El edificio que ocupó el Banco de España, alternativa para la futura sede judicial

No hay dinero. Así que resulta imposible cumplir con el histórico objetivo de construir una sede judicial para que, por fin, se termine con la hilera de males que afecta a la justicia ceutí y que se han encargado de poner encima de la mesa los abogados, los sindicatos y la propia cúpula judicial integrada por jueces y fiscales.

Con los distintos departamentos desperdigados, desde hace años se ha reclamado hacer algo para recuperar la dignidad perdida y lograr que la justicia pueda desarrollar su labor disponiendo de infraestructuras acordes.
No hay dinero, pero sí ideas y formas de, con poca inversión, reformar lo que ya se tiene para evitar que siga abandonado dotándolo de un uso. Y eso es lo que se quiere hacer con el edificio que, en plena Plaza de Correos, ocupara hasta hace poco el Banco de España. La política de la Delegación del Gobierno, basada en la optimización de recursos, ya obtuvo resultados con la redistribución de edificios para obtener plazas educativas y con el aprovechamiento que se le dará al albergue de Hadú como futura Jefatura Superior. Pues bien, ahora se han puesto las miras en la antigua sede del Banco de España para que sirva de centro de la actual Audiencia Provincial y los juzgados que, ahora, ocupan la última planta del edificio Ceuta Center.
Según han confirmado fuentes judiciales a El Faro, la idea ha contado con el visto bueno de la cúpula que aplaude ese traslado para frenar el más que evidente hacinamiento actual. La capacidad de la sede del Banco de España es suficiente como para acoger las distintas sedes, dejando el actual Palacio de Justicia para otras dependencias vinculadas a la judicatura. Ante la carestía económica actual, resulta inviable la construcción de la llamada ‘ciudad de la justicia’, pero sí la reforma del viejo Banco para que, en 2015, pudiera servir ya de sede principal de los juzgados.
Este medio ha podido confirmar la existencia de conversaciones entre el delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez, y altos representantes de la grey judicial como el magistrado Fernando Tesón, en las que se habría abordado este proyecto, aunque de forma oficial no ha trascendido aún ningún anuncio al respecto.
Se ha conseguido la idea, gestada en la propia Plaza de los Reyes, se ha logrado el visto bueno judicial y se valora la viabilidad económica ya que sólo se requeriría una mínima inversión para adecuar lo que antes era un Banco a lo que deben ser los futuros juzgados. Queda pues trabajar el proyecto para obtener el visto bueno del Estado y dar forma definitiva a una idea que ayudaría, por ejemplo, a liberar toda la parte superior del Ceuta Center, consiguiéndose un punto estratégico en pleno centro de la ciudad.
La necesidad de disponer de una sede judicial en condiciones ha sido puesta de manifiesto por el propio Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que en sus memorias anuales no olvida nunca pintar de rojo la gran carestía que pesa sobre Ceuta, lo que provoca ya no sólo que sus trabajadores no puedan trabajar en condiciones, sino que la propia atención al ciudadano no sea la más acorde. Hacinamiento, estructuras anticuadas, falta de espacio y continuas filtraciones de agua son sólo algunos de los problemas que desde hace años afectan a la labor judicial.

El dinero de las ‘vacas gordas’ que no dio resultados

La justicia siempre ha sido la malquerida en Ceuta. Cuando hubo dinero, las promesas de cambios y mejoras rellenaban las páginas de periódicos, pero aquellas vacas gordas parecía que no tenían intención de terminar con los males que, históricamente, soporta este colectivo. El Cine África se confirmó como futuro Palacio de Justicia y sus terrenos fueron expropiados a sus legítimos dueños porque existía ese interés general de convertir la zona en la ‘ciudad de la justicia’. Nunca se cumplió la promesa y hoy amanece como solar baldío entregado a un futuro enriquecimiento con la construcción de viviendas.
Del Cine África se pasó a la construcción en Maestranza. Mientras las pulgas llegaban a los juzgados y los funcionarios protestaban en la calle por la situación generada, políticamente se anunciaba que sí, que la futura ‘ciudad de la justicia’ tendría cabida en este punto. Aquellos anuncios contaban con posibilidades económicas, hasta que la crisis paró cualquier obra pretendida y frenó la inversión, congelando los intereses y objetivos reclamados por todos los colectivos que tienen algo que ver con la judicatura. Ahora la idea gestada en la Delegación del Gobierno es la de aprovechar lo que se tiene. Ante la imposibilidad de construir se apunta a la reforma. Ahora solo queda la lucha en Madrid.