En una de sus anecdóticas fábulas, el escritor argentino Jorge Bucay cuenta que, en cierta ocasión, se adentró por los bosques de su país natal hasta llegar a un lugar donde, asombrado, pudo comprobar que en un pequeño pueblo se encontraba un cementerio que, por sus características, llamó su atención. En un primer momento, llegó a sentirse triste por las inscripciones y epitafios que adornaban sus lápidas. En todas ellas, quedaba grabado el nombre del fallecido y el tiempo que vivió. Ninguna de ellas superaba una vida superior a las doce, quince o veinte horas. Estremecido, pensó que era un cementerio de niños. Pronto salió de su apuro cuando notó la presencia de un pastor que por allí llevaba a pastar a su rebaño y a quien preguntó por aquel devenir.
Su respuesta no se hizo esperar y así le dijo: “No son niños… algunas de estas personas llegaron a vivir ochenta o noventa años. Sus lápidas expresan solamente el tiempo en los que fueron autenticamente felices”. De todo aquello, tan verdaderamente elucubrante, salió fortalecido porque de ello, comprendió manifestada la idea de que la vida se compone de instantes maravillosos, de auténtica felicidad y de otros muchos que no lo son tanto.
Quisiera hacerles saber al público en general, a todos aquellos que se roban unos minutos para leer mis artículos que, con certeza, pueden pensar que no es mi intención perjudicar al equipo representativo de nuestra ciudad, Asociación Deportiva Ceuta, y si poner sobre el tapete el funcionamiento interno del mismo. Y es que si algún aficionado puede expresar su felicidad por el juego que desarrolla el equipo, seguramente estará influido por motivos altamente interesados. En contrapartida y como me indican otras personas entendidas en este arte que se llama fútbol, no hay que callar cuando los responsables apagan su móvil para no contestar a las quejas de la mayoría no silenciosa. Peor es el caso de todos aquellos que, imbuidos de unas miserias profundas, sacan su móvil del bolsillo con el fin de no saludar y tener que dar explicaciones por su nefasto gestionar… y como uno ya cuenta con años, estos hechos los utilizo para sumar minutos de felicidad. Deseo que así se epitafie en mi tumba.
Terminado el plazo que otorga la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) para que los jugadores denuncien a los clubs por impago, el equipo ceutí ya cuenta con varias de ellas. Otras no se han producido porque hay jugadores con contrato en vigor y lógicamente, no se atreven a denunciar. Y como ya tenemos asimilado, pronto sabremos por algún medio de comunicación de la ciudad que esa es una deuda anterior y que un Dios bajará para pagarla… pero ese Dios, que no es el mío, omitirá que la deuda de la AD. Ceuta antes de ser auditada era de 2.750.000 euros… ¡claro!, tampoco nos dirá que esta deuda demencial para un equipo de segunda división B, se viene arrastrando de cuatro, cinco… o acaso será de seis temporadas?... y me gustaría saber qué pensará el anterior Presidente, el Sr. Escane, al ver que ante tanto desaguisado, él puede significar el mejor mandatario del equipo en la última década. Tuvo sus errores deportivos y en momentos no supo parar lo que otros le metieron entre ceja y ceja. Cesar a Benigno Sánchez… sorprender con la despedida de Diego Quintero… dejar sin ficha pero cobrando a jugadores y traer mediocres en el mercado invernal… permitir que Pastelero dejara fuera del equipo a Sandro Marques, atendiendo a intereses pacenses y cuando el central iba a cumplir veinticinco partidos, que le significaría cobrar seis mil euros adicionales… el calificado mejor central de la categoría, dejó de ser convocado sin mediar alguna voz que lo defendiera. Este detalle es penoso cuando todos los años se engaña a la afición con la ilusión del ascenso. Señores… ¿quién dio la orden de que Sandro y Bonis no vistieran más la camiseta del Ceuta?... Yo puedo asegurar que no fue Felipe y algún día cercano saldrá a la luz la veracidad de esta supuesta afirmación. Que el equipo actual se encuentre inmerso en zona de play-offs, es un hecho poco significativo. Da la impresión de que el entrenador del equipo, Sr. De Deus, es un “coach” atípico cuando debe confeccionar el equipo cada semana. Será que, supuestamente, no lo discute con su almohada. O es que acaso no tiene un patrón de juego y atiende al “Si señor” de otras personas… pero vamos a ver Sr. De Deus… no permita intromisiones en sus alineaciones, si es que eso ocurre: Porque, dígame usted: ¿Se puede culpar a Mansilla por su fallo en Cádiz?. Con todos los respetos, Sandro Méndez no sirve para este fútbol… ¿podría explicarnos su titularidad?... ¿Será Aridane el futuro centro delantero del equipo?...
En definitiva, la influencia del móvil para aquel que tiene mucho que ocultar y no contesta, es el culpable de que Ramón Sánchez, Sandro Marques, Aarón Bueno, Aitor y alguno más, tengan que recurrir a la justicia porque el que debe dar explicaciones, está missing o fuera de cobertura…
Y como mensaje directo al Presidente no electo de la AD. Ceuta, le reitero mi exigencia para que convoque una asamblea ordinaria y explique los ingresos producidos desde que se hizo injustamente con la presidencia del club… tenga en consideración a todos aquellos que quieren saber y conocer los entresijos que los silencios heredan de su propuesta deportiva y así evitará que, en los próximos días, no tenga que culpar a la directiva anterior de ser la responsable de esos impagos… el club ha tenido ingresos importantes de los que nadie sabe que ha sido de ellos.