El juzgado condena a varios menores por robar ordenadores

Lo que se ha convertido en una moda tiene su precio. La sustracción de ordenadores en centros escolares ha terminado con varios menores identificados y detenidos sobre los que están cayendo condenas con las que el Juzgado de Menores y la Fiscalía pretenden reorientar sus conductas.

Esta misma semana se han celebrado dos juicios que han terminado con condenas para tres adolescentes que protagonizaron robos de material informático entre los meses de marzo y abril de este año en el colegio José Acosta y el IES Abyla. Hasta la fecha se habían adoptado medidas cautelares de internamiento para todos ellos que, ahora, han quedado sustituidas por condenas en las que se compatibiliza el internamiento en régimen semiabierto con la medida de libertad vigilada. Condenas en las que el juzgado suma fuerzas con los trabajadores del Área de Menores con un fin común: recuperar a adolescentes que se han movido en el ámbito delincuencial y que son susceptibles de dejar estas prácticas. Según los dictámenes judiciales a cuyos contenidos ha tenido acceso El Faro, se han dictado medidas para estos menores resumidas en el cumplimiento de 1 año de internamiento en régimen semiabierto y otro de libertad vigilada. En todos los casos los afectados se han conformado con las medidas. Ambas conclusiones se refieren a dos sucesos distintos en los que se vieron implicados, por separado, estos adolescentes. Así, se ha sentenciado el robo ocurrido en marzo de este año en el IES Abyla cuando, de madrugada, un menor se coló en el centro para hacerse con material informático. Tras escalar por una tubería y entrar por una ventana del segundo piso y romper una puerta, accedió al centro docente con el propósito de desvalijar lo que pudiera. No llegó a consumar el robo gracias a la rápida intervención de agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Eso sí, causó importantes daños valorados en poco más de 150 euros.

El menor se encontraba internado de forma cautelar en centro semiabierto desde el día del suceso. Los otros dos menores sentenciados participaron en otro robo registrado en abril en el colegio José Acosta. Lo hicieron saltando una valla, forzando la reja de seguridad de la puerta trasera y rompiendo un cristal de una ventana para, una vez en el interior, apoderarse de diversos objetos de informática de los que no pudieron disponer por la presencia policial, aunque sí de otro material escolar y pendrives. Los daños fueron valorados en 96 euros. Tras cometer esta actuación entraron en una vivienda ubicada en la calle Juan de Juanes, en la que tras subir por un andamio y facturar la persiana se introdujeron por su ventana apoderándose con ánimo de lucro ilícito de una tarjeta de crédito VISA de la financiera Affiituy Card y un pendrive. Los menores estaban también internados de forma cautelar en centro semiabierto desde el día de los hechos. Ahora el seguimiento a estos casos dependerá de los controles que realiza el Área de Menores para evitar que quienes han incurrido en este tipo de delitos vuelva a reincidir. De tal manera se siguen unas pautas y un análisis de los comportamientos de los menores para controlar cómo va su incorporación a una sociedad en la que deben dejar de lado el acercamiento al mundo delictivo y al contacto con delincuentes.

Tráfico de drogas y robos en centros, el objetivo

La participación de menores ceutíes en el tráfico de estupefacientes o en el robo de material informático en los centros escolares han constituido una de las principales preocupaciones en el ámbito judicial y en el seno del Área de Menores. Preocupación por la repetición de casos, lo que llevó a la adopción de medidas específicas para intentar aminorar los casos. Se ha logrado. La rápida intervención de Fiscalía ante el uso de menores para el tráfico de estupefacientes forzó a que se adoptaron de inmediato medidas cautelares que pasaban por su internamiento en Punta Blanca. Se consiguió frenar en la escalada. Lo mismo se ha hecho con los robos.