“El principal problema de Ceuta es no tener un lugar donde rodar”

En esta ciudad el cine, como otras muchas cosas, se vive por afición, principalmente porque hay muchos inconvenientes que impiden que un actor pueda dedicarse profesionalmente a esta profesión, salvo contadas excepciones como en cualquier otro tipo de arte. César María Martín Alcaide (Ceuta, 1973) es una de esas personas que apuestan por el séptimo arte, a pesar de reconocer los múltiples problemas para poner en marcha un proyecto, desde la falta de presupuesto hasta un lugar adecuado para los rodajes o la carencia de vestuario y mobiliario.
Este actor, segundo de una familia de cuatro hermanos, intenta aportar su grano de arena desde su condición de presidente de la Asociación Cultural “Conmedia Farsa” y su cargo como miembro de la Asociación Cinematográfica de Ceuta, donde lleva dos años.
Lleva catorce años haciendo teatro, se formó profesionalmente en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga y ahora ha puesto en marcha un nuevo proyecto con el rodaje de una serie que se emitirá por internet. Ilusión y ganas le sobran a este amante de los juegos de rol, la literatura clásica y el fútbol.

–¿Actor por vocación o por tradición?
–Las dos cosas porque me crié en un seno familiar donde mi padre dirigía, escribía e interpretaba, siendo uno de los dos directores de teatro -Antonio Martín de Vayas- que había en la ciudad, es decir, me he criado en un ambiente de teatro y, de hecho, con tres o cuatro años hice las primeras cosas pero era muy tímido y le dije que me daba vergüenza.
–¿Es verdad que te fuiste a estudiar Psicología a Granada y luego cambias de opinión?
–Sí, cuando llevaba tres años en Granada, en la Facultad de Psicología, lo dejé porque siempre me preguntaba que podía ser actor. Al principio lo decía de broma pero luego me lo planteé, por lo que hice varios cursos y talleres y después de un año así opté por dejar los estudios de Psicología.
–Te formas en Málaga ¿no es así?
–Efectivamente, superé las pruebas de acceso y estuve cuatro años haciendo Arte Dramático. Luego me fuí a Madrid pero terminé de camarero como suelen acabar todos los actores, aunque allí hice buenos contactos y con la ayuda de José Carlos Cámara pusimos en marcha una compañía.
–¿Cómo resultó ese primer proyecto?
–Montamos con nuestros ahorros la compañía “Teatracatra” en el año 2000 y hicimos dos obras, una primera “La cantante calva”, una comedia del absurdo que se estrenó en Vicalvaro y luego hicimos una función en el Ayuntamiento de Ceuta, y al año siguiente montamos la obra “Escuadra hacia la muerte”.
–¿Por dónde encaminas los siguientes pasos?
–Tuve unos problemas de salud que me obligaron a venirme a Ceuta, donde empecé con el Centro Dramático, con el que estuve cinco años. Entré en contacto con Emilio Pomares y participé en un casting para la película “El final vivo”, un largometraje que todavía estamos rodando.
–Y de ahí a la Asociación Cinematográfica ...
–Sí, me volvía a enganchar aunque realmente nunca lo había dejado. La verdad es que tengo el orgullo de seguir en la brecha cuando el resto de compañeros o bien lo han dejado o sólo lo hacen de forma esporádica, lo cual es una pena porque he conocido a muchos con talento y que prometían mucho.
–¿Cuáles son tus parámetros de un buen actor?
–Constante y muy trabajador ya que el talento hay que pulirlo, es decir, el noventa y nueve por ciento de un actor es el trabajo diario. No tengo un acto tipo pero me gustan algunos como Carmelo Gómez o Paul Newman ya que lo interesante es incorporar elementos de otros porque la primera lección es aprender por observación.
–¿Cómo nace Conmedia Farsa?
–Hace tres años decidimos fundar una compañía independiente y ya vamos por la quinta obra, “Mujercitas”, la cual pondremos en escena en noviembre y que es dirigida por José Antonio García. La verdad es que buscamos un nombre con algún tipo de juego lingüístico y como no teníamos dinero para una entera decidimos “Conmedia Farsa”.
–¿Qué supone esta asociación?
–Reunir a un grupo de amigos bajo una asociación cultural que dedican muchas horas a los ensayos. Somos una compañía local que ya ha tenido la suerte de llenar el Siete Colinas, lo cual era impensable porque siempre se piensa que los ceutíes no son tan buenos como los de fuera.
–¿Está bien considerado el teatro a nivel local?
–No, aunque el público empieza a tener conciencia de que se hace un buen teatro pero se considera como algo que hacemos porque nos gusta y no como un trabajo, es decir, muchas veces nos vemos obligados a hacerlo gratis o no hacerlas, pero las cosas valen dinero.
–¿Cuáles son las principales dificultades?
–El principal problema es no tener un lugar donde rodar porque a veces nos gustaría modificar el entorno pero no podemos construir nada porque estamos de prestados, lo cual repercute en la calidad total del producto.
–Al margen de un lugar idóneo ¿Qué causa más quebraderos de cabeza?
–Casi todo porque no tenemos extras sino voluntarios y, además, hay que buscarse la vida para conseguir la ropa para las escenas o pedir muebles, es decir, todo esto influye en el resultado final ya que hay que realizar un esfuerzo enorme. El presupuesto es un problema porque lo único que hay es lo público y encima está limitado.
–Particularmente ¿Qué papel te ha sido más difícil poner en escena?
–Cuando estaba estudiando el de Romeo y recientemente el papel de Leonardo en “Bodas de Sangre”.
–¿Qué tal el proyecto “Cazadores de Sombra”?
–Hemos empezado esta semana a rodar y es una aventura con mucha ilusión que supone un esfuerzo enorme. Queremos emitir el primer capítulo por internet el 14 de enero y cada uno durará entre cinco y ocho minutos.
–¿Algo para los aficionados al cine?
–Animarlos a que accedan a la página de Facebook “Cazadores de sombras: el compendio de las sombras” y que se unan al proyecto porque iremos dando pistas sobre la trama y el rodaje.

