“El Príncipe Alfonso necesita recuperar la dignidad”

Colaboración, consultas e incluso alguna visita más para establecer el diagnóstico previo a la redacción del Plan Integral de Príncipe Alfonso. Pero hasta ahí. Al menos de momento. La esperada visita del Comisionado del Polígono Sur de Sevilla para impulsar un Plan Integral en la barriada ha servido para hacer balance de una primera toma de contacto que Jesús Maeztu augura implicará un trabajo extenso y, sobre todo, integral. El experto rechaza hacer brindis al sol sobre su definitivo papel en el Plan.
“De momento, ayudaré en lo que se me pida”, asegura recordando que le queda mucho trabajo que acometer aún en el Polígono Sur donde desde hace años se ha sumergido en la marginalidad de los barrios más problemáticos de la capital hispalense para dotar a sus vecinos de un derecho tan básico como el de la igualdad al del resto de la población sevillana. Asegura que introducirse en la marginalidad desgasta, “más aún si tienes que poner cara ante los vecinos manteniendo la autoridad moral frente a la falta de compromiso, en muchas ocasiones, de las administraciones”. Pero lo importante es creer en el compromiso del trabajo por la igualdad y por eso Jesús Maeztu deja Ceuta tras dos días de intenso trabajo. “Debe responderse a las necesidades de una vida que en esos barrios es clara, sin términos medios. Maravillosa o trágica y regada de historias preciosas”. Creer en eso compensa pero nunca hay que dejarse vencer por la desesperanza y asegura que en El Príncipe hay solución y que vecinos, políticos de todas las administraciones y ciudadanía en general, deben remar en una única dirección: la de integrar la barriada sabiendo que  hay gente que quiere salir adelante y dar lo mejor para progresar.    
–Nunca es tarde si la dicha es buena. Durante su visita confirmaba que había voluntad política de lograr esa dicha y tomó contacto con los vecinos. ¿Primeras impresiones?
—Tenía una idea de que el tema podría estar peor, tampoco es un núcleo poblacional pequeño, hay una gran limpieza, no existen grandes bloques de viviendas, hay mucha autoconstrucción. Tengo una visión parcial. Noté una problemática muy común en los barrios marginados como son el fracaso escolar, escasez de equipamientos salvo un polifuncional,  no hay una ordenación urbana vial y existe una tensión ciudadana y una problemática que vertebra el ambiente con las diferentes etnias.
–¿Ha sentido el latigazo del racismo en esta visita?
—No. Quizá no me ha dado tiempo. Yo lo temía, esa es la verdad. En Polígono Sur tengo un 10% de población gitana y he tenido que aprender su cultura y su código de valores porque es fundamental para un trabajo de inclusión. No he podido percibirlo en Ceuta pero quizá he visto más homogéneo al mundo musulmán que al cristiano. Es un tema serio. Mucho. Hay que oir a la cultura musulmana y respetarla para poder acertar con el futuro plan. Cumplir con aquello de ‘no nos conocemos pero nos reconocemos y nos respetamos’
–¿Cómo vio a los vecinos?.
—Amables, tuve la oportunidad de entrar en un bar a tomar un té, la gente se acercaba y llevaba a cabo sus reivindicaciones siempre de manera cortés y educada aunque alguna más firme que otra, pero ha sido una visita primera y hay que ser muy cauto. Si tú generas muchas expectativas y esperanzas y después se frustra y no se avanza, causa desesperanza entre la gente que lleva mucho tiempo esperando normalizar esa barriada. Al menos he visto que los grupos políticos están por la labor, hemos apostado por algunas claves y funcionamientos para abordar el barrio siendo la creación de un equipo motor dirigido por una persona capaz de pensar siempre en El Príncipe, que tenga una autoridad moral grande, con confianza y credibilidad y un apoyo político claro y trabaje con todo ese equipo para cambiar el modelo de gestión y unir los departamentos que no es otra cosa que aunar las políticas públicas.
