El Fuerte del Sarchal se encuentra en un grave estado de deterioro cubierto de pintadas, basura y maleza que invade el interior de esta construcción del Siglo XVIII.
Uno de esos rincones de la ciudad que conserva un encanto especial. De cárcel femenina a mediados del siglo XIX, pasando por escenario de encuentros espirituales hace unos años y vestuario de inmigrantes esta misma semana, el Fuerte del Sarchal se yergue desde principios del siglo XVIII sobre la cala que lo bautiza con su nombre.
Declarado por el Ministerio de Cultura en 1995 como Bien de Interés Cultural, BIC, es decir, está protegido oficialmente al considerarse parte del patrimonio histórico español, sus ruinas están mancilladas con elementos radicalmente contemporáneos. Pintadas que rememoran a aquellas que decoraban el interior de La Sirena de Punta Almina antes de su rehabilitación; envases y envoltorios no biodegradables repartidos por las dependencias y maleza invadiendo los espacios por doquier, asemejan esta construcción más a un gueto que a un fragmento de la memoria de esta ciudad.
La Consejería de Fomento comunicó ayer que el complejo está inscrito como propiedad a favor del Estado español-Ramo del Ejército, de modo que la titularidad corresponde al Ministerio de Defensa. Por parte de la Ciudad Autónoma, expresaron su interés por la recuperación y puesta en valor del patrimonio ceutí.
Según la legislación vigente, subrayó José Manuel Pérez Rivera, presidente de Septem Nostra, quien tiene que velar por la conservación y el mantenimiento del inmueble es su propietario, en este caso Defensa. En la actualidad, presenta un avanzado estado de deterioro no sólo por el paso del tiempo, también por la acción de desconocidos.
Levantado en torno a 1717, este edificio formaba parte del sistema de defensa de la ciudad, el cual se proyectó durante el asedio que sufrió Ceuta por parte del sultán Mulay Ismail entre 1694 y 1727. En el Hacho, la fortificación se adaptó a la orografía de la zona y, en este caso, a la vertiente sur de la bahía, enclave en el que se creó el Fuerte del Sarchal, el más grande del muro.
Esta fortaleza era el inicio del ‘camino cubierto’ o ‘Camino de Ronda’, una ruta de vigilancia que recorre el perímetro costero hasta alcanzar el Fuerte del Desnarigado, anterior al actual pero de similar tipología aunque de dimensiones reducidas, y flanqueado por un pretil corrido que ocultaba a quienes transitaban por él de miradas procedentes de embarcaciones e incluso como batería provisional que reforzase los emplazamientos fijos de la artillería costera.
La cara del Fuerte del Sarchal que da al mar se desprendió poco tiempo después de su construcción, sobre 1795, relató Pérez Rivera, probablemente por inestabilidad en su base. Hacia 1881 se mandó construir un lavadero y el complejo se utilizó para ese fin. Las obras no concluyeron hasta 1900, señaló Pérez Rivera, y fue equipadas con secadero, horno, almacén, habitación de conserje y depósito de ropa. Ya en 1931, se entregó con carácter provisional al Ayuntamiento de Ceuta para la creación de una cárcel pública que, durante la Guerra Civil española, las mujeres fueron recluidas en este Fuerte.
Esta prisión estuvo en funcionamiento hasta el año 1958 y entonces, indica el presidente de la asociación para la defensa del patrimonio, fue entregada a la Maestranza y Parque de Artillería para utilizarlo como polvorines.
El portal de internet de Patrimonio Cultural de la Ciudad Autónoma incluye este elemento que caracteriza el relieve de la Bahía Sur. “Fuerte de planta irregular desarrollada en planta baja y cubierta construida. Dotado de patio interior. Planta baja edificada con gruesos muros de piedra y aberturas rematadas con ladrillo; distribuida en dependencias habilitadas como lavaderos, secaderos, almacén, garita y cocina, contando con el exterior con amplio lavadero rectangular de pila”.
Prosigue la descripción en la red: “La cubierta se encuentra edificada apreciándose la posterioridad de ejecución de las mismas por el tipo de material empleado, habiendo sido éste ladrillo tosco. Dicha cubierta se distribuye en una amplia terraza a modo de secadero y una nave dividida en cuatro dependencias sin que se conserve la cubierta, a dos aguas, de las mismas. En su lado sur, se aprecian los restos destruidos de un primer cinturón defensivo a modo de muralla y foso. También se aprecian restos de lo que podría ser una garita o torreón de vigilancia”.
Como ocurre con estos bienes diseminados por la ciudad, mucho se ha hablado de su futuro. Entre quienes conocen de cerca este vestigio de otro tiempo, la Ciudad habría solicitado la titularidad del inmueble para su restauración y posterior conversión en las oficinas del futuro Decanato de la Universidad de Ceuta. Otras entidades, como Septem Nostra, propusieron que se destinara al Centro de Estudios Marinos del Museo del Mar, una iniciativa que se perdió en el devenir político.
Restos de hogueras con vistas al mar
A las pintadas de gomas para el pase de droga; las proclamas de ‘Viva el narco’; y mensajes de contenido sexual que también pueden encontrarse en otros puntos de la ciudad, se unen las hogueras que desconocidos encienden en el interior del Fuerte. A diferencia de los vídeos rodados en su interior a mediados de 2012, donde aparecía protección, las verjas y barrotes metálicos han sido retirados, se desconoce si para su venta como chatarra o por los titulares del inmueble.