Un spin-off, como seguramente sabrán, es un momento de gloria individual que se le otorga a un personaje secundario con gancho, algo que suele estilarse en las sagas de superhéroes y cuya fórmula permite a aquellos que exprimieron Shrek hasta hacer que se arrastrara por los cines con pena y sin gloria, colocar un clavo ardiendo en momentos de vacas flacas. La imaginación al poder para estirar el chicle, pero el caso es que El gato con botas mejora las últimas desventuras del ogro verde; eso sí, sin llegar ni por asomo a las cotas de mérito que copa Pixar.
Antonio Banderas pone con energía (siempre he pensado que la voz de este gato es su mejor trabajo como actor, por feo que suene) de nuevo su esencia, tanto en la versión americana como en España, y en esta ocasión es Salma Hayek la que aporta la voz protagonista femenina (siempre han tenido química, y esta ocasión no es diferente). En el reparto también desfilan nombres como Billy Bob Thornton, Guillermo del Toro o Zach Galifianakis.
La excusa para la aventura es una sombra del pasado de Gato llamada Humpty Dumpty, antaño amigo y hermano (ya tiene su punto surrealista imaginarse a un gato y un huevo compartiendo correrías infantiles), espina clavada después tras sufrir el bigotudo protagonista la traición con forma ovalada en sus huesos. Dicha sombra reaparece bien acompañada por una linda gatita (Hayek), que diría Piolín, para proponer un último negocio juntos y hacer una película que interesa a grandes y pequeños, tarea esta última que logra a medias.
La historia fuerza gags divertidos que siempre han funcionado y lo siguen haciendo, destila momentos realmente brillantes como el de la leche o el de los reflejos, pero no posee un hilo conductor que ayude a enganchar al espectador que espere algo más que un rato agradable; hay que añadir que la animación es impecable y la difícil tarea de lograr expresividad humana en los personajes de cuento es un elemento que añadir a sus puntos positivos. El magnetismo de un personaje clave en Dreamworks daría para un completo trailer de momentazos, y es por ello que el resultado se antoja algo “quiero y no puedo”.
De todos modos, no hay que despreciar el esfuerzo por reflotar el barco (aunque éste sea claramente interesado), y el parcial éxito del mismo. Porque como el propio Antonio Banderas ha asegurado incisivamente en las entrevistas promocionales de la cinta, este gato ha conseguido lo que ni siquiera el archifamoso asno, compañero de fatigas de Sherk, logró: un foco para él solito y más de una hora de animación que relate los orígenes y motivaciones de este forajido con buen corazón.
Puntuación: 5
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