–Viene con el ambiente caldeado habiéndose registrado la pasada semana enfrentamientos entre vecinos y fuerzas de seguridad y en los últimos meses dos asesinatos. ¿Teme que la inseguridad impida el avance del plan?
—Es indispensable un marco de seguridad porque no podemos estar con tiros y venta de drogas que impidan visualizar bien los avances en otras políticas. Ese es un tema delicado y esos problemas los tengo en el Polígono Sur. Debe haber una buena coordinación policial que implica precaución y estrategias policiales complejas. La seguridad es un complemento básico en los barrios y si eso no está claro la gente no está contigo. También me preocupa el tema fronterizo con la posibilidad de jugar con imágenes interesadas de uno y otro lado...
–Habla de la necesidad de contar con un equipo preparado...
–Quizá sea incluso lo que más me preocupa . Tanto Ciudad como Delegación están interesados y Chaves, como ceutí, me recomendó y me pidió que por favor visitara y conociera esta problemática para tratar de resolverla. Ahora, lo que está claro es que sin una persona que coordine y un equipo motor que sea capaz de llevar los servicios técnicos para que puedan coser, hilar y cohesionar las políticas para el bienestar del ciudadano.
–¿Cree que en Ceuta hay buenos hilanderos y costureros?
—No lo sé. Eso se decidirá en la comisión política porque se hará un plan desde el principio llevando a cabo un diagnóstico en el que hay que tener claro que si el propio vecino no se implica para que mejore el barrio no habrá avances. Aquí no hay salvadores. Se puede ayudar pero si la gente no se mentaliza de que debe unirse, tener paciencia y trabajar para salir de esto... para nosotros es importante encontrar una persona de nivel político, mentalidad de consenso, sapienza para administrar conflictos, aunar intereses y tener un equilibrio y una posición no partidaria capaz de asumir un trabajo que debe ser ímprobo que marcha hacia adelante y hacia atrás, unos compromisos de la administración que van lentos, recursos que no llegan... y en conseguirlo para el Polígono Sur hemos tardado mucho tiempo. La consejera Bel está en esa dinámica para que se lleve adelante el plan. No es fácil. Trabajar en estos barrios machaca pero engancha. Debe haber compromiso ético, creerlo, sentirse útil y ser serio trabajando contra la desigualdades .
–¿Rezaremos para que haya un equipo válido entonces?
–Vamos a trabajar y daremos un voto de confianza en que se encontrará.
–Los vecinos dicen que cuando había dinero no había voluntad y ahora que hay voluntad no hay dinero. Hay cierto excepticismo.
–Nunca es momento. El juego de la balanza. Cuando hay mucha bonanza y se ha empezado, recortar recursos, como en mi caso, el problema es peor. Pero cuando hay una restricción se priorizan mucho más las necesidades y en una primera fase en la que nos encontramos en Ceuta hay actuaciones que suponen trabajar sin dinero. Que la población se vaya expresando, que existan foros de opinión, conocer a todas las personas que se quieren implicar para listar peticiones. Es indispensable no prometer nada que no se vaya a cumplir y tener clara una autoridad moral.
–Muchos vecinos de los barrios del Polígono Sur afirman que el trabajo ha sido decepcionante. ¿Qué tiene qué decir a la crítica?
–Hoy mismo tengo una reunión con los vecinos porque los recortes de las administraciones han paralizado objetivos muy importantes como el soterramiento del tren pero hay otros proyectos que siguen adelante. El problema del plan integral es que para los vecinos es más lento de lo que ellos quieren, porque la Administración ya sabe como es.
–Ha aprendido muchas lecciones, imagino, de ahí esa cautela con no prometer lo que no se vaya a cumplir en El Príncipe.
–No se pueden hacer anuncios triunfalistas ni cantos al sol.
–¿Cree que el Príncipe formará finalmente parte de Ceuta?
–Yo creo que sí. El barrio del Príncipe tiene que recuperar la dignidad y a partir de ahí se convertirá en otro sujeto de derechos y obligaciones. Si no se toma en serio, una política retardada puede ocasionar que este problema pese mucho si no se aborda bien y parece que ya son conscientes.