El rescate más dramático en Juan XXIII

La Guardia Civil se desplegó para intervenir con rapidez tras la llegada de una patera con 14 inmigrantes. Un grupo se quedó en las rocas, otro dentro de la patera y un joven se aferró al motor porque no sabía nadar. Fue sacado del agua por los GEAS ya herido.

Agentes de la Guardia Civil tuvieron que intervenir a la desesperada en la noche de ayer para salvar las vidas de los 14 inmigrantes subsaharianos protagonistas de una de las entradas más dramáticas de las registradas hasta la fecha. El patrón que los dirigió hasta la playa de Juan XXIII no dudó en emprender la huida sin reparar en la integridad de los guineanos (13 hombres y una mujer). No lo logró porque una patrulla de la Guardia Civil lo detuvo a tiempo, antes de que buscara cruzar la frontera del Tarajal. El varón, que ya ha sido acusado de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, vestía traje de neopreno, lo que demuesta que iba más que preparado para esta actividad delictiva en la que son muchas las personas que se juegan la vida.
El escenario que dejaba atrás se antojaba complicado. La patera, matriculada en Marruecos, quedó en el mar, con cinco de sus ocupantes sin atreverse a salir por temor a perecer ahogados ya que no sabían nadar. Otro pequeño grupo se quedó en las rocas y algunos llegaron por sus propios medios a tierra. El que peor lo pasó fue uno varón componente de esta nocturna expedición, presumiblemente menor, que tuvo que ser evacuado al Hospital con hipotermia y varias heridas abiertas y quemaduras producidas por el motor de la patera. A este chico lo tuvieron que rescatar del agua los GEAS de la Guardia Civil, ya que se había quedado aferrado al motor porque no sabía nadar. Esa decisión fue la que le causó las lesiones por las que tuvo que ser evacudo al clínico. De no ser por la rápida intervención de los componentes de esta unidad, la historia hubiera seguido un camino marcado por la tragedia.
De los 14 subsaharianos, ocho fueron atendidos en la playa de Juan XXIII y el resto se trasladó al puerto deportivo por una embarcación del Servicio Marítimo, correspondiéndose todos ellos con los que habían quedado en el mar o dentro de la patera.
El ERIE de Cruz Roja entregó calzado y ropa seca a los subsaharianos, algunos de ellos con claros síntomas de hipotermia y completamente mojados, con los rostros reflejando el miedo que acababan de tener. Su entrada se produjo en torno a las 23.00 horas, en un momento en el que en la misma bahía había un total de doce embarcaciones más, todas iguales: pateras usadas para la pesca. La Guardia Civil estaba haciendo seguimiento sobre todas ellas y esto posibilitó que se diera alcance a la pilotada por el marroquí practicamente al momento, evitando que este escapara del lugar como así también se consiguió la semana pasada con otro varón marroquí que mostró la misma postura respecto de los inmigrantes.
De nuevo la inmigración afecta de manera sangrante a Ceuta, a sus costas y a esos hombres y mujeres a los que no conocemos pero que llegan a esta tierra en situaciones extremas. Hoy serán acogidos ya en el CETI una vez hayan sido filiados y registrados por la Policía Nacional.