El delegado defiende el control en la frontera

Al delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez, le tocó ayer hablar de seguridad en la sede del PP, como parte del ciclo de conferencias que están impartiendo los populares en torno a asuntos de peso. Sobre la mesa se pusieron temas clave que incluso están formando parte del debate que, sobre esta materia, se está teniendo en la ciudad. González Pérez aludió a la idiosincrasia y peculiaridades de Ceuta y al choque que, en ocasiones, puede producirse entre seguridad y querencias comerciales.
“Ceuta es frontera con un país al que supera, en términos de renta, al menos por cinco veces y hasta por 16 en su relación de más estrecha vecindad. Este factor contribuye al hecho de que cada año más de 6 millones de personas crucen de un lado a otro nuestro paso fronterizo. Unos a buscarse la vida, otros a portear, a trabajar, algunos otros a comprar, pero entre ellos también aparece el que viene a delinquir. Entre España y Marruecos sale menos gravoso delinquir en nuestro país, y el delincuente del otro lado de la frontera, lo sabe”, indicó. El delegado puso la cifra a esa delincuencia, elevando al 80% el porcentaje de detenidos por diversos delitos que, curiosamente, no son ciudadanos de Ceuta.
“Entiendo la presión empresarial ceutí de hacer fluir cada vez más el paso fronterizo pero ello, que acarrea buenos réditos al sector económico, provoca serios problemas de seguridad del que sale mal parada la población en general. Robos con fuerza, con nocturnidad, hurtos, aumento de pedigüeños, entrada de menores no acompañados, inmigrantes… son consecuencia de una permeabilidad excesiva en la frontera, que no suele ser bien valorada, por sus efectos”, sentenció.
Esa delincuencia se enfrenta a un volumen de policías suficiente, ya que aplicando el reparto proporcional,  hay un agente por cada 60 habitantes. La ