Desde pequeño sintió una especial atracción por la naturaleza. Su casa era siempre un hervidero de animales de distintas especies y esa pasión le hizo identificarse plenamente con la cacería, en principio, y luego con la pesca.
Gerardo Valero Moronta (Ceuta, 1969) es el más pequeño de tres varones de una familia de cuatro hermanos que siempre ha sentido pasión por la caza y la pesca. Desde los nueve años ya era una “lapa” de su padre, al que acompañaba en sus cacerías por los montes de Marruecos, y recuerda que a los trece años abatió a su primer jabalí.
El paso de los años le hizo apartar un poco la cacería para dedicarse a enseñar aspectos didácticos de la naturaleza en un proyecto conjunto con varios amigos que desarrollaban los fines de semana en Aranguren.
A nivel profesional, en el año 1995 montó el Gimnasio Atheneo y desde hace unos años la empresa “Charter Ceuta” dedicada a actividades relacionadas con el mar para potenciar el turismo náutico, el cual considera que es el futuro de la ciudad.
Este ceutí, policía local de profesión desde hace dieciséis años y padre de dos hijos (Ernesto y Ana), tiene claro que Ceuta debe mirar al mar para buscar riquezas en todos los sentidos. –¿Siempre te ha gustado la caza y la pesca?
–Desde pequeño lo he vivido en mi casa porque mi padre me lo inculcó aunque la caza y la pesca son los instintos por naturaleza del hombre.
–¿Eras un apasionado de los animales?
–Sí, con nueve años me inicié en la cacería porque siempre me han gustado los animales ya que en mi casa hemos tenido de todo, desde lagartos hasta erizos pasando por buitres, águilas y jabalíes. De hecho, hoy en día tengo un perro, un gato, conejos y un pollo de gaviota.
–¿Qué te gustaba más: la caza o la pesca?
–En principio la caza por el hecho de ir al monte, donde de pequeño me iba a cazar con redes de pájaros y luego participaba en numerosas acampadas. Me gustaba todo de las cacerías, desde el madrugón por la mañana hasta tomar el café escuchando las anécdotas de los cazadores, la comida de mediodía y la propia cacería en sí.
–¿Qué recuerdas con más cariño de tu etapa de cazador?
–Cuando cacé mi primer jabalí con trece años ya que fue una bonita experiencia. Le dí el tiro pero el jabalí no murió en el acto ya que se refugió entre la maleza y yo quise ir a rematarlo por ignorancia hasta que me dijeron que tenían que entrar los perros y sacarlo. Recuerdo que fue Juan Rebollar el que lo destripó y me metió la cabeza dentro para el bautizo oficial.
–¿Es verdad que llegas a crear una asociación relacionada con la naturaleza?
–Sí, creamos el Club de Montañismo Amigos del Monte pensando en la defensa de la naturaleza, hacíamos actividades con los colegios, colaborábamos con la Consejería de Medio Ambiente, teníamos la custodia del Fuerte de Aranguren y me dediqué más a la naturaleza en plan didáctico.
–¿Y cuándo coges la caña de pescar?
–Hace unos ocho años ya que anteriormente había practicado la pesca desde el muelle pero no con embarcación. Cuando tuve mi independencia económica me compré mi primer barco y me entró el veneno. El barco se llamaba “Muñeco” porque mis compañeros de trabajo me apodaban así y como recuerdo a ese apodo lo bauticé así en el 2004.
–Y a partir de ahí ...
–La afición por la pesca se hizo más fuerte y recuperé el tiempo perdido con mi padre pero al revés, es decir, antes me llevaba él y ahora soy yo el que lo arrastra al barco. Son etapas de la vida.
–Y vas cambiando de barco, ¿no es así?
–Efectivamente, a los dos años me compré el segundo barco, que llamé “El Muñeco”, es decir, casi el mismo nombre que el primero. El principal uso era la pesca con los amigos hasta que empecé a relacionarme con el turismo náutico.
–¿A qué te suena el asunto de la estación náutica?
–Me asocié con Sergio Guerrero para crear la empresa “Pescar en Ceuta S.L.”, llamada “Charter Ceuta” a nivel comercial, para ofrecer jornadas de pesca familiar y otro tipo de modalidades. Me compré otro barco, llamado “On Blue”, de más envergadura, pero éste únicamente lo dedico a las vacaciones familiares.
–¿Tiene futuro el turismo náutico-deportivo?
–Sí, tenemos la materia prima que son los recursos y sólo hace falta una buena gestión de explotación. Ceuta tiene mucha riqueza submarina, disponemos de vientos para la vela, aguas bravas y bonitas calas para el kayak, es decir, tenemos para todo.
–¿Qué ideas aportarías a la promoción?
–Un proyecto interesante sería crear un fondeadero en la bahía sur para barcos de gran calado porque atraería un turismo de mucha calidad. Lo que está claro es que el futuro de Ceuta para por explotar el conjunto de actividades náuticas.
–¿Te da pena que hayan cambiado tanto las cosas a nivel de caza y pesca?
–Sí, la cacería no es la misma desde que eliminaron la media veda en el mes de abril donde los cazadores aprovechaban para cazar muchos machos, una tradición que se ha perdido. La pesca también atraviesa un mal momento porque los arrastreros han hecho mucho daño, cada vez hay menos pescado que llegan cerca de la costa, sobre todo grande, y es mucho más difícil pescar. Antiguamente cogíamos cientos de boquerones con un cubo en la playa del Chorrillo y ahora ésto es impensable.
–¿Y la pesca deportiva?
–También está compli porque está todo muy machacado. Hay que tener en cuenta que en Marruecos no hay legislación sobre la pesca en determinadas artes y, por ello, es habitual que las pateras marroquíes vengan a nuestras costas para faenar porque en las suyas ya han acabado prácticamente con todo.
–Para terminar, ¿Qué supone el Memorial Ernesto Valero?
–Es una apuesta por el deporte y el turismo ya que este año organizamos la segunda edición del 9 al 11 de junio con unos 50 barcos y más de 140 participantes, de los cuáles el sesenta por ciento son peninsulares. Es un torneo de pesca que comenzamos hace dos años y que esperamos consolidar porque estamos muy contentos de la respuesta obtenida a nivel participativo.