Cuando una Institución como la Universidad de Granada decide reducir la apuesta por el personal que desarrolla su labor en el Campus de Ceuta, a menudo afloran sentimientos que se mueven entre la indignación y el abandono.
Sólo en Campaña electoral se observa cómo, quienes desean llevar las riendas de la Universidad de Granada, prometen situaciones que a la larga caen en saco roto sin posibilidad de una rectificación de sus propios argumentos.
Movidos por la codicia y el olvido, las promesas realizadas en el Campus de Ceuta, a menudo, provocan situaciones como las ya vividas por las empleadas de la limpieza que han visto reducido, no sólo el horario, sino que también han visto mermados sus sueldos, por esta causa. Con ironía lo harán en defensa de la mujer.
Las limpiadoras llevaban más de 20 años realizando esta labor. Entonces, el resto de compañeros y compañeras mostraron escaso interés por este tema tan lamentable. Posiblemente se esté ante un nuevo varapalo para los trabajadores de Secretaría del Campus de Ceuta.
Se viene a demostrar que nadie está libre de la acción de gobierno. Una vez más se pone de manifiesto la escasa capacidad de resolución de problemas, cuando deciden utilizar el rodillo y no el sentido común. Son muchas las ocasiones en las que por decisiones injustas, los empleados de Ceuta se han visto perjudicados.
La Universidad de Granada no debería ignorar la siempre buena actitud y aptitud demostradas por ese equipo de personas de Secretaría, en un momento de verdadera problemática, decidieron transformar en lo que hoy viene a ser una organización modélica, en su labor en los asuntos de la administración. Tampoco olvidar que en más de una inundación, las limpiadoras con su labor evitaron la pérdida económica de un importante material, pendiente de ubicación en el nuevo laboratorio que se está construyendo.
En la campaña electoral, la Rectora de la Universidad de Granada prometió no destruir ningún empleo. Se ve que solo era la campaña, porque después ocurre que se olvidan de Ceuta. Solo queda la esperanza de quienes tienen responsabilidades en el Campus de Ceuta. Negociar con una decidida apuesta económica y de futuro, donde los alumnos no vean mermadas sus actividades porque está estudiando en esta orilla.
Ahora que se está en campaña electoral es cuando hay que poner de manifiesto las dificultades de personas trabajadoras que por circunstancias pueden ver peligrar su futuro.