En momentos difíciles se deben tomar decisiones difíciles. Pero también es cierto que se debe ser previsor y realista. Con el principio de la crisis, hace más de dos años, el Estado no fue para nada ni previsor ni realista: total, era “una desaceleración económica transitoria”. Mientras otros países ya empezaban a abrocharse el cinturón, en España la situación era la siguiente: las empresas del sector de la construcción se derrumbaban, los bancos se venían abajo por haber estado jugando con el dinero de sus clientes comprando y vendiendo productos basura.
Podía pensarse que se podía tratar de algo transitorio, pero ya por mayo de 2008, cuando era público y notorio como se encontraba USA, sabiendo cómo se sabía la situación de la construcción y la banca, lo previsible era que el Estado tendría menos ingresos – bajas en las cotizaciones de la seguridad social, dejaría de ingresar los impuestos de las empresas que cerraban- y más gastos –prestaciones por desempleo-.
Veníamos de una época de bonanza económica y de superávit. ¿Qué se hizo? Pan para todos, venían malos tiempos y la situación era “transitoria”, esa palabra sólo se escuchaba en nuestro país. 400 euros para todos (sin tener en cuenta las rentas), 2.500 euros para todos los que tuvieran un hijo (sin tener en cuenta las rentas), se inyecto a la banca (principales causantes de la crisis) más de 50.000 millones de euros y con anterioridad se eliminó el Impuesto de sociedades.
Ya escribí en su día que no me parecía una medida progresista la eliminación del impuesto sobre el patrimonio.
Vuelvo a repetir, en momentos difíciles hay que tomar decisiones difíciles. Hace dos años era un momento difícil y se tomaron decisiones fáciles, populistas y arriesgadísimas que han hecho que la situación actual sea aún más ardua.
Se le regaló a la banca 50.000 millones de euros, y nos encontramos con que siguen obteniendo millones de euros de beneficios anuales y que el dinero que le dio el gobierno no se ha movido en la sociedad, no han concedido créditos a familias ni a pymes.
Se ha tirado por el camino más cómodo, reducir el sueldo a funcionarios, congelar pensiones, que aunque sea cierto que el gobierno del PSOE las ha aumentado en algunos casos hasta casi el 30%, no es excusa para reconocer que son en muchísimos casos una auténtica miseria.
A la eliminación de los 400 euros, la reducción de salarios, la congelación de pensiones, la desaparición del cheque bebe hay que añadirle dentro de muy poco la subida del IVA, en el caso de nuestra ciudad hace meses que el IPSI en algunos productos se elevó desmesuradamente.
No se puede estar diciendo durante dos años de cara a la galería que la crisis no la pagarán los de siempre, la clase trabajadora, la clase media, media-baja y baja.
Tras el telefonazo de Obama y las órdenes europeas de reducir el déficit, se decide tirar por el camino fácil. ¿Por qué no se le exigen responsabilidades a los bancos?
¿Por qué se les apoya con más de 50.000 millones de euros para que no den ni un céntimo en créditos a familias y pymes? ¿Por qué no paga la banca el déficit? ¿Gobierna el PSOE o los bancos? Esa inyección a día de hoy se antoja totalmente injustificada, no deberían haber tenido como objeto aumentar los beneficios de las entidades bancarias, sino apoyar a las familias y pymes, y no ha sido así.
En los dos primeros meses de 2010 los bancos y cajas concedieron un 20% menos de créditos que en el mismo periodo de 2009.
Pero es que en 2009, la concesión de crédito con respecto a 2008 cayó un 26%, y en 2008 un 30% con respecto a 2007.
En definitiva los bancos nos llevaron a esta situación, cierto es que la gente gastaba alegremente y se endeudaba alegremente, pero más alegremente nos bombardeaban con anuncios que incitaban a consumir y nos concedían créditos ‘facilones’ para vivir por encima de nuestras posibilidades reales.
En todo este tiempo han recibido dinero del Estado, es decir, encima se les premia. El Estado se endeuda y la deuda la tienen que pagar los de costumbre, esos mismos a los que hoy en día las entidades no les dan ni un céntimo.