“El otro día quisieron venderme un televisor que habían robado en el saqueo de una tienda ”

Londres lleva una semana bajo la presión de los disturbios. Todo se inició el pasado fin de semana y esas protestas que conocieron los suburbios de París hace unos años se han trasladado en esta ocasión a la capital del antiguo Imperio británico. Una noticia que está recorriendo el globo de punta a punta, pero que tiene también la impresión de ceutíes que viven en la capital británica y que se sienten integrados en este país.
Es el caso de Hakima Abdeselam, natural de nuestra ciudad, quien asegura que la gente está muy asustada. Sin embargo, ha tenido la suerte que ninguno de esos disturbios la han cogido cerca ni de su casa, ni de los lugares que normalmente transita con su marido y sus hijos.
Pero Hakima no siente que esta ola de protestas que está traspasando ya las frontera del mismo Gran Londres sea un vandalismo encubierto, sino que los jóvenes protestan sobre todo por la falta de trabajo, por la frustración de no tener un futuro asegurado, lo que no quita, desde luego, “que haya también quien se aproveche y que de los actos vandálicos busque también un beneficio. Hace unos días hubo un joven que se me acercó para venderme un televisor que había robado, después que rompieran la luna de un escaparate”.

Acento con sabor inglés
Hakima Abdeselam habla con un acento ya que tiene un pequeño sabor inglés. Lo que no sabía a mediados de la década de los noventa que un viaje de vacaciones a Londres con una amiga le iba a cambiar la vida.
Allí conoció a su marido y creó su familia, teniendo en la actualidad tres hijos, aunque no pierde sus raíces ceutíes, “porque todos los años vamos a Ceuta para estar unos días con la familia”.
Pero por esos tres hijos tiene en estos momentos miedo Hakima, “porque o te puedes atrever a dejarlos solos salir a la calle y a pesar que nosotros vivimos en un barrio a donde no han llegado los disturbios”.
Habla de Notting Hill Gate, ese barrio que dio título a la famosa película interpretada por Julia Roberts y el actor británico Hugh Grant, “aqui lo cierto es que lo tienen más vigilado porque es una zona turística por excelencia”.
Le preguntamos a Hakima que hasta ahora los disturbios se están dando en esos barrios de la periferia, “pero creo que en pocos días se puede extender porque han llegado hasta Portobello”.

Falta de trabajo
Sin embargo, a lo largo de toda la conversación tiene muy claro que las causas están relacionadas con esa falta de trabajo, con esa precariedad en el mismo, “no se está muy seguro en un trabajo, porque lo mismo te echan y no hay más explicaciones o te recortan las horas para que otra persona pueda ocupar tu lugar y te dan una miseria. Esos jóvenes se quedan en estado de shock”.
Por supuesto, aunque hable de la falta de trabajo, no está de acuerdo con la violencia que se está empleando e insiste una y otra vez que se debe diferenciar entre quienes ejercen su derecho a la protesta por un lado y  quienes por otro buscan el pillaje y el vandalismo, robando todo lo que pueden.
No ve fácil la salida del túnel, señala que hay mucho odio y rencor ahora mismo y que incluso hay quien está buscando dar la vuelta a toda la situación y pintarlo con el calificativo de racismo. Los propios ciudadanos están preparando patrullas para vigilar sus tiendas e impedir más pillajes, ante la falta de contundencia de las propias Fuerzas de Seguridad.

“Quiero ser muy respetuoso, pero para mí  lo que sucede son actos de puro vandalismo”

L.M.A./ CEUTA
La otra cara de la moneda para ver los  disturbios de Londres es el caso de un ceutí, en este caso residente en Málaga, que nada más que lleva cuarenta días en el Reino Unido ya que ha ido para realizar un curso de inglés durante dos meses, aunque también goza de vacaciones.
José Ramírez tiene treinta y un años, es profesor de Informática  y desde el pasado uno de julio se encuentra en Londres, donde, por supuesto, ni por asomo iba a pensar para nada que iba a estar en el epicentro de la violencia callejera, aunque como reconoce "me entero más de lo que está sucediendo por los medios de comunicación, ya que normalmente por donde me muevo no existe ningún tipo de situación difícil".

Casa particular
Tanto la residencia que se buscó, que es una casa particular donde ha alquilado una habitación, como la academia donde está cursando este curso de inglés se las buscó por Internet. Lo más cercano que ha sentido la violencia, aunque no escuchó nada y todo ha sido por comentarios es que en un barrio cercano a donde está la casa particular donde vive si hubo disturbios.
Se muestra en la conversación que mantiene con nuestro periódico muy respetuoso con la propia opinión que los ingleses puedan tener sobre lo que está sucediendo, "porque, por ejemplo, en clase hemos hablado de lo sucedido, pero en el fondo ninguno queremos entrar en más profundidades para no herir ninguna sensibilidad especial". Es una academia verdaderamente que parece una ONU, porque hay italianos, franceses, polacos y hasta turcos. Tienen claro que van a aprender un idioma y no quieren entrar mucho más allá.
Fuera de la vida académica nos contaba que el resto de las horas no tienen ningún problema ni restricciones para realizar lo que verdaderamente deseen. Así nos señalaba que ayer era un día para la visita a una serie de museos y que estaban cumpliendo el programa a la perfección.
Pudiera parecer, en todo caso, que en la casa donde está residiendo la confianza podría ser distinta y allí si pudiera hablar con más tranquilidad con la familia que le ha acogido en Londres. Sin embargo, también cuando nos cuenta sus contactos con ellos, no quiere profundizar.

Trabajo
Cuenta que si una persona quiere encontrar trabajo en Londres no lo tiene difícil, pero siempre será precario, "si se desea trabajar en un Mac Donald,s o de camarero lo consigues, pero te pagan una miseria".
Sin embargo, si cree, aunque es una opinión meramente personal y así lo quiere dejar claro en su afirmación que lo que está ocurriendo son "actos de puro vandalismo".
Es la visión de este joven ceutí a la que la situación londinense no le está afectando para nada en el devenir cotidiano, aunque como es lógico recibe las oportunas llamadas de familiares y amigos, así como los comentarios por las redes sociales más preocupados por la lógica distancia, aunque él mantiene una tranquilidad pasmosa y aún le quedan tres semanas.

Las explicaciones por la muerte de un joven desencadenaron las protestas

Los hechos se desencadenaron el sábado 5 de agosto en la noche, luego de una manifestación frente a una comisaría de policía en el barrio de Tottenham (norte de Londres).
Según los manifestantes, el motivo de la concentración fue exigir explicaciones y una investigación por la muerte de Mark Duggan, de 29 años, quién fue muerto a tiros por la policia el jueves 4 de agosto.
La versión policial asegura que Duggan estaba armado y que murió durante un tiroteo, desencadenado después de que una bala alcanzara la radio de uno de los agentes. Sin embargo, según reportó el diario The Times, un testigo dijo que Duggan fue muerto de un disparo tras ser reducido en el suelo por la policía.
Por su parte, el diario The Guardian señaló que el análisis de balística del proyectil que dañó la radio de la policía, concluyó que procedía de un arma policial. La policía aún no se ha pronunciado sobre esto. No obstante, el detonante que habría desatado la violencia fue, según testimonios de la comunidad reportados en medios británicos, el hecho de que agentes de la policía golperaran a una joven de 17 años.
Un testigo afirmó a la BBC la policía cargó contra la joven con sus porras cuando ésta les recriminó la falta de respuestas sobre la muerte de Duggan.