“Esta ciudad siempre ha tenido una buena cantera de actores pero el aislamiento juega en su contra”

futuro. César María Martín destaca la tradición de nuestra ciudad con el séptimo arte. “Ceuta siempre ha tenido una buena cantera de actores pero el aislamiento juega en su contra”.
Para profundizar en este asunto, nos cuenta que “en estos años he conocido a mucha gente que podía haberse ganado la vida en la península pero, salvo notables excepciones, la mayoría de ellos han visto truncado este sueño”.
Por ello apunta que “aquí hay mucha gente con interés y hace falta animarlos para llegar a ser actores, principalmente por la falta de infraestructuras”.
Por ello, ha opinado que “aquí no hay una compañía estable profesional, sólo está el Centro Dramático, pero sí hay muchas ganas”.
En este sentido, ha desvelado que el panorama actual “no es bueno pero hay bastante ilusión y si no lo hiciéramos Ceuta se empobrecería culturalmente ya que el cine se perdería. Hay que entender esta afición como la copla, la danza o el flamenco, es decir, aquí nos movemos por inquietudes individuales”.
En relación a si el teatro de la Manzana del Revellín podría ser una solución ha argumentado que “debería representar una ampliación de la oferta cultural y una mayor variedad de espectáculos pero es una incógnita. Un teatro estupendo debe tener una buena dotación de personal para sacarle rendimiento”.
Por toda esta serie de circunstancias, César María Martín tiene claro que lo principal es la dotación. “Pediría un estudio donde rodar y medios, es decir, que se invierta en la cultural porque se podrían fabricar buenos productos y luego promocionar la ciudad a través de internet porque hay muchas series que ven así miles de personas”.