El ministro de Interior respalda el material usado en la avalancha

El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, habló ayer largo y tendido sobre lo ocurrido en la madrugada del 6 de febrero, tras la avalancha de inmigrantes que dejó 14 subsaharianos muertos, de los que ya son 12 los cuerpos que se han recuperado (el último ayer tarde, ver crónica en páginas 12 y 13).

El máximo responsable de Interior tenía por delante la difícil papeleta de explicar cómo fue la actuación de la Benemérita aquella madrugada para contrarrestar la enorme presión política y social que ha existido desde entonces. Y lo hizo durante casi cinco horas de Comisión.
Manejando un “exhaustivo informe” que le ha aportado la Guardia Civil y que, ya con el tiempo preciso, contiene todos los detalles de cómo sucedieron los hechos, Fernández mantuvo en la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados que la Benemérita obró de manera adecuada y que empleó material antidisturbio solo de “forma disuasoria” no yendo contra los inmigrantes. Hubo así lanzamiento de botes de humo, pelotas de goma, cartuchos de proyección de fogueo  “que solo hacen ruido” y unos fumígenos  “que no funcionan en contacto con el agua para separar ambos países”. Todo siempre desde tierra, aunque también se efectuaron algunos disparos hacia el mar, sin que corriera peligro la vida de los sin papeles que venían nadando desde Marruecos, y nunca desde las embarcaciones. De hecho, apuntó, cuando se observó que se podía poner en peligro la vida de los inmigrantes, inmediatamente los mandos de la Guardia Civil dieron la orden “tajante” de cesar el lanzamiento de las pelotas de goma.
“Todos los lanzamientos se hicieron desde tierra, con una distancia superior a 25 metros, y la zona de impacto siempre correspondió a aguas españolas, lejos de donde se encontraban los inmigrantes”, sentenció. La orden “fue que siempre hubiese varios metros entre el lugar del impacto en el agua y los propios inmigrantes”.
¿Significa el aporte de estos datos que alguien ha mentido con anterioridad ya que se negó el lanzamiento de material antidisturbio al agua y nunca antes se habló de cartuchos de fogueo? El ministro negó rotundamente que se hubiera faltado a la verdad desde el ámbito político o desde la propia Guardia Civil y habló de que es ahora cuando, transcurrido el tiempo, y con un “exhaustivo informe oficial” encima de la mesa, se han constatado todos estos detalles frente a unos datos iniciales que fueron confusos.
Fernández Díaz insistió en una serie de claves que repitió de forma insistente ante la hilera de preguntas de los diputados de la oposición representantes de los distintos Grupos. Habló de que aquella madrugada quienes intervinieron fueron agentes especialistas “en el control de masas” que estaban suficientemente formados como para saber actuar ante una avalancha. Eran los GRS desplazados a Ceuta desde hace meses los que integraban la primera línea de actuación, teniendo en una segunda hilera a personal de la Comandancia. Insistió en que se trataba de efectivos perfectamente “adiestrados” para actuar ante una avalancha de estas características, integrada por subsaharianos “atléticos” que hicieron gala de una “inusitada actitud violenta”. “Hubo una respuesta por la actitud beligerante, con la fuerza imprescindible”, concretó, aludiendo además a que las autopsias a todos los cadáveres hallados en Ceuta no han reflejado la existencia de lesiones confirmándose la muerte por ahogamiento de todos ellos.
Clarificado este punto resumen del escenario en el que se habría enmarcado la actuación de la Guardia Civil, el ministro defendió la entrega a Marruecos de hasta 23 inmigrantes que consiguieron burlar a Marruecos y llegar hasta la playa del Tarajal. Dato numérico nuevo, que hasta la fecha no se había conocido ya que siempre se habló de ocho o a lo sumo nueve personas entregadas a través del espigón a las autoridades vecinas.
La explicación de cómo se llevó a cabo esta entrega no estuvo exenta de polémica al tratarse de razonamientos que fueron rechazados por los representantes de la oposición. Fernández dijo que al no existir una valla que separe la delimitación entre las aguas de uno y otro país, se tuvo que permitir que los inmigrantes llegaran a la playa del Tarajal “por razones humanitarias” al no poder practicarse su rechazo en el propio mar ya que habría existido riesgo de ahogamiento.
El ministro se las vio y deseó para mantener el criterio que, dijo, ha existido en el mar desde el año 2005; espacio éste en el que, ante la ausencia de vallado se debe “continuar con esa contención, vigilancia y rechazo” por lo que se plasma una “línea imaginaria”. A los inmigrantes, para evitar cualquier peligro en ese rechazo se les permite llegar a la orilla, trasladando hasta allí el escenario “en donde no hay peligro”. Una línea de agentes a pie de playa viene a “visibilizar” esa barrera, por lo que, aunque estén en estado español no se considera una “entrada ilegal” si no se ha rebasado “esa línea de vigilancia establecida”, dijo. No cabe aplicación alguna del régimen de extranjería porque no se considera entrada en España “a efectos”.
Esos 23 inmigrantes que llegaron a Tarajal fueron reclamados por Marruecos “porque sabían que habían salido de su territorio”, insistió Fernández.

El rechazo

En la valla
Si se supera la línea interna no cabe expulsar
El ministro significó que el inmigrante ha entrado en territorio español si ha pasado la valla interna, por lo que queda sometido al régimen de extranjería y tiene que ser trasladado a dependencias policiales.
En el mar
Línea de vigilancia
Al no existir valla ni separación entre países, el ministro dice que se plasma una línea imaginaria. Como los nadadores no pueden rechazarse en el mismo agua a Marruecos se les deja llegar a la orilla y allí, si no burlan el cordón de guardias formado, no han entrado en España por lo que se entregan a Marruecos sin que quepa hablar de devolución en caliente.
¿Y esto desde cuando?
Concepto operativo desde 2005
Dijo el ministro que así se actúa desde la crisis de las vallas en un concepto que ya mantuvo el PSOE y continúa el PP y es “inalterable” en el tiempo, propio y específico para Ceuta y Melilla. “No son devoluciones en caliente porque no se ha producido entrada en territorio nacional y no se aplica el régimen de extranjería”.

La “especialísima situación” de Ceuta y Melilla, que son un “objetivo prioritario” para las mafias

Entradas: +48%
Ceuta y Melilla en el punto de mira de las mafias. Asaltos que se anuncian antes
El ministro dejó claro que Ceuta y Melilla están sufriendo una presión porque son, de nuevo, objetivo prioritario de las mafias. En 2013 se ha incrementado un 48% las entradas por ambas fronteras porque “las mafias” están redirigiendo sus esfuerzos hacia estas vías. Por eso advirtió del peligro que supone “explotar cualquier vulnerabilidad” a ojos de las organizaciones mafiosas. Tras la organización de los asaltos masivos no están las mafias, pero éstas sí que organizan los traslados. Uno de estos asaltos se anunció en Mauritania 4 días antes.

Los precios
Un negocio que se sustenta en la captación y explotación de personas
Fernández Díaz dedicó parte de su exposición a hablar de la problemática de la inmigración y del funcionamiento especializado de unas organizaciones que ponen precio al tráfico de personas. Facilitarles el pase con un chaleco o flotador no cuesta más de 45 euros, pero hacerlo ya ocupando la plaza de una embarcación a motor se eleva hasta los 1.000 euros. En el caso de los pases ocultos en coches, las mafias cobran entre 3.000 y 4.000 euros, precio que sube hasta 6.000 por hacerlo con documentación falsa.