad bastante grande donde una mujer aparentemente embarazada quedó desplomada en el suelo. Cuando se pudo poner en orden a los camalos se vio que no se podía levantar, siendo interrogada por un guardia civil dijo que se encontraba de parto. Entonces se pidió auxilio a los componentes de Fiscal donde tenían, y esto es raro, una componente femenino en sus filas la cual cogió unos guantes y se dirigió hacia el lugar donde vio un montón de personas junto a la mujer. Lo primero que hizo fue solicitar que se fueran del lugar todo el mundo y se quedó con la futura mami sola. Allí empezó la empatía entre dos madres ayudándose mutuamente poniendo por delante que aunque sean por un lado una ciudadana de a pie y por otro un agente de la autoridad a la hora de la verdad hay que ayudarse cuando la naturaleza dice que ha llegado el momento del alumbramiento. Se puso al lado suya y empezó a hablar con ella dándole la noticia que se encontraba mal ya que tenía unos fuertes dolores abdominales presumiblemente parecidos a lo que había pasado en sus anteriores alumbramientos. La guardia pidió que alguien le trajera agua a ser posible fresquita ya que hacía un calor palpable a pesar de la época del año que estaban e incluso se metió la mano en el bolsillo y se sacó un euro del mismo. Nadie se lo aceptó y apareció una botella grande a medias. Se observó cómo le dio un poco de agua e incluso le echó por la frente, en el pelo y en la nuca. Un cuadro para enmarcar. Fue llamada la ambulancia que tardó una media hora pero que no pasó nada anormal gracias a la dedicación de esta profesional de la seguridad pública. Luego decimos y criticamos de ellos. Por eso te he confesado todo esto. Espero que lo pongas todo y no se te olvide nada”.