La Policía Local sigue sin capacidad de sanción en materia de contaminación acústica, ya que está haciendo uso del sonómetro cedido el pasado julio por Prevención de Riesgos Laborales para controlar los decibelios provocados por los manifestantes de Comisiones Obreras. Según ha confirmado la Ciudad, todavía no se dispone del aparato que sí tendría capacidad de sanción ya que se encuentra “en revisión”. Así las cosas las mediciones que se están llevando a cabo con los inmigrantes subsaharianos cuando estos hacían uso de sus silbatos no son válidas ante una futurible sanción administrativa o incluso judicial.
Tampoco se dispone de la licencia informática que es necesaria para poder dictar las sanciones oportunas, y así se lleva produciendo durante años, lo que viene a ratificar la imposibilidad judicial de actuar tomando como base las denuncias del Cuerpo.
Lo que sí puede hacer la Policía es medir el efecto del ruido y aportar la medición hecha para que se compruebe que se están superando los decibelios permitidos. No obstante dicha medición no tendría nunca capacidad de sanción.
Pasa ahora con los subsaharianos y pasó en su día con los parados que formaban parte de las manifestaciones de CCOO.
Los efectos del ruido, bajo la llamada contaminación acústica, han servido para fundamentar las dos últimas resoluciones firmadas por el delegado del Gobierno, José Fernández Chacón.