El Gobierno de la Ciudad ha comunicado a este medio que esta semana se trasladarán al nuevo vertedero los últimos residuos y que la próxima se llevarán a cabo los trabajos de sellado, por lo que se irían los malos olores que llevan sufriendo durante un tiempo tanto los vecinos de la barriadas cercanas al nuevo vertedero como los demás ceutíes que transitan por el lugar.
Los vecinos dicen que están hartos de malos olores y aseguran que, si el próximo martes no finaliza el sellado y con éste desaparece el problema, están dispuestos a convocar medidas de presión para exigir una solución.
Estas medidas de presión pasarían por la colocación de pancartas pidiendo una solución inmediata o, incluso, movilizaciones. Pero prefieren esperar al próximo martes, fecha que los responsables de la obra han dado a algunos de los vecinos como el final del sellado del vertedero.
Han sido varios los vecinos de estas zonas que han ofrecido a ‘El Faro’ su visión sobre este problema, y todos coinciden en que el olor es “insoportable” y que incluso les dificulta hacer una vida normal en la calle de la barriada.
La presidenta de la Asociación de Vecinos de San Amaro, Carmen Cabezas, lamentaba los malos olores que tienen que soportar “sobre todo con el levante, donde lo pasamos bastante mal”. Esta vecina de la zona también exige una rápida solución ya que -dijo- “los vecinos de las barriadas que están más cerca del vertedero somos los principales perjudicados y los que tenemos que convivir con estos malos olores”.
Además, advirtió de que este problema se puede acentuar cuando llegue la temporada de baño y la playa de San Amaro reciba a los bañistas, quienes podrían sufrir estos malos olores. “En el verano, cuando esté la playa llena de criaturas, tendrán que aguantar los malos olores”, manifestó.
Uno de los lugares donde dijo que se puede percibir el malo olor es el Cementerio de Santa Catalina, donde acude con bastante frecuencia. “Voy a poner flores y es espantoso. Tengo que ir con la nariz tapada”, añadió.
Otro de los residentes de esta zona de la ciudad que habló para este medio fue Javier Parrado, portavoz de los vecinos de Residencial Valdeaguas, quien manifestó que “en los días de bonanza el olor se hace insoportable”.
Cerrar las ventanas
Este vecino asegura que para evitar que los malos olores penetren en su vivienda se ve obligado a “cerrar las ventanas”, y que los niños de la urbanización también los sufren porque “no pueden salir a jugar a la calle por el fuerte olor”.
Parrado dijo que esperarán al martes porque confía en la palabra de los responsables de la obra, pero advirtió de que si no la cumplen convocarán una reunión para adoptar medidas de presión para exigir una rápida solución a este problema.
Por su parte, el presidente de la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos (FPAV), José Ramos, aseguró que la organización vecinal que dirige no ha recibido queja formal alguna, pero que sabe por “amistades” que tiene en la zona y por personas que pasean por la misma que el olor ahora es “insoportable”.
Otros vecinos ofrecieron también su opinión a este medio. Una residente en la zona recordaba ayer en una conversación con este medio que los vecinos habían advertido de los problemas que se podrían dar con esta acción. “Se veía venir. El tiempo ha dado la razón a los vecinos”, manifestó.
A esta persona también le preocupa la posibilidad de se produjera una contaminación del aire: “No sabemos el nivel de contaminantes. No sabemos qué respiramos ni si puede haber una contaminación”, afirmó.
Esta misma persona asegura que es tan fuerte el olor que los primeros días “pensábamos que estaban estercolando el barrio”.
Mientras, los vecinos de la zona esperan mantener una reunión con la administración local para exponerle el problema y exigirle una rápida solución.
“Así no podemos trabajar en el cementerio. Es insoportable”
Los trabajadores del cementerio forman uno de los colectivos que más sufren los malos olores del nuevo vertedero. Uno de los empleados aseguró en una conversación con este medio haber sufrido problemas respiratorios como consecuencia de los trabajos que se realizan en el vertedero. “Además de estar sufriendo los malos olores, aquello es tóxico, no es bueno. Es una mugre lo que está cayendo y la prueba está en cómo se encuentra el cementerio por dentro de sucio y de polvo. Lo que pasa es que ahora estarán limpiando con las mangueras. Aquello es insoportable”, manifestó.
Este trabajador aseguró que no están utilizando medios para no inhalar el polvo ya que “no usamos mascarillas ni nada”, y lamentó que “nadie nos visita para saber cómo estamos, ni los sindicatos”.
Empleados del cementerio dijeron a este medio que esta situación puede afectar “a los que tengan alergia”.
Una vecina de la zona, cuyo marido también trabaja en el cementerio, asegura que éste llega muchas veces a casa con náusea.
El futuro de una obra en la que no se advirtió de una situación que genera críticas
No iba a oler. Eso era al menos lo que se decía y lo que la empresa Dragados mantenía. Después hubo cambios, y se redujo el olor a algo así como “ceniza quemada”. Ahora ya nadie niega el tipo de olor, a estiércol, que afecta ya no a las barriadas cercanas a las obras de traslado de residuos sino a cualquiera que dé la vuelta al Hacho. A pie de terreno quienes practican el tradicional sendero o bien van provistos de una mascarilla o intentan cubrir este trecho a la carrera o tapándose la nariz y boca. Eso mientras los obreros continúan con las actuaciones de traslado de los residuos de Santa Catalina, que ya cubren toda la zona del barranco de las Cuevas.
Ninguno de los vecinos ataca la obra ni la actuación de la Ciudad por la puesta en marcha del futuro parque urbano encima de lo que antes era una montaña de basura. Lo que piden son explicaciones, algo que todavía no han recibido. Y lo que piden es que la Ciudad les cite a una reunión para que se les garantice que no va a oler después de que terminen las actuaciones.
Y es que ese es el único temor que tiene el vecindario de las zonas cercanas,que terminada la obra, cada vez que lleguen épocas de calor, se sucedan olores insoportables como los que ahora denuncian.
Quieren conocer además el proyecto y saber si se están dando todos los pasos que deben darse con las medidas de seguridad debidas. “Lo que nos dicen es que están echando menos tierra y que por eso está oliendo, pero son rumores, nadie se ha dignado a decirnos oficialmente lo que pasa”, indica un vecino de San Amaro.
En la última comparecencia oficial del Gobierno, su portavoz Yolanda Bel indicó que los vecinos podían solicitarle información sobre lo que se está haciendo. Los vecinos esperan que la Ciudad les cite para poder obtener estos datos.