En respuesta al catedrático de Biología de la Universidad de Sevilla, D. José Carlos García

Después  de recibir su respuesta prepotente, poco elegante y harto inapropiada viniendo de quien ostenta un título elevado en el sistema educativo español, solo nos gustaría recordarle que Septem Nostra no es una o dos personas, aunque se empeñe en intentar desprestigiar personalmente con su exabrupto a nuestro vicepresidente, al que hace su enemigo personal por el hecho de realizar su labor profesional en su ciudad, y acusarnos de paso a todos de conjura contra sus intereses. Todo esto nos parece un posicionamiento pueril y algo histriónico, pero ha sido su elección. La verdad es que este asunto cada día nos asquea más, y no es nada aleccionador para la sociedad que se produzcan cruces de reproches en los medios de comunicación, así que intentaremos no participar en ofrecer carnaza fresca. A pesar de todo, no vamos a dejar de opinar sobre este conflictivo tema de la microreserva portuaria por mucho que usted vocifere desde Sevilla. No es nuestro deseo martirizar a los lectores con nuestros comentarios sobre su relación, ya histórica, con la especie de molusco en cuestión y sus peripecias en Ceuta, circo burocrático incluido, pues ya ha sido divulgado por nosotros en distintas ocasiones y creemos que, por el momento, es más que suficiente. Nuestra intención no es hacerle daño sino simplemente discrepar de la ocurrencia de crear una reserva de lapas en el interior de aguas portuarias, lo diga o no una revista de esas que tanto le gustan. A eso vamos.
No estamos de acuerdo en varios asertos que hace su laboratorio a través de sus artículos. En primer lugar, los censos realizados son incompletos fuera de zonas portuarias y contrastan con los nuestros que, aunque todavía no cubren todo el ámbito territorial suficientemente, han sido realizados pormenorizadamente, con imágenes y mediciones de cada uno de los ejemplares censados y nos muestran que la abundancia de lapas es enorme en zonas de ambiente natural. No podemos olvidar que la ubicación en las escolleras interiores fue promovida por usted en relación a la ampliación portuaria y, por tanto, ha creado una población en parte antrópicamente inducida. También reconocemos que posiblemente ustedes no pudieron hacerlo mejor dadas las circunstancias del momento y la facilidad de contar con un ambiente calmado y de fácil acceso, como son las escolleras portuarias. Pero los hechos son como son y también debemos añadir que las poblaciones de lapas en el interior del muelle sufren alteraciones antrópicas significativas por las salidas de aguas fecales y por los inevitables y accidentales fenómenos de contaminación esporádicos que todo puerto tiene. Es decir, la población, a pesar de las especiales condiciones del recinto portuario ceutí, está alterada aunque este aspecto todavía no esté suficientemente estudiado, los estudios eco-fisiológicos serían de gran ayuda para comprender el óptimo ecológico de esta especie. Por todo ello, las investigaciones realizadas en las lapas de las escolleras interiores hay que contextualizarlas al ambiente alterado en el que se desarrollan estos especímenes y que, por lo tanto, no pueden generalizarse en sentido amplio. Desde luego la capacidad reproductiva por sí misma no indica sino pura supervivencia y capacidad para colonizar sustratos libres de impedimentos para las lapas.
