El mismo día en que desaparecieron dos ceutíes en una lancha se detectó la salida, desde Marruecos, de cuatro planeadoras. La crisis económica aprieta e influye directamente en el incremento de los pases de grandes cantidades de hachís ocultas en semirrígidas. Los temporales no frenan la escapada y cada vez son más los jóvenes que parten de la zona norte (costa de Ceuta y Marruecos) cargados con planeadoras llenas de hachís buscando burlar el menor control que se le presupone a la Benemérita en este tipo de situaciones meteorológicas adversas. Unas situaciones que inciden directamente en el riesgo que corren quienes colaboran con este tipo de negocio y que ha dejado ya más de 20 desaparecidos en lo que va de año entre las costas locales y marroquíes.
El pasado enero, cuando dos jóvenes de Ceuta zarparon en una semirrígida con otros tres marroquíes, otras cuatro planeadoras decidieron emprender el mismo rumbo partiendo de aguas marroquíes. De los ocupantes de todas estas naves nada se ha sabido. No llegaron a su punto de destino ni, dos meses después, se ha tenido conocimiento de su paradero. Las fuerzas de seguridad tienen constancia de la salida de esas naves al ser detectadas por las cámaras térmicas de seguridad. Ahí terminó su labor ya que los familiares de los desaparecidos nunca llegaron a interponer denuncia ni en Ceuta ni en Marruecos para que se iniciara su búsqueda. De hecho sólo el hermano de uno de los marroquíes que embarcó junto con los dos ceutíes, uno vecino de Hadú y otro de Benzú, presentó denuncia en la Guardia Civil más de un mes después de carecer de noticias sobre su paradero.
Al menos en este asunto existe un hilo oficial y policial desde el que tirar. En el resto de los casos sencillamente no hay nada. Fuentes policiales consultadas por ‘El Faro’ señalan que la falta de denuncia viene motivada en algunos casos porque los familiares esperan un tiempo a que quienes han embarcado les telefoneen o a comprobar si han sido detenidos por alguna causa en plena travesía. En otros casos no existe denuncia porque no interesa que se interponga. De hecho hay familias de marroquíes desaparecidos que han callado la ausencia del familiar tras recibir una cantidad de dinero de quienes les alentaron a embarcar. 4.000 euros, esa es una de las cifras barajada por la Policía.
El hecho es que este tipo de noticias no se erige en freno alguno para que continúen los pases de drogas ni, mucho menos, para que las organizaciones cuenten con la colaboración de una amplia red de personas que cobran distintas cantidades según la función encomendada. Unos por guardar la semirrígida, otros por trasladarla al punto desde donde zarpará, otros por dirigirla al punto de carga y otros por protagonizar la travesía hacia costas peninsulares tras el embarque de los miles de kilos de hachís en sus ‘templos’ de ocultación como la propia isla Perejil.
DenunciasEn la mayoría de las ocasiones no se presenta denuncia sobre la desaparición de estos jóvenes. La razón es que las organizaciones que les instan a embarcarse pagan a sus familias para que no hablen con lo cual se impide que la Policía pueda indagar y se deje reflejo de lo que está sucediendo. En otros casos las denuncias llegan cuando han pasado demasiados meses del hecho.
Salidas constantesLas salidas de planeadoras son constantes e incluso se aprovechan los temporales para evitar que la acción de la Benemérita sea más contundente. En estos negocios colaboran distintas personas, algunas cobran menos de cien euros por el traslado de barcos, cantidad que se supera notablemente cuando se trata de la participación directa del gomero.
Actuación policialLa Guardia Civil no puede vincular el hallazgo de semirrígidas varadas en la playa con este narcotráfico. Falta la clave: el hachís. Las embarcaciones encontradas cumplen con las características que requiere una embarcación para resultar óptima en el traslado de hachís.
Mercado Sí se ha detectado un mayor repunte en las salidas de planeadoras y mayor implicación de jóvenes en pases.