La zona afectada por el peor incendio forestal en décadas tiene un gran valor ecológico, según ha explicado a El Faro el biólogo de Obimasa Francisco Javier Martínez Medina. La vaguada en la que se originó el incendio, la Finca Serrano, está incluida en el espacio natural protegido de la Red Natura 2000 y está dentro del Lugar de Interés Comunitario (LIC) y de la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) Calamocarro Benzú.
Es un espacio en el que predomina la vegetación arbolada y el matorral mediterráneo de alto valor ambiental, así como el alcornocal; en la parte de Aranguren, los pinares.
A pesar de la magnitud del fuego, Martínez Medina subraya la “alta capacidad” de especies vegetales como el alcornoque para adaptarse al fuego: “Es capaz de resistirlo”, señala, no así los pinos, de los que se han perdido valiosos ejemplares. En la zona quemada también había numerosos eucaliptos grandes, que son muy inflamables “y que han podido facilitar la progresión del fuego”.
El biólogo destaca igualmente que el incendio ha afectado de lleno al hábitat natural de la salamandra norteafricana (salamandra algira), “que aunque en esta época está inactiva, vive en la capa más superficial del suelo y ha podido verse afectada de manera muy negativa”.
Martínez Medina considera que una vez extinguidos todos los rescoldos del incendio será prioritaria la elaboración de un proyecto de regeneración forestal, “y aunque se ha podido perder vegetación de importancia, es una zona de potencialidad y la regeneración será más fácil”.
A falta de conocer el origen del fuego, desde Obimasa se apunta al hecho de que se iniciara en el punto más bajo de la vaguada su propagación hacia la parte superior debido al efecto chimenea. Martínez subraya que el hecho de que el viento sople de Levante y no de Poniente ha contribuido a que el incendio sea más fácilmente controlable, “porque con viento del oeste la propagación habría sido mucho mayor y sus consecuencias aún más desastrosas”.
El alto peligro de incendio en este punto, y se podría decir que en el resto del territorio de Ceuta, se debe a la extensión de formaciones pirófilas, principalmente de zarzas y otras especies arbustivas. Este asunto salió a colación en el último Consejo Sectorial de Medio Ambiente. Concretamente fue la Asociación de Cazadores de Ceuta la que alertó sobre la alta presencia de este tipo de especie en la zona ahora quemada. Desde esta entidad se ofreció su ayuda desinteresada para emprender un plan de eliminación de estas especies debido al elevado peligro de que dieran lugar a un incendio de considerable proporciones.
“Sin embargo, la cerrazón burocrática ha impedido que este actuación pudiera realizarse y tampoco han sido capaces de asumir su obligación de mantener en óptimas condiciones nuestros montes”, ha argumentado el presidente de la asociación ecologista Septem Nostra, José Manuel Pérez Rivera, que da un tirón de orejas a la Administración local “porque ha incumplido su obligación de tener aprobado los planes de ordenación y gestión de sus espacios protegidos antes de terminara el año 2011”.
De hecho tan sólo ha iniciado uno de ellos, el de Calamocarro-Benzú, “y no ha sido capaz de completarlo por motivos que todavía no nos han quedado claros”, añade. Para Septem Nostra, este tipo de planes “son fundamentales para una correcta protección y gestión de nuestros espacios protegidos, indicando qué tipo de usos son compatibles y cuáles son las medidas para garantizar su adecuada conservación”, añade.
“El impacto será muy importante tanto en fauna como en vegetación”, auguraba ayer por su parte el presidente de la asociación de cazadores, Antonio López, quien también aseguró haber visto numerosas especies que habían escapado de las llamas a través de la pista de La Lastra. Miembros de esta asociación han podido salvar algunos jabalíes, conejos, perdices o tortugas .
Las claves de este incendio
LUGAR De especial protección ambiental
601 hectáreas de elevada importancia ecológica
La vaguada de Finca Serrano está en el corazón del Arroyo de Calamocarro, una zona de especial protección medioambiental por su vegetación y fauna. La extensión del LIC-ZEPA es de 601,81 hectáreas. Este espacio natural tiene una elevada importancia como pasillo de paso de aves migratorias, así como para la reproducción de especies del norte de África.
flora y fauna
Alcornocales, pinos y hábitat natural de la salamandra
El fuego ha devorado pinares maduros de alto valor, también alcornoques, aunque esta es una especie más resistente a las llamas, que han afectado de lleno al hábitat de la salamandra norteafricana. Además ha causado un daño importante en animales de la zona.
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