Si hace más de una semana que no compra butano en la ciudad autónoma, prepárese para la próxima vez que pase por caja. El precio de venta al público de cada bombona ha pasado de 14,28 euros, el que estaba fijado hasta el pasado 26 de febrero, a 16,42, el que se factura desde entonces, según confirmó ayer ‘Atlas’, la empresa que gestiona el negocio, a este periódico.
Se trata de 2,14 euros de diferencia en cifras absolutas. Casi un 15% de encarecimiento repentino en términos relativos.
El motivo de tal subida hay que buscarlo en el BOCCE del pasado 19 de noviembre, en el que se publicó una resolución del consejero de Hacienda, Economía y Recursos Humanos, Emilio Carreira, referente a la variación del coste de comercialización de los Gases Licuados del Petróleo (GLPs) envasados en virtud de la cual asumió, literalmente, “que concurren factores específicos locales que justifican diferencias en los costes de comercialización de los GLPs envasados derivados de la extrapeninsularidad, limitado volumen de demanda y costes añadidos del transporte”.
Ello ha conllevado que, al cancelarse la compensación que hasta ahora venía pagando la Hacienda pública local directamente a ‘Atlas’, ahora permite a la empresa “establecer la variación al alza sobre los costes de comercialización de los GLPs envasados de “0,154 euros por kilogramo de producto”.
La coalición Caballas criticó ayer agriamente en declaraciones a este periódico que la Ciudad adoptase esa posición “sin ningún estudio solvente que haya acreditado que desde 1997 hasta la fecha se mantienen los desajustes de comercialización”.“Parece”, ha criticado Aróstegui, “que nadie ha analizado las bonificaciones a la Seguridad Social de las que se beneficia ahora la empresa, su reducción de plantilla desde hace más de quince años, que todos sus distribuidores son autónomos... y, sin embargo, el Gobierno sí se ha preocupado de garantizar que haya un margen de beneficios asegurado para la compañía”.
Según los localistas, lo que ha permitido el Ejecutivo ceutí con su posición es “blindar el beneficio de la empresa a costa del bolsillo de los ceutíes apelando a unos sobrecostes de explotación no acreditados”.
La Ciudad puede actuar hasta la diferencia impositiva
La resolución de Carreira firmada y publicada en noviembre en el BOCCE refiere que “respecto a la concurrencia de factores específicos locales, es indudable que estos son identificables con la extrapeninsularidad, el limitado volumen de demanda y los costes añadidos del transporte”. La Ciudad de Ceuta puede establecer variaciones, en más o en menos, sobre el precio máximo de venta al público de los GLPs. Esta facultad es “causal” y las variaciones que puede introducir “presentan el límite cuantitativo del importe de la diferencia entre los impuestos repercutibles al consumidor en el régimen fiscal local y los nacionales generales”.