El pensamiento castrado

Como ya bien saben nuestros sufridos lectores hace muchos años que llevamos desarrollando el proyecto de estudio y recuperación de cuerpos y osamentas de tortugas marinas y cetáceos, que lleva recorridos ya veinte años de existencia ininterrumpida. Más allá de los logros científicos y de contar con una de las mayores colecciones europeas en este tipo de esqueletos, o de haber desarrollado numerosas actividades educativas en torno a estos magníficos animales que nos sirven tanto en la vida como en su muerte, están los aspectos que interesan a las administraciones en relación al cumplimiento de las legislaciones ambientales, sanitarias y de convenios suscritos en defensa de la conservación y la salvaguarda del mar, sus hábitats y especies.

Es tanto lo conseguido entre todos (Septem Nostra, Museo del Mar, Autoridad Portuaria de Ceuta, Ayuntamiento de Ceuta, Delegación del Gobierno, Guardia Civil, Ministerio de Medioambiente, las empresas que se dedican a cuestiones ambientales Makerel y Athisa y muchas personas anónimas que no cesan de colaborar con nosotros) que aquello que comenzó con tanta ilusión y numerosas dificultades nos ha trascendido a todos y ha cobrado vida propia reclamando su ansiada estabilidad de mínimos económicos para funcionar sin altibajos ni contratiempos indeseables.

Justamente, podemos decir sin rubor que ha sido el libre pensamiento y las ganas de hacer cosas por el conocimiento y la conservación de cetáceos y tortugas marinas lo que inició todo este proceso ilusionante que nos ha traído hasta el momento actual. Hay que entender que cuando iniciamos nuestra labor las ballenas se tiraban al vertedero junto con las tortugas y los delfines, y los grandes varamientos de cetáceos servían para que los más brutos del pueblo sacaran los dientes a los cachalotes utilizando cualquier herramienta a su disposición. Poco después de iniciar aquel pequeño proyecto que nos financió nuestro amigo y aliado en la conservación Juan Jesús Barroso Calderón, por entones consejero de educación y cultura, las cosas empezaron a cambiar y con nuestro empeño y la ayuda de algunas buenas personas que trabajaban en torno a la recogida de basuras logramos recoger un buen número de cuerpos que dispusimos entre cuatro piedras pintadas de blanco en las cercanías del antiguo vertedero municipal. Nuestra iniciativa fue calando tanto en la ciudad como fuera de ella y, gracias a una coyuntura política, pudimos organizar en Ceuta el primer congreso de la Sociedad Española de Cetáceos, con la asistencia del especialista en cetáceos y profesor de Oxford Peter Evans al que hicimos una entrevista traducida al castellano para la televisión local. A pesar de los logros y de la consolidación del proyecto, las administraciones implicadas no han sido capaces de estabilizarlo económicamente aportando un mínimo presupuesto que pueda sufragar los precarios sueldos de las personas que trabajan diariamente con los cuerpos de estos animales. Ante esta realidad, y cansados de hacer la mayor parte del esfuerzo para la búsqueda de los fondos económicos necesarios, hemos decidido dejar en manos de la administración la financiación mínima de nuestro personal de cara al futuro.

Creemos que ya hacemos lo suficiente poniendo en marcha todo este trabajo, aportando los datos anuales, realizando la investigación sobre las osamentas, cuidando de toda la colección, formando a nuevos investigadores y también encargarnos de la edición de la revista Alidrisia Marina.

También tenemos que reconocer que se ha avanzado mucho en nuestra relación con la administración municipal, sobretodo con el área de Sanidad Animal, además del trato cordial con las veterinarias encargadas del área y de contar con el apoyo de la consejera Adela Nieto, que fue la que inició un convenio con el Museo del Mar y ayudó decisivamente a la consolidación de los trabajos con las osamentas; en ella tenemos una gran confianza y contamos con su ayuda para resolver nuestro problema. Asimismo, conseguimos una nueva área de pudridero gracias al buen hacer de nuestra amiga y en su momento consejera de Fomento Susana Román junto a los servicios técnicos de Pedro Sierra y a la importantísima colaboración de la empresa Makerel que cedió parte de sus terrenos para este fin. Para conseguir “el remate de la jugada” vamos a mantener una reunión en el área de Medioambiente junto con Sanidad Animal y esperemos que a partir de ese momento podamos llegar a dejar de pensar en las insufribles regulaciones legales y los interminables memorándums.

El pensamiento no debe ser desperdiciado puesto que cuesta tiempo y energía y hay que administrarlo con cuidado. Por otra parte, nuestro espíritu libre se queda maniatado y llega a enajenarse cuando tiene que lidiar con los insufribles procedimientos que deben ser solucionados y manejados profesionalmente por los burócratas, que son los que poseen los conocimientos para enfrentarse a estas situaciones. En cualquier caso sus obligaciones profesionales no deben caer sobre nosotros como arma arrojadiza y se deben dotar de los mecanismos legales para solventar situaciones como la que les estamos planteando sin llevarnos a los demás al borde de la locura. Ciertamente necesitamos nuestras mentes despejadas de papeleo para poder seguir generando ideas y pensando en los temas ambientales o culturales de los que nos ocupamos. No queremos tener un pensamiento castrado que nos distraiga de nuestros cometidos, mientras los funcionarios dedicados a la burocracia del ayuntamiento generan problemas absurdos en vez de dedicarse a resolverlos con diligencia y alegría. Son muchos millones de euros los que nos cuestan a todos sus nóminas, sin mencionar las insultantes cantidades que llegan a ingresar los bendecidos y bendecidas con las direcciones generales. Con el salario de un mes de estos últimos cargos se financian las tres medias jornadas del pudridero durante casi la mitad de un año.

Estamos contentos y satisfechos de lo realizado junto a las administraciones y también agradecidos a tantas personas que nos han ayudado desde dentro y fuera del sistema público, pero no estamos dispuestos a sufrir la burocracidad (este es un término inventado inspirado en el de cerebralidad que se refiere a aquellos cientifistas desnortados que intentan reducir todo nuestro ser al funcionamiento fisiológico del cerebro) impuesta por ineptos que pretenden convertirlo todo en una fiesta tétrica del papeleo sin fin que no lleva a ningún lugar y nos empobrece espiritualmente a la vez que malgasta tiempo y energía.

Este es un proyecto cultural, ambiental, científico, educativo y si nos apuramos también turístico que ha generado una notable información científica y divulgativa a la vez que se ha ido convirtiendo en un referente ambiental de nuestra ciudad. No hay espacios creados en España como el nuestro, ni programas de recuperación de cuerpos varados como el que hemos construido entre todos en Ceuta. Es muy barato de mantener y sus réditos son realmente notables, pero no estamos dispuestos a seguir buscando los fondos económicos que por lógica competencial tienen que aportar las administraciones. Solo esperamos que el ayuntamiento se centre por un rato en resolver la situación, dotándonos de los fondos mínimos o proporcionándonos la vía para que los podamos obtener fácilmente sin tener que emplear la salud y eones de tiempo en situaciones burocráticas inverosímiles que en todo caso solo pertenecen al ámbito profesional de la administración y nada tiene que ver con nuestra labor.