Tras la clausura de los actos de nuestro 75º Aniversario, el ‘FORO FARO’ retoma sus actividades. Un escenario de opinión propiciado por este diario decano dirigido a la sociedad ceutí, como una externalización viva y abierta al debate, más allá de sus diarios contenidos en papel o electrónicos.
Lo hace abordando un tema que, dado su interés, congregará a bastante público en el salón de actos del Palacio Autonómico, concretamente el de la trascendental transformación experimentada por nuestras FF. AA. a lo largo de casi tres lustros, vista desde la perspectiva de un ceutí, el teniente general José Faura Martín, un protagonista de excepción de esos cambios, dada su condición de haber sido Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEME) con los gobiernos de Felipe González y Aznar, durante casi cinco años, siendo el general que más tiempo ha permanecido al frente de tan alta cúpula militar.
“Vicisitudes y añoranzas de un militar que fue Jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME)”, es el título de la conferencia que Faura debió haber pronunciado en nuestro Foro hace unos meses, y que, por desgracia, hubo de ser suspendida, pocos días antes, como consecuencia del urgente ingreso hospitalario del ilustre militar. Un aplazamiento que él fue el primero en lamentar debido a su enorme ilusión en impartir esta charla en su Ceuta natal. Ilusión compartida con quien iba a ser su presentador, su discípulo, amigo del alma y su ex – jefe de gabinete en el JEME, el general Fernando López de Olmedo, sobre quien sobran las presentaciones en esta ciudad en la que con tanto cariño se le sigue recordando, como se demostró en el acto de nuestro Foro con ocasión de la presentación de su libro sobre Perejil.
Mas, por desgracia, parece como si los malos hados hubieran querido planear en torno a esta conferencia. Si antes sucedió con Faura, ahora le ha tocado a Fernando, quien ha tenido que ser ingresado de urgencia en un hospital madrileño, en su caso tras haber sufrido una hemiplejía que le ha afectado el lado derecho y de la que, según las últimas noticias, aunque con lentitud, comienza a recuperarse. Vaya desde este diario como del propio Foro, nuestro mejor deseo de un pronto y feliz reestablecimiento, conscientes, además, del gran dolor que para él va a suponer su imposibilidad de acudir a la proyectada jcita del próximo martes día 29, en la presentación del acto como presidente del hermano ‘FORO DE MADRID, TERCER MILENIO’, al que pertenece igualmente Faura.
En ausencia de López Olmedo, corresponderá tal honor al vicepresidente del Foro madrileño, Juan José San Martín, quien, además de habernos honrado con su presencia en un par de ocasiones como miembro de la junta directiva, en septiembre fue proclamado Legionario de Honor en el tradicional acto del aniversario del Tercio en ‘García Aldave’.
Faura, además de pronunciar su conferencia, viaja también a su pueblo para asistir al acto de la toma de posesión de un hijo suyo como nuevo coronel jefe de Regulares nº 54, y recibir un homenaje que, al parecer, se le prepara.
José Faura fue bautizado en la iglesia de Los Remedios y durante cinco años estuvo destinado en ese grupo de Regulares, el que, precisamente ahora, va a mandar su hijo. Con posterioridad, pasó otros dos años más en la Plaza, destinado en la desaparecida Jefatura del Ejército de España en el Norte de África (ENA).
Durante su mandato, el Ejército español inició la mayor transformación de su historia contemporánea, al ser dotado de una organización moderna, sencilla y muy operativa, que hizo posible su proyección exterior con el despliegue de varias de sus unidades en diversos lugares. Igualmente se acometió la profesionalización de las FF. AA. y la integración de la mujer en las mismas.
A buen seguro que el coloquio no faltará en la conferencia del general Faura Martínez, al que gusta prestarse, además de sus vivencias personales sobre Ceuta o las más sabrosas anécdotas acaecidas en su larga y brillante carrera militar. El caso, por ejemplo, de aquella, que ya referí en su momento, relacionada con una visita suya al Pentágono estadounidense, cuando, deteniéndose ante un mapa de España, se apresuró a comentar a sus colegas norteamericanos que le acompañaban:
- Miren ahí. En ese puntito falta el nombre de una ciudad española, Ceuta, mi tierra natal.
- No se preocupe –le dijo uno de sus anfitriones-, me comprometo a que, de inmediato, figure, para siempre, tal nominación.