El hastío de un barrio ante una nueva ‘guerra’

Mientras el grupo policial que la Jefatura Superior ha destinado específicamente a la investigación de los últimos tiroteos acontecidos en el Príncipe, los vecinos de la zona se enfrentan, entre el cansancio, el hartazgo y el temor, a una nueva etapa delictiva en la que los tiroteos se han convertido en acciones diarias.

Porque, confiesan, no hay noche en la que no se produzcan enfrentamientos -no todos terminan con heridos- o noche en la que no se escuchen los disparos de quienes buscan en puntos como las señales de tráfico las dianas de entrenamiento. El Príncipe se le ha ido de las manos a las fuerzas de seguridad que ahora, con demasiada publicidad en los medios, buscan recuperar el tiempo perdido. “No sé cómo no actúan ya”, clama un vecino mientras los agentes de la Científica recogen las últimas pruebas del tiroteo que ha dejado al ‘Rambo’ con demasiadas señales del ajuste de cuentas sufrido en sus piernas. Los vecinos reclaman acción policial rápida. Pero una acción que vaya más allá de los chivatazos o de las detenciones que duran menos de lo esperado. “En el barrio los ánimos están muy calentitos. A la gente no le gusta lo que está pasando. Hay demasiado rencor porque los hay quienes piensan que su vecino es el que está hablando demasiado con la Policía”. Quien asegura ésto es un joven, pongamos que se llama Laarbi, del entorno del ‘Rambo’, que se ha convertido en un desconfiado más hacia quienes eran su propia gente. Los vecinos de bien de la barriada, que los hay y muchos, confiesan tener miedo porque no saben cuándo ese intercambio de impresiones con arma de fuego por medio se puede producir a las puertas de su vivienda.
¿Qué hay detrás de estas acciones criminales que han dejado en menos de dos meses a cinco jóvenes heridos de bala? La Policía Nacional calla, evita pronunciarse y cierra sus manifestaciones con la coletilla de ‘se está investigando’. Otros hablan de manera oficiosa y distinguen los tiroteos en distintas tramas.
La primera, la del ‘Vasco’, bien definida y con personajes identificados que se erige en un enfrentamiento entre dos grupos bien definidos. Dicha trama, confiesa la Policía, tiene un inconveniente claro, faltan pruebas para conseguir la práctica de las detenciones merecidas. De momento, de hecho, sólo tres personas se encuentran en prisión preventiva por su presunta relación con los atentados sufridos por el propio ‘Vasco’, su sobrina y un joven del Príncipe.
En la segunda trama se incluye el resto de episodios, con móviles más complejos y con una sola detención a sus espaldas, la de ‘Stilike’. Estos últimos tiroteos que han dejado a dos hermanos heridos, a un amigo común también marcado y a dos residentes más del barrio con señales de aviso en sus piernas, estarían motivadas, según impresiones oficiosas de la Policía, por enfrentamientos de poder, ajustes de cuentas a modo de venganza y luchas por ocupar los viejos huecos que dejaron aquellas bandas que la Policía Nacional señalaba como causante de todos los altercados registrados en la ciudad autónoma a finales de los años noventa y principios de 2000.
Uno de los grupos responsable de estos ataques trabajaría a la orden de una misma persona que, a su vez, rendiría cuentas a uno de los viejos conocidos de las mafias ceutíes. La necesidad de seguir controlando el mercado que se mueve en la península pero que se fragua entre Ceuta y Marruecos sería el leit motiv de este repunte delictivo que la Policía Nacional se afana en controlar.∫Existe un denominador común entre todos estos altercados: sus participantes son gente joven que ni los que antiguamente ‘manejaban el cotarro’ conocen.
Y una novedad: las luchas de poder se están dando entre vecinos de ambos Príncipes, el Felipe, de hecho, cobra ya demasiado protagonismo.

Estadísticas de tiroteos y heridos: el repunte
Seis Son las víctimas que se han producido en los dos últimos meses y tres en el último mes. Esta estadística cuadra única y exclusivamente con los tiroteos que se han saldado con heridos pero se han producido más sin que haya dejado ese rastro para poder formar parte de las investigaciones policiales. El número de detenciones no cuadra con los altercados producidos.
Vinculación de los delitos: tiros y apedreamientos
Se  está trabajando en la investigación de los hechos y no se descarta que los apedreamientos tengan relación con el manejo que de los mismos hacen algunos delincuentes del barrio. En las últimas intervenciones desarrolladas destaca la detención de una única persona presuntamente relacionada con los apedreamientos y el hallazgo de dos pistolas en un par de zulos encontrados todos ellos en el campo exterior. No se descarta que pudiera existir relaciones entre el hallazgo de las armas y la organización de algaradas contra las fuerzas de seguridad.
Existencia de armamento: nuevas investigaciones
Las hipótesis manejadas por las fuerzas de seguridad apuntan a la existencia de más zulos en los que se guardarían las armas usadas para la práctica de estos tiroteos. De momento han aparecido dos pero se sabe que hay más. De hecho es conocido que el uso de estas armas está orientado a su utilización para estos ajustes de cuentas. Se trata de armas robadas, limpias y en buen uso que se almacenan en estos depósitos. Detrás de los mismos prevalece la existencia de un tráfico de armas entre los grupos mafiosos y un abastecimiento de las mismas. La gran mayoría proceden de robos y sus víctimas han sido, en buena parte, militares. También ha existido un flujo de tráfico de armas procedentes de países del Este que han sido introducidas en la ciudad por personal de las fuerzas armadas. El hallazgo de armas de este origen y subfusiles en anteriores intervenciones -la más destacada en 2006- corrobora esta tesis.
Los nuevos grupos de poder tras el destierro de las mafias anteriores
Los jóvenes intentan ocupar la cúpula de quienes manejaron el negocio delictivo a finales de los años noventa y principios de 2000. Se trata de jóvenes con antecedentes que lejos de trabajar por su propia cuenta lo que intentan es ser cabecillas de los grupos pero sabiendo que quien sigue manejando el negocio delictivo permanece fuera de la ciudad sin perder su puesto de mando. La renovación de los grupos delictivos se está produciendo pero los enfrentamientos, en ocasiones, se producen por robos, rencillas e incluso malos entendidos que nada tienen que ver con otros ‘oficios’ delincuenciales. La Policía sí tiene claro del ‘rearme’ que se está produciendo en una barriada sobre la que se ha perdido el control y la información que antes se tenía.

Lo que dicen las partes

Delegación del Gobierno y Ciudad
Durante esta semana han reconocido la necesidad de retomar un control sobre la barriada que se había relajado. Dicho control se centra en lo policial y lo municipal. Ya se han adoptado los protocolos.
Policía Nacional
Ha tenido que poner orden en el grupo dedicado a la investigación de los tiroteos. Para ello se ha organizado un grupo concreto a las órdenes de uno de los agentes más experimentados del Cuerpo, con experiencia en Estupefacientes y en control de masas. Trabaja con su grupo de agentes de toda la vida.
Vecinos y delincuentes
A los primeros se les pide colaboración, que es algo así como ayudar a identificar a los delincuentes que están detrás de unos tiroteos que se producen, siempre, ante testigos variados. Los segundos permanecen en la barriada y se mueven bajo la protección de las amenazas a todos aquellos residentes que colaboren con las fuerzas de seguridad en las investigaciones. Ya hay algunos frutos.