Discúlpenme los lectores por el título de mi artículo de hoy, pero, después de ver los resultados de las elecciones gallegas y vascas del pasado domingo, no se me ha ocurrido nada mejor que esta vieja canción, que recuerdo de la infancia de mis hijos más jóvenes, para resumir los resultados de las elecciones gallegas y vascas.
La canción se refería a una hacendosa chiquilla –no procedería utilizar este calificativo para Sánchez, Iglesias o Rivera en lo que a sus políticas se refiere-, y bien podría convertirse en el nuevo himno de fondo de los próximos actos que organicen esos tres partidos que, en mayor –PSOE y Ciudadanos- o menor medida –Unidos Podemos y sus Mareas-, se han dado un monumental batacazo en las regiones de los dos extremos del Cantábrico. Tampoco le vendría mal como himno a otro grupito que sólo se presentó en el ‘extremo’ Este –o sea, derecha, según se mira el mapa, como corresponde ahora a esta formación-, que comentaré al final, porque no da para más de unas pocas líneas, en atención a los que vivimos de cerca lo que pudo ser un buen proyecto que hubo que dejar, y que, si no, no merecería el menor comentario.
La verdad es que me sería difícil distinguir qué me alegró más de los resultados del domingo, si la ni siquiera aparición de Ciudadanos en ambos comicios o la caída libre a la que el “avocálico” Pdr Snchz lleva al Partido Socialista, acelerando el camino iniciado por el innombrable Rodríguez, hoy socio-asesor venezolano y protector del sucesor del ‘pajarito’ –menudos ‘pájaros’ de cuenta, éste y el sucedido-.
Y vamos ahora con los tres perdedores, por orden de importancia en el fracaso. En el pódium y perdedor indiscutible, el Partido Socialista Obrero Español, del que ya dejé constancia hace bastante tiempo que sólo respondía a la primera de sus siglas, Partido -en el sentido de “roto”-, que es lo que cada día está más esta formación política con tendencia a la desaparición, como decía, y que es lo que habría pasado si Ciudadanos hubiera sido coherente con su ideario, en lugar de querer jugar a todo. Las otras tres siglas las ha ido perdiendo desde la nefasta época de Rodríguez, durante el corto ‘reinado’ de Rubalcaba y tras el remate clamoroso de Snchz –cada vez más ‘Felipito Tacatún’, por lo del “yo sigo”- que, en poco más de dos años, además de perder las vocales, está a punto de perder la silla de Ferraz y, si hay terceras elecciones, espero que sin él como Secretario General, la del Congreso. No se pierde nada España y veremos a alguno de sus ‘palmeros mayores’ corriendo hacia el nuevo líder ¿verdad, Sr. Hernando?
Desde la llegada de este clon de Zapatero, como lo califiqué en el artículo citado más arriba, este personaje mediocre, de escasa formación –por mucho ‘doctorado’ que exhiba (hoy parece que se ‘regala’ este título en bastantes universidades)- y nula experiencia, no ha hecho con el PSOE más que perder elecciones en todos los ámbitos, seis en total, si no siete, si consideramos como dos –que lo son en realidad- las autonómicas y municipales de mayo de 2015 –en las que salvó algo el tipo gracias a los pactos con Podemos, con los que formó pinza para expulsar al Partido Popular-; vinieron después las catalanas de septiembre de 2015, las dos generales, de diciembre de ese mismo año y junio de 2016, y ahora las dos autonómicas de Galicia y Vascongadas. Una auténtica máquina de perder, vamos.
