El delegado pide “más bomberos y menos pirómanos” para el Tarajal

El delegado del Gobierno, Francisco Antonio González, pidió ayer públicamente prudencia y menos declaraciones incendiarias en torno a la problemática focalizada, desde hace meses, en el Tarajal, sobre la que auguró llegarán las soluciones pero a su debido tiempo.

Tras confesar lo evidente: “No soy la Santísima Trinidad”, ni “hago milagros”, el delegado exigió un ejercicio de responsabilidad a todos recomendando la existencia de “más bomberos y menos pirómanos” y reclamando tiempo. De esta forma González salía al paso de la cascada de críticas que le ha llovido desde que hace hoy una semana difundiera ante los medios de comunicación que gracias a una reunión sin igual con Marruecos  la frontera iba a dejar de ser caótica.
Tras esas palabras ha llovido mucho: un cierre empresarial, críticas de sindicatos policiales y de la propia AUGC y paseíllo incluido de la práctica mayoría de fuerzas políticas en la oposición para dejarse arropar por las querencias de los empresarios.
González Pérez defendió la labor que, durante todo este tiempo, está llevando a cabo los mandos de las fuerzas de seguridad y su equipo de asesores, recordando, no obstante, que se está haciendo frente a una problemática derivada del aumento notable de porteadores y la incapacidad de absorción que ha demostrado el paso del Biutz. “Se ha triplicado el número de porteadores sobre el mismo espacio lo que ha generado una problemática de entrada y salida en nuestra ciudad”, reconoció González, quien instó a las voces que han cargado contra su persona a recordar que lo que sucede en la frontera, para bien o para mal, tiene una responsabilidad compartida a uno y otro lado.
De hecho insistió en responsabilizar a Marruecos de las recientes colas que han vuelto a colapsar Martínez Catena, aunque “nosotros asumimos la parte que nos toca”, ya que las autoridades del país vecino están reforzando controles sobre las personas y vehículos que entran en la ciudad verificando todos sus datos.
El incremento en el número de personas y el cambio en el sistema fronterizo para reordenar su tránsito han incidido, dijo, en los colapsos que se siguen produciendo a pie de calle. González defendió el papel que está llevando a cabo la Delegación reuniéndose con todas las partes afectadas y echó en falta una mayor seriedad común para evitar que surjan nuevas dificultades añadidas.
“Me gustaría que en Ceuta hubiera más bomberos que pirómanos, porque a veces hacer manifestaciones sin conocer el tema no contribuye a solucionar los problemas. Hablo en general, sin señalar a nadie en concreto, porque manifestaciones las ha habido de todo tipo y colores. Pido prudencia porque no podemos ensalzar públicamente nuestras debilidades porque quizá haya quien las aproveche para seguir acentuándolas. Estoy siendo lo suficientemente claro y prudente para que quien me escuche sepa lo que quiero decir”, puntualizó el delegado. Suave en sus apreciaciones, lejos de esa figura de “martillo de herejes” que le acompaña, González decía entre líneas lo que no puntualizó con etiquetas nominales, refiriéndose así a la excesiva alegría empleada en las últimas semanas para hablar, publicar y difundir por activa y pasiva la dependencia económica que se tiene con el vecino país.
“Solo pido a las personas que en esta vorágine que se ha producido como consecuencia de las retenciones han hablado, que sean prudentes, nada más. No les pido que no defiendan sus intereses, que me parece lógico, pero con prudencia, porque hay que tener cuidado con lo que se dice porque puede provocar tensiones innecesarias cuando esta es una temporada más o menos larga que se acabará solucionando”, sentenció.
Quizá esperando que en los próximos días las apariciones de las voces críticas -que son muchas- en prensa vayan a menos, el delegado pidió tiempo y ese “margen de confianza” necesario para que “sin varitas mágicas” ni “milagros” se vayan alcanzando las promesas y todo vuelva a la normalidad. “A los empresarios que creen que el delegado es la Santísima Trinidad les pediría que si tienen fe que esperen porque al final se acabará solucionando el problema porque se está trabajando en la Delegación del Gobierno con una intensidad como la que nunca se ha trabajado en la Delegación con respecto a este tema. Pido paciencia y sé que es difícil cuando se habla de cuentas de resultados de las empresas y de negocios, pero necesito un margen de tiempo”.

El apunte sobre la figura del porteador
“Ha habido una temporada muy larga, en la que ha existido una hipocresía clarísima”

“Ha habido una temporada muy larga, en la que ha existido una hipocresía clarísima”, reflexionaba ayer el delegado, poniendo la nota en la mirada hacia otro lado que se ha tenido respecto a las mujeres porteadoras cargadas hasta la extenuación con enormes bultos. “Nos hemos estado preocupando, que hay que hacerlo también, de los niños de Bangladesh que hacen trabajos muy por encima de lo que puede hacer un niño, y no se ha visto que haya habido quienes hayan manifestado su preocupación porque personas de una edad avanzada llevaran unos bultos con una carga tremenda. A mí la idea de reducción de bultos que propone ahora Marruecos me parece que ayudará a que se racionalice este tráfico de mercancías. Pero va a haber un tiempo en el que cambiar estas normas va a provocar una serie de dificultades”, concretó.
Aunque el delegado no hizo referencia a partido alguno, resulta que ningún gobierno ni de PP ni de PSOE ha defendido terminar con la estampa que se critica.