Poesía, literatura, reflexiones vitales, una mirada a la conciencia, a la sociedad y a la autocrítica. Intercambios de opiniones, risas y carcajadas, viajes al pasado y al futuro. Jóvenes y no tan jóvenes. Una luz tenue, un ambiente acogedor e intimista. Un público deleitado que discretamente se fue entregando a su interlocutor. Y rap, ese fue el origen de todo. Ese fue el origen de ‘Un nuevo yo despierta’ y, por ende, del ambiente que se coció ayer en la Biblioteca con motivo de su presentación en la ciudad por la que el Chojin se trasladaba nuevamente a Ceuta.
Ser pionero de esta corriente en España y llevar tras de sí casi tres décadas de éxitos te puede otorgar entre los tuyos la etiqueta de ‘semi-dios’, que prácticamente es como sus seguidores ven al Chojin. Si a eso además se le añade una imagen imponente, una voz firme y unas letras que hacen callar hasta a los más rebeldes, no era de extrañar el ambiente que rezumaba esta sala del ente público cuando el rapero hizo su entrada. Sin embargo, el Chojin bajó del Olimpo y se mostró tal y como se ha dejado ver en los cientos de letras que ha escrito durante estos casi 30 años. Humano, cercano, humilde y como un ‘colega’ más de los decenas de asistentes con los que charló abierta y libremente sobre él, porque eso es ‘Un nuevo yo despierta’, un libro sobre su vida, sobre los sucesos y situaciones que le han llevado a ser quien es y que, a la vez, explican las letras que ha ido componiendo a lo largo de su carrera.
Con la famosa frase de Francisco Umbral rompía el hielo. “Me encanta decirlo, vengo a hablar de mi libro”, comentaba risueño. Pero a diferencia del novelista madrileño el Chojin se inmiscuyó entre su público. “Preguntadme por favor”, les decía. “Este libro habla de que vamos cambiando a lo largo de la vida, pero lo más importante es encontrar ese punto en el que te sientes seguro y te sirve para construir un mundo a tu alrededor”, explicaba.
Un libro impregnado por la que ha sido la base de sus canciones: la autocrítica. “Me niego a verme como el que siempre tiene razón y me siento mejor sabiendo que hago cosas buenas y coas malas, ahora que tengo conocimiento de ello estoy muy orgulloso cuando la cago”.
Aunque negaba que se tratase de un libro de autoayuda, “porque habla de mí y mis convicciones, no de verdades absolutas”, reconocía que ahora, después de todos esos sucesos y anécdotas, de las que dejó caer alguna, “he aprendido a ser feliz y no serlo, porque no podemos ir siempre con una sonrisa”.
Hubo preguntas sobre sus primeros trabajos. Para sus letras y los tres libros anteriores que ha escrito. También sobre en qué faceta se sentía más a gusto y se reivindica en el rap. “Me encanta la literatura pero yo soy rapero”.
También hubo espacio para someter a crítica a las redes sociales y el ambiente que en ellas se cuece, con interpretaciones cargadas de sarcasmo y las consiguientes carcajadas de los presentes.
El Chojin regresó y, como suele ser habitual, no dejó indiferente a nadie. El Chojin se abrió en cuerpo y alma, dejó entrever al rapero y lo que existe detrás y más allá.
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