La UPR de la Jefatura Superior apoyó a la UIP en una jornada de crispación.Ya son tres los policías nacionales accidentados en dos días por las avalanchas.El tránsito por la frontera del Tarajal quedó ralentizado por la acumulación de personas.
Los altercados se perpetúan en los polígonos del Tarajal y, en situaciones determinadas, ponen a las fuerzas de seguridad contra las cuerdas. La Unidad de Intervención Policial del Cuerpo Nacional (UIP), destinada en este recinto comercial, tuvo que afrontar ayer una jornada especialmente complicada en la que sus efectivos se vieron envueltos en varias avalanchas de porteadores. La presión fue de tal magnitud que la Unidad de Prevención y Reacción de la Jefatura Superior de Ceuta (UPR) tuvo que darles apoyo para controlar a una muchedumbre exaltada, según informaron fuentes policiales. Además de contar con otras unidades en los alrededores.
La avalancha que entrañó mayor riesgo para porteadores y policías se desató antes de las 9:00 de la mañana. Las autoridades marroquíes cerraron el puente del Biutz –paso de productos empaquetados de Ceuta a Marruecos– después de que sus efectivos fueran agredidos por los porteadores en suelo marroquí a causa de una disputa por las mercancías, según añadieron testigos presenciales.
En el lado español, la Policía Nacional permanecía a esa hora desplegada a pesar de que las puertas de los tornos estaban cerradas. Al abrirse, fue cuando los porteadores intentaron entrar a la carrera por el Biutz provocando una peligrosa avalancha que acabó con un funcionario del Cuerpo Nacional accidentado por contusiones varias, como confirmó la Jefatura Superior. El agente pasó consulta médica para ser evaluado.
Con éste ya son tres los agentes lesionados en los últimos dos días aunque, como señalaron los propios agentes de la UIP, uno de los dos afectados este lunes ya se reincorporó ayer a su puesto. Las lesiones sufridas fueron a consecuencia de su intento por contener la estampida de camalos, según fuentes policiales.
Los porteadores volvieron a contarse ayer por centenares desde primera hora de la mañana. En la Puerta Norte, donde comienza la fila de mujeres que serpentea por los polígonos hasta el Biutz, acumuló entre 300 y 350 personas, según cifras oficiales proporcionadas por la Jefatura Superior. En el caso de los hombres, eran alrededor de 700 personas y se concentraban sobre todo en el polígono de La Chimenea, punto de partida de la cola que también conduce al Biutz.
Como ocurrió este lunes, la frontera del Tarajal restringió el tránsito a Ceuta, durante un periodo de tiempo inferior, debido a la cantidad de personas que se concentraron en el lado marroquí. No obstante, apuntaron desde la Jefatura Superior, su volumen fue menor que en la jornada anterior y la colaboración entre las fuerzas de seguridad marroquíes y españolas fue en el mismo sentido.
La Gendarmería marroquí les contenía cerrando las verjas mientras que La Policía Nacional activó un sistema de ‘válvulas’ por el cual facilitaron la entrada de los porteadores a Ceuta conforme los aduaneros autorizaban su salida por el Biutz. No obstante, este ‘juego de balance’ perduró durante un tiempo escaso ya que los tornos se cerraron a partir de las 9:15 de la mañana hasta que, previsiblemente, vuelvan hoy a la actividad.
Cuando el Biutz interrumpió ayer su funcionamiento, los camalos regresaron a la frontera del Tarajal para dirigirse a Marruecos y, otros, se quedaron en Ceuta donde hacen noche para conseguir los puestos más ventajosos a la mañana siguiente.
Entre los testimonios que llegaron a esta redacción en formato vídeo sobre la aglomeración que se produjo en la mañana de ayer destaca el de un invidente a quien, asegura, le arrebataron la mercancía que portaba en la Aduana del país vecino, motivo por el que protestaba y solicitaba a las autoridades que pongan orden en el comercio atípico ya que muchas personas en su misma situación carecen de otra forma de ganarse la vida. Asimismo, los rumores apuntan a que se estaría preparando una protesta en estos días que cortaría la frontera como ocurrió con ciertas similitudes con el levantamiento que tuvo lugar en el verano de 2014.
La cifra de personas que se dedican al transportar productos de Ceuta a Marruecos ha crecido en los últimos años atraídos por la rentabilidad que arroja cruzar un bulto por los tornos del Biutz. El mismo escenario ha vuelto a propiciar el incremento en la ‘cotización’ del fardo hasta los 70 ó 80 euros, según los cálculos de los porteadores. “Ya hay hasta comerciantes llevando mercancías”, explicó ayer uno de estos camalos para ilustrar que los paquetes que atraviesan el Biutz son un bien preciado.
Estos emolumentos atraen a los marroquíes, que pueden embolsarse en una mañana casi el salario de un mes en el país vecino. Eso conlleva que los porteadores peleen no solo por colocarse en cabeza en la frontera del Tarajal, sino también en las filas dentro de los polígonos, para lo cual recurren a todo tipo de artimañas. Un negocio que ha generado a su alrededor un mundo de delincuencia que convierten en un lugar inhóspito.
El 061 realiza varias asistencias a porteadoras
El Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) comunicó que ayer tuvo que efectuar una serie de salidas a la frontera del Tarajal para atender a varias porteadoras que, debido al agotamiento y después de pasar la noche al raso para ocupar los primeros puestos en la fila, presentaban cuadros que, aunque no revestían gravedad, requerían de su asistencia. La mayoría de las intervenciones fueron resueltas delante de la Aduana de la Guardia Civil.
Los porteadores encuentran cobijo en el puente del Biutz.
Este lugar les proporcionó seguridad ya que la UIP permaneció desplegada en los polígonos.
En los aledaños del CEIP ‘Príncipe Felipe’; en la vaguada de la pista del Jato; sepultados bajo cartones en los alrededores de los polígonos e incluso en chozas en la playa de la Almadraba. Cualquier sitio es bueno para pasar la noche si consiguen su objetivo: situarse en la cabecera de la fila cuando amanezca.
Este periódico fue testigo, en la mañana de ayer, de otro ‘lecho’ en un espacio privilegiado para quienes se dedican al ‘comercio atípico’: el propio puente del Biutz. Una veintena de mujeres dormían tras los barrotes del codiciado paso de mercancías. Descansaban después de pernoctar al raso o esperar al otro lado de la frontera desde la madrugada, posiblemente, sin lograr que su fardo llegase a mano del empresario propietario de las mercancías.
Un lugar que, como explicaron los comerciantes, les proporciona cierta seguridad ya que la Unidad de Intervención Policial del Cuerpo Nacional (UIP) estuvo desplegada en la zona durante la mañana, como pudo comprobar ayer este diario. O, con suerte, que nadie las eche y puedan amanecer en el interior de los polígonos.
Los camalos son, a menudo, víctimas de robos y la extorsión de individuos que les cobran un ‘impuesto revolucionario’ por un sitio en la cola o, simplemente, entrar en los polígonos, como en ocasiones anteriores denunciaron los empresarios de los almacenes. Por este motivo, las porteadoras encuentran cobijo en el Biutz.
Es el caso de la fila de mujeres, cada tarde, ocupan sus puestos en el último tramo de la frontera antes de la Aduana de la Guardia Civil. Allí esperan toda la noche para ser las primeras en entrar en los polígonos incumpliendo el límite horario de permanencia en Ceuta.