Tras las manifestaciones hechas por la senadora Luz Elena Sanín sobre la ‘fórmula’ ideada para terminar con el fraude organizado que hay en torno a la existencia de parturientas marroquíes, se destapó ayer la caja de los truenos. Y lo hizo a tres bandas. Por un lado el Grupo popular en el Senado se desvinculó completamente de lo dicho por Sanín, por otro ésta se mantuvo en sus trece asegurando que era una opinión personal a pesar de que la hubiera hecho en una sede popular y por último su propio partido, que por boca de Emilio Carreira, optó por quedarse en medio, sin apoyarla pero sin desmentirla.
Pero vayamos por partes. Los primeros en querer zanjar el asunto fueron los propios populares. Así, tal y como se difundía a través de las agencias informativas, la senadora habría comunicado a primera hora de la mañana a su grupo parlamentario que “se había equivocado” al plantear públicamente que se retirara el pasaporte a las embarazadas de Marruecos que llegan a la ciudad autónoma para dar a luz, para asegurar así el cobro de la asistencia recibida cuando vayan a abandonar la ciudad.
Fue su jefe de filas en el Senado, José Manuel Barreiro, quien explicó -y así lo recogieron las agencias- que el grupo parlamentario se había puesto en contacto con Sanín ayer mismo y que la senadora había reconocido su equivocación. “La posición del Ministerio de Sanidad es clara, a cualquier persona que está en España y da a luz se le atiende, tenga o no papeles”, subrayó.
Barreiro aseguró a los periodistas que las manifestaciones de la senadora “ni coinciden con la posición del Ministerio ni con la del grupo parlamentario. El grupo ha hablado con ella y se dio cuenta de que se había equivocado”, sentenció el mandatario.
Lo dicho por Barreiro no cuadraba con lo que la propia senadora reconocía ayer a este medio. La propia Sanín se dirigió a ‘El Faro’ para destacar textualmente que “no me arrepiento” de lo dicho “y por tanto no me retracto de las palabras que dije el lunes en rueda de prensa porque tal y como puntualicé en la misma sala no se trataba de la opinión del partido sino la mía, la de la ciudadana Sanín”, apostilló. En este sentido, la senadora asegura que “me limité a responder a título personal a una pregunta directa a mi persona, juicio que fortalecí con argumentos y datos económicos, en concreto, los concernientes a los siete millones de euros que ha costado al Estado español entre 2004 y 2009 la atención sanitaria que recibieron los ciudadanos marroquíes, un porcentaje muy elevado y que debiéramos estudiar en pos de aminorarlo sensiblemente en beneficio de los españoles”, indicó.
Por último, Sanín, quien se mostraba “agradecida” de haber recibido la demostración de aliento de muchos españoles que le muestran apoyo, quiso dejar claro que “en ningún momento se ha puesto en contacto” con ella algún responsable de otro grupo político.
La desautorización de Barreiro caía en saco roto ya que si dijo que la senadora ceutí se había arrepentido de lo manifestado, la colombiana negaba la mayor defendiendo su derecho como ciudadana a exponer su planteamiento en torno a este asunto.
Operaciones frustradas de la Policía Nacional sobre esta mafia
Desde que en el año 2010 la Asociación Unificada de Guardias Civiles denunciara la existencia de una mafia organizada en torno a la asistencia a parturientas, información adelantada por este medio, mucho ha llovido. Tanto, que han sido varias operaciones policiales que se han quedado en el camino intentando desentramar una mafia organizada más que evidente. En la época de Fernández Chacón siendo delegado del Gobierno, y con José Luis Torres como jefe superior, la Policía Nacional llevó a cabo una investigación en torno a esta mafia, llegando a controlar varios pisos patera en los que entraban embarazadas marroquíes que luego acudían a parir al Hospital. La Policía intentó conseguir órdenes de entrada en esas viviendas pero judicialmente nunca se permitieron, así que las operaciones se cerraron en falso sin poder ir más allá. Hubo cantidad de indicios sobre personas presuntamente relacionadas con esta trama, así como identificación de mujeres que eran las que siempre acompañaban a las embarazadas. Hasta la actualidad no se ha conseguido dar con el operativo que sustenta este tipo de tramas sobre las que advirtió, en inicio, AUGC.