Centrándonos en las que de, verdad, son responsabilidad exclusiva suya, las dos elecciones generales últimas, este ‘carismático líder’ ha conseguido hacer bueno el fracaso de Rubalcaba que en 2011 obtuvo 110 escaños, dejándolos en 90, primero –pese a la enorme crisis y los lamentables casos de corrupción del PP-, y batiendo su propio “récord” en seis meses para dejar la ‘marca’ en los escasos 85 diputados con los que, hasta el domingo, todavía pretendía hacerse fuerte y tratar de conseguir ese gobierno Sancheztein con la unión de todas las fuerzas de izquierdas y separatistas en su loco afán de ser presidente por un día y conseguir el cómodo estatus de vicepresidente vitalicio, en la silla que, a esos efectos, (se) preparó su antecesor en Ferraz para los presidentes salientes, como seguro de vida con carácter vitalicio, su verdadero objetivo. Pero ese ‘crecimiento negativo’ –batacazo- en el Norte y Noroeste –como les gusta decir a nuestros políticos para enmascarar las derrotas y los malos datos económicos-, parece que le complica el prefijo que le llevaría a ese puesto.
No menor ha sido el fiasco del partido ‘DE’ Albert Rivera, que tan felices se las prometía hace un año y que va de caída en caída hasta convertirse en un remedo de la casi desaparecida Unión Progreso y Democracia de la políticamente extinta Rosa Díez a la que ha querido superar en egolatría y autoritarismo. Se puede engañar a muchos algún tiempo, pero cuando no se tiene más que palabrería –bien expresada, eso sí, pero blablablá solo- no se puede pretender que el engaño “redentor” dure en el tiempo y así hemos visto cómo, en Galicia, en nueve meses, Diciembre de 2015 a Septiembre de 2016, sus números han sido 9’07% el 20-D, 8’63% el 26-J –de 40 a 32 escaños a nivel nacional, con 390.000 votos perdidos en seis meses- y un paupérrimo 3’35% el domingo 25-S, con CERO diputados. Y no mejor fueron los resultados en Vascongadas –ya saben mis amigos y lectores que me resisto a llamarle País Vasco a aquella región, por mucho que se adoptara esta denominación tras la más que lamentable distribución geográfico/administrativa resultante de la Transición y el “café para todos” (aquellos polvos, trajeron estos lodos, entre otras cosas)-. Como decía, esos resultados vascos fueron, en dichas fechas, 4’09% el 20-D, 3’51% el 26-J y un triste 2’02% el pasado 25-S; aunque, en términos relativos, fue peor en Galicia.
No me voy a extender demasiado –no merece la pena- en los resultados, también muy inferiores a sus expectativas, de la formación Unidos Podemos y la confluencia de esa revolución de “Mareas” que parece claro que entraron en la fase de ‘bajamar’ y cada vez llegan a menos ‘orillas’. Parece que deberíamos cambiar las siglas UP, del partido de ‘Coleta Morada’, por las de UTP, “Unidos ‘Tampoco’ Pueden”, que les vendría mejor, visto lo visto. Se quedaron muy por debajo de las encuestas y yo me alegro infinitamente.
Como decía al principio, unas líneas para dejar constancia de los invisibles resultados de VOX, ese buen proyecto que ‘abortó’ sin salir de la incubadora. La formación del ‘carismático’ caudillito de Amurrio obtuvo la ‘escalofriante’ cifra de 774 votos entre las tres provincias vascas, el 0’07% del electorado. Sí, han leído bien, ni siquiera una décima -0’1 %, que no la décima parte de sus paisanos, ya le hubiera gustado- han confiado en este tan mediocre como ambicioso muchacho, al que se le conocen pocos hechos relevantes en su vida profesional o política, más allá de grandes frases –casi tan huecas como las de Rivera, con el que formaría un buen tándem si no le hubiera dado calabazas previas-, bravatas y engolamientos superficiales ¿Será porque sus paisanos lo conocen bien y no se dejaron enredar con su palabrería de “matón de discoteca”, por lo que sólo 774 de más de 1.100.00 vascos confiaron en él?
Tan sólo añadir que, en Mayo de 2014 –elecciones europeas y primera aparición del VOX original- los votos en esa región fueron 4.184 –el 0’56% del total nacional- y, de ellos, tan sólo 37 en Amurrio, su pueblo, y que en las generales del 26-J obtuvo 956 votos -en las del 20-D creo que no se presentó allí-. Sobran más comentarios.
La dimisión/cese/expulsión de Pdr Sánchez, los trataremos en otro artículo. Quizá esta misma semana.
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