Una comisión especial con representantes de los distintos grupos políticos decidirá qué reglamento de la Asamblea se aplica en las próximas sesiones plenarias. Los componentes de esa entidad son los que empezarán a estudiar los puntos de la reforma intentando que en un pleno extraordinario de septiembre se apruebe el resultado de un reglamento basado en el consenso de las formaciones.
Tal y como explicó el portavoz del Ejecutivo, Jacob Hachuel, la idea es que el pleno ordinario de septiembre se rija por ese nuevo reglamento con el que se pretende, entre otros asuntos, dar mayor agilidad a los órdenes del día para evitar sesiones maratonianas que terminen suspendiéndose por la inviabilidad temporal de abordar todo.
Además la Ciudad quiere disponer de una estructura de Gobierno conformada por consejeros, viceconsejeros, directores generales y subdirectores, sin que sea necesario ser un miembro electo para ocupar alguno de estos cargos. Con esta reforma (la última data de tiempos de Basilio Fernández) se permitirá además la regulación del sector público empresarial.
Por otra parte el Consejo de Gobierno dio luz verde ayer a una subvención de 70.000 euros para la asociación Intercultura, entidad de “acreditada importancia”, dijo Hachuel.