El portavoz reconoce su “error” y Caballas habla de presiones

A pesar de que la modificación de la ordenanza fiscal de las terrazas había sido retirada del orden del día, los grupos políticos no se resistieron a pasar por alto cualquier debate al respecto. Debate que generó su pizca de crispación, sobre todo en el grupo Caballas, que era el que había apadrinado dicha propuesta.
El portavoz popular, Emilio Carreira, entonó el mea culpa manifestando que había sido “su error” el haber avalado que este punto fuera a pleno sin haber consensuado con los empresarios. El concejal Juan Luis Aróstegui, en cambio, no perdonó y echó toda la carne en el asador en una crítica hacia las presiones que habría sufrido el Gobierno porque “sorpresivamente” le montan una manifestación “de un sujeto pasivo pero influyente que consigue que este punto quede fuera en el orden del día”.
Para Caballas es una injusticia que los empresarios gocen del “gratis total” mientras que los demás ciudadanos pagan sus tasas. “Desde 2004 no pagan ni un céntimo” por ocupar la vía pública mientras tienen “negocios lucrativos con empleos precarios”, denunció. Aróstegui dijo que no era justo ni legal que se permitiera “el gratis total”.
Vivas terció en el debate indicando que de ninguna manera la cuestión iba a sostenerse en ese gratis total. Un debate que terminó por unificar el (no) punto del orden del día con el relativo a la ordenanza de la tasa de recogida de residuos, que fue aprobada por unanimidad y que obligará a que las empresas abonen, como ya hacían los particulares, las tasas del recibo único.
La unanimidad en este punto no se halló en el de las terrazas. Carreira insistió en que habrá más debate con los empresarios, advirtiendo de que la modificación de la ordenanza que afecta a las terrazas no persigue un afán recaudatorio sino, más bien, poner en valor el dominio público. “Tenemos que darnos un momento de reflexión, pero no será largo”, añadió.
Caballas recordó que este asunto no puede perderse en un cajón reconociendo que para la oposición, de hecho, es una medida impopular, pero que deben defenderla por dignidad. Aróstegui criticó que mientras la Ciudad cobra las tasas por la ocupación en periodo navideño de cuatro tenderetes en la vía pública, pasa por alto a los empresarios de las terrazas. “Esta bicoca es injusta, estos señores llevan diez años sin pagar”, espetó. Los empresarios han iniciado esta protesta después de toparse con cobros que iban a traducirse en, de media, el pago de 360 euros por metro ocupado.