La amenaza de lluvia mantuvo la incertidumbre de la salida de la Venerable Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado y María Santísima de los Dolores hasta el último momento.
Con un riesgo de precipitaciones del 70%, anunciado para la franja horaria de entre las 18.00 y las 00.00, la Junta de Gobierno reunida en Cabildo finalmente tomó la dura decisión de dejar a los dos titulares en casa. “Es aconsejable no realizar nuestra Estación de Penitencia ante la posibilidad de que podría caer bastante agua y temíamos que nos cogiera en un lugar donde no pudiéramos resguardarnos”, explicaba el hermano mayor, Isidro Cortina.
Una decisión adoptada a las 20.45 horas y que no había sido nada fácil para los hermanos. “Nos duele mucho, pero Él lo ha querido así y tenemos que acatarlo. Con el corazón nosotros hubiéramos salido, pero hay que pensar con la cabeza y esto es un patrimonio que no es para ahora, sino para mucho tiempo. Somos los responsables y lo tenemos que cuidar”, añadía el hermano mayor.
“Todos teníamos mucha ilusión por salir e incluso los niños han llorado, pero el año que viene volveremos a luchar para poner a nuestros titulares en la calle”, expresaba Cortina.
Tras el triste anuncio, los costaleros comenzaban a acercarse a los dos titulares. Muchos de ellos con lágrimas en los ojos, algunos inconsolables a pesar de los abrazos del resto de sus compañeros y los ánimos de Cortina, quien agradecía el esfuerzo de los jóvenes costaleros. “El año que viene estaremos para sacar a nuestros titulares dignamente gracias a vuestro esfuerzo y trabajo”.
Visiblemente emocionado, el capataz Manuel Creo también dirigía unas palabras a la costalería agradeciéndoles el “esfuerzo realizado” e invitándolos a volver el próximo año “para sacar a la calle a nuestros titulares”.
El franciscano de Cruz Blanca, el hermano Juan, también animó con unas sentidas palabras al grupo de jóvenes. “Los costaleros del Medinaceli tenían hoy el encargo de parte de nuestros titulares de ser sus pies, de salir a las calles de Ceuta y mostrar que su Señor está aquí, que Él está cautivo por nosotros. Es triste no poder salir, pero a veces hay que tomar decisiones dolorosas, por eso pedimos que éste sea un momento de crecimiento y de estar más unidos que nunca”.
En los alrededores de la capilla, los rostros de los ciudadanos congregados también mostraban su pesar por la decisión adoptada. Entre abrazos y llantos, los familiares de los costaleros intentaban consolar a los que durante tanto los últimos meses ofrecieron su esfuerzo para que, finalmente, el mal tiempo se llevara todas sus ilusiones. Ese esfuerzo, sin embargo, fue agradecido con una fuerte ovación de los asistentes que despedían a los costaleros, mientras que la Cofradía decidía abrir las puertas para permitir el paso de los fieles a la Casa de Hermandad y poder acercarse al Cristo y la Virgen.
Mientras en el interior se escuchaban los sones de una saeta, tras finalizar tan típica expresión de la Semana Santa, la Banda Municipal Albaida del Aljarafe tocaba el tema el ‘Señor de Ceuta’, ante las puertas de la capilla.