El que no llora...

Quizá no haya entendido la sustancia, si es que la tuvo, de la rueda de prensa ofrecida ayer por el llamado a ser alcalde de Ceuta, José Antonio Carracao. Tras escucharla pensé que el problema podría estar en mi escasa capacidad de captar mensajes subliminales. Luego me quedé más tranquila a sabiendas de que varios compañeros estaban en mi línea. Y ya se sabe, cuando muchos plumillas nos quedamos con la misma cara... es que algo pasa. Que el crack nos cuente que no le gusta la manera en que Vivas va a Madrid a pedir cosas, que nos diga que va ofreciendo la imagen más pesimista de Ceuta o que degrada y frena las posibles inversiones privadas porque sólo busca subvenciones es preocupante. Y lo es porque está claro que el mandamás del PSOE no sabe todavía con qué cara tienes que ir a Madrid para que te hagan caso y qué visión debes trasladar para que los acuerdos, las inversiones y los proyectos salgan adelante. Y Vivas, qué quieren que les diga, se lleva a todos los ministros de calle. E incluso se ha llevado al propio jefe político del crack, a don José, que está que bebe los vientos por don Juan. Hasta el propio super ZP se marchó de Ceuta enamorado por el mensaje político de quien, fíjense, tiene carisma. De hecho es lo único que tiene el PP, a su don Juan y a mucha histeria colectiva detrás por no perder la plaza en el merendero.
Así que por más vueltas que le doy a lo que Carracao quiso trasladar me quedo con la misma sensación de contemplar la pataleta mediática de quien parece sentirse molesto porque sabe que al final, si no llega a haber tiritos de por medio, nos quedamos sin el compromiso de las bonificaciones.
El que no llora no mama, dice el refranero. Y en Ceuta hace tiempo el mamar se ha convertido en un arte. ¿Qué podemos criticar el concepto de ciudad subvencionada?, ¿qué podemos denunciar la falta de iniciativas privadas o de yacimientos económicos al margen de la inversión estatal?, ¿qué podemos hablar incluso de conformismo social ante lo que llega? Puede, pero esos son asuntos y cuestiones que nada tienen que ver con que Vivas reclame una cartera más floja para una ciudad que ha padecido de falta de solidaridad territorial. Y lo sigue padeciendo.