A escasos 5 meses de distancia de las elecciones locales y a tenor de los resultados que vaticinan los erráticos y demasiadas veces erróneos sondeos, los populares ya deberían saber que pintan bastos para ellos, que si quieren gobernar, en el mejor de los casos, van a tener que hacerlo con el apoyo de VOX.
Aunque exteriormente los populares lancen soflamas de victoria, sobre todo a sabiendas del clientelismo político que puede ser muy voluble; interiormente, si es que no han perdido la cabeza, y en el PP de Ceuta hay algunas muy bien amuebladas, seguro que están pensando como afrontar el futuro nada halagüeño que les viene encima.
Lo más relevante de todo es la sempiterna fría y tranquila sonrisa de Juan Vivas, el mayor animal político que ha tenido Ceuta (sin animus injuriandi), a sabiendas de que todo aquel que se ha arrimado a él ha sido fagocitado políticamente.
Juan Vivas se siente lo suficientemente seguro de si mismo como para construir una coalición que acabe con el adversario político. A la reciente historia política me remito. Por eso ve a VOX como a alguien que tarde o temprano será suyo.
Algo que hoy por hoy se antoja imposible.
Pero ojo que la autosuficiencia es de la misma familia que la soberbia, que es la que tiene tan harta a la ciudadanía. No vaya a ser que creyéndose sanos y salvos, los populares, descuiden la elaboración de unas listas, ofreciendo más de lo mismo, o una campaña en la que ya no tienen a nadie con experiencia.
Creerse seguros vencedores sería el primer y último error del PP. Demostrarlo con una lista otra vez plagada de marionetas, errores y estadísticamente correctas, imperdonable.
Gobernar castiga y lo hace con celeridad. Juan Vivas es un político muy castigado por sus nombramientos erróneos, muchos de ellos en los juzgados, y sus acciones de muy difícil justificación. Ya no basta con que encabece la lista Juan Vivas. Ahora debe acompañarse de verdaderos pesos pesados que le aporten credibilidad.
Aunque no hace falta pensar mucho para dilucidar que lo que buscará sobre todo será fidelidad que le haga más llevadero su retiro personal de la política.
El PP debería habérselo hecho saber ya. Porque a nadie se le escapa que Juan Vivas es un gran político, tan grande que se ha comido al PP. Apenas hay distinción entre el PP y un club de fans de Juan Vivas. Así que cuando caiga Juan Vivas, caerá el PP.
VOX solo tiene que dejarse llevar por la inercia, preparar un buen programa para Ceuta, más allá de lo que ya sabemos sobre seguridad, frontera e inmigración. Con esto tiene garantizado un buen sorpasso a los cadáveres decimonónicos de la Asamblea.
Se avecina el eclipse del PP. Lo que queda ahora por saber es si será por mucho tiempo.