Otra de sus afirmaciones científicas es que se trata de una lapa propia de muelles y puertos. Discrepamos también con los mismos argumentos expuestos anteriormente y porque los modelos observados en unas zonas no se pueden aplicar a otras con tanta ligereza. De la misma manera, y según su razonamiento, el resto de las especies de lapas también serían propias de muelles. Sin embargo, desde nuestro punto de vista, las lapas son características de comunidades intermareales marinas y cuanto más puro el ambiente mejor. La colonización de los muelles es una manifestación del aprovechamiento por parte de las especies de lapas, hábiles raspadores de películas de algas, de la amplia disponibilidad del hábitat que las superficies de escolleras portuarias les ofrecen. Una especie de estadio ecológico inmaduro, prolongado en el tiempo debido a la inestabilidad ecológica y a los disturbios propios del ambiente portuario. Puede que en un ambiente alterado lleguen a proliferar, pero nunca se podrá equiparar a las poblaciones que se desarrollan en un ambiente natural y puro, al menos en términos de calidad que es lo que entendemos que habrá que demostrar en el futuro. Es posible que en otras zonas litorales de la geografía española pueda ser interesante crear este tipo de reservas para ayudar a la supervivencia y la recuperación en ambiente litoral natural de la especie, pero en el nuestro no es necesaria, debido a la enorme población que existe en ambiente natural. Además, administrativamente hablando, en la Ceuta de hoy se crearán más problemas que ventajas si se llegara a crear esta figura y más pronto que tarde nos veríamos a nosotros mismos denunciando los incumplimientos legales que seguro se cometerían contra la reserva creada. Y de aquí parte nuestro razonamiento sobre las prioridades ambientales de Ceuta, como conocedores de la problemática ambiental de nuestra ciudad debemos insistir en las cuestiones prioritarias y relevantes, ambientalmente y también socialmente hablando. Antes que perder tiempo y recursos en crear esta figura hay proyectos prioritarios para todos los ceutíes como la ordenación del litoral o la efectiva gestión del LIC de Calamocarro, por ejemplo. No deseamos que se destinen recursos públicos en Ceuta a esta cuestión mientras no se atiendan otros requerimientos urgentes y consensuados por el pueblo de Ceuta con su gobierno y recogidos en el plan de acción de la agenda 21. Necesitamos restaurar nuestros territorios más valiosos, acometer la limpieza de los acantilados del Monte Hacho, abrir al público el Museo del mar, tener un reglamento que proteja mejor a nuestros animales y plantas…… Tampoco deseamos que se cree esta reserva dentro del muelle mientras continúen los problemas de insalubridad dentro del mismo y los problemas de aguas fecales y otros sigan sin resolverse. El bunkering amenaza las puertas del LICES6310002 y necesitamos que sus efectos se minimicen y que al menos se realice esta peligrosa actividad mercantil con las mejores garantías para que nuestro litoral corra el menor riesgo de accidente, y comprometiendo a las petroleras a paliar los efectos de la marea silenciosa que acarrea este negocio. Para nosotros, nuestra ciudad es una prioridad y el compromiso asumido es firme y sereno. Por tanto, que le quede claro que, a pesar de la animadversión que nos procesa, solo queremos que comprenda estos argumentos y que entienda nuestro inquebrantable compromiso y fidelidad con Ceuta y sus recursos. Creemos haberle ofrecido suficiente discusión sobre las razones que nos inducen a criticar y disentir de su propuesta dentro de aguas portuarias y, por el momento, no deseamos continuar con esta polémica pues otros asuntos de mayor interés requieren nuestra atención. Esperamos que si decide responder a nuestro artículo de opinión lo haga dirigiéndose a Septem Nostra y contraargumentando lo que crea conveniente sin intentar hacer del centro de sus iras al Vicepresidente de nuestra asociación. Nosotros actuaremos en consecuencia con nuestros pronunciamientos y tomaremos todas las medidas que creamos pertinentes si se extralimita en sus comentarios sobre cualquiera de nosotros.
Para concluir, nos gustaría, sin presunción alguna, ofrecerle una frase que sintetiza nuestro compromiso y que forma parte de un artículo de la sección de humanidades que se publicará en el segundo volumen de la modesta revista científica denominada Alidrisia Marina, que trata de crearse un sitio con trabajo y dedicación y servir de vínculo de trasmisión de conocimientos sobre tetrápodos marinos en el noroeste de África. Es una reflexión sobre la obra y enorme labor realizada por Lewis Mumford a propósito del discurso que ofreció cuando recibió la medalla nacional de Estados Unidos por su contribución a la literatura. Esperamos que le sirva para entendernos mejor y no simplificarnos tan burdamente.
“No podemos, como intentó sin éxito Jonás, huir de nuestra obligación de hacer llegar a los demás la verdad, aunque esta resulta en muchas ocasiones incómoda e intentemos mirar continuamente hacia otro lado. Ya sabemos que el precio que se paga por decir lo que la mayoría no quiere escuchar es alto, corriendo el riesgo de ser considerado un personaje siniestro, cuando no un “Enemigo del Pueblo”.