El espejismo de la ley Sinde

El frustrado proyecto de Ley conocido como “Ley Sinde”, pretendía que el Gobierno pudiera cerrar de inmediato y sin intervención judicial aquellas páginas de Internet que facilitaran de una u otra forma la descarga de contenidos protegidos por derechos de autor. Esto provocó una lógica preocupación de los internautas que temían que se les acabara el “chollo” de Internet. No estoy plenamente seguro, pero intuyo que, al menos de momento, los internautas pueden estar tranquilos, porque no creo probable que se apruebe ni esa Ley ni ninguna otra parecida. Sigan leyendo y verán cuales son mis razones.
Mi argumentación comienza con una pregunta muy sencilla: ¿por qué la gente se “mete” en Internet? Dos motivos importantes son: los programas que nos permiten comunicarnos con otras personas, y la música y las películas. Nos gustan, pero sobre todo nos gustan porque Internet las da gratis.
Que el email sea gratis es muy llamativo, porque hace falta una gran infraestructura para ofrecer ese servicio. Es verdad que las empresas de email insertan en sus páginas toneladas de publicidad mediante la que obtienen ingresos, pero aún así es llamativo que sea gratis total. Exactamente lo mismo ocurre con Facebook: gratis total.
Lo de la música y las películas es todavía muchísimo más llamativo. Siento expresarme con total claridad, pero en este caso, mi opinión es que simple y llanamente se permite el robo. ¿No les parece un poco sospechoso que se nos permita obtener de forma gratuita cosas que en principio tienen un cierto valor?
Pero ¿quien estaría interesado en que sea gratis? Mi sospecha es que son los Gobiernos y las grandes empresas de todo el mundo, los interesados en usar Internet como la magnífica fuente de información que en realidad es.
Déjenme que les ponga un par de ejemplos. En primer lugar el email. ¿Creen Uds. que las empresas de correo electrónico no guardan copia de nuestros mensajes al menos durante cierto tiempo, para que la policía pueda, si lo cree oportuno, investigar dichos correos en busca de pruebas? Si quieren ver indicios de lo que he dicho no tienen más que entrar en Google, y buscar mediante las palabras clave “gobierno británico almacenar correo un año” y verán que al menos hay indicios de ello.
El segundo ejemplo es Facebook. Se puede obtener bastante información de una persona que tenga su perfil en Facebook, y no digamos de las fotos. Pero además de la información personal, está la información puramente estadística, ya que en Facebook la gente puede declarar sus preferencias por tal o cual producto, canción, película u opción política, pudiendo usarse como una especie de enorme encuesta o sondeo en tiempo real, y además sobre cualquier tema. Si la gente busca un determinado producto en las tiendas online, los empresarios pueden saberlo, en principio, en ese mismo instante. Y algo parecido puede estar ocurriendo con las tendencias políticas. En Facebook las personas pueden apuntarse a “iniciativas” que tienen su propia página en Facebook. Ya les dije en mi anterior artículo que hay una iniciativa llamada “Dimisión inmediata de Conde Pumpido”. Es evidente que cuantas más personas se apunten a ese página más se nos estará indicando que el PSOE puede perder las próximas elecciones. Incluso puede llegarse a pensar que las personas que crean esas iniciativas lo hacen precisamente para tomarle el pulso a la sociedad, y tener de esa forma una encuesta de intención de voto muy fiable y en tiempo real y todo ello por encargo de cualquier grupo político, empresarial o de cualquier otra índole, que puede de esa forma diseñar sus estrategias con más acierto.
Por todo ello intuyo que por el momento se nos va a seguir permitiendo que nos bajemos cosas de Internet, para que de ese modo sigamos dejando nuestro rastro digital y los poderes interesados en nuestra información puedan seguir obteniéndola.
Los artistas, al contrario que los internautas, estaban interesados en que se aprobara la Ley Sinde, porque las descargas gratuitas van en contra de sus intereses económicos. Cuando reflexiono sobre ello no puedo por menos que pensar ¡¡qué paradójica es la vida!! Los artistas siempre han perseguido las libertades en general y la libertad de expresión en particular porque lógicamente eran imprescindibles para hacer su trabajo. En la misma línea, casi siempre se han inclinado por las tendencias anticapitalistas. Y en ese sentido creo que los artistas siempre vieron en Internet una herramienta de liberación a partir de la cual poder “contraatacar” al capitalismo y al poder que atenazaba los medios de comunicación y coartaban su tan ansiada libertad de expresión. Y ha terminado ocurriendo una doble paradoja.
La primera, que en cuanto que los artistas han visto amenazados sus intereses económicos se han comportado como consumados capitalistas, no teniendo en cuenta ninguna consideración “ideológica” acerca de la libertad o los derechos de los más pobres y apoyando una Ley extremadamente intervensionista, algo que en principio era contrario a su credo. Y la segunda paradoja es que el poder ha visto en el arte de los artistas el medio idóneo para que la gente se meta en Internet, y disponer de esa forma de una herramienta más de control mediante la que ir precisamente en contra de la libertad que pretendía aumentarse.
Creo sinceramente que el Gobierno sabía desde un principio que finalmente la Ley Sinde no se aprobaría, pero conscientes de la cantidad de votantes que tienen en el grupo de los artistas, redactaron el proyecto de Ley para “disimular” y tenerlos contentos. Los artistas creyeron legítimamente que el Gobierno defendería  sus intereses. Pero no tuvieron en cuenta que en el arte de la defensa de intereses, los políticos son mucho más artistas que ellos. Paradojas de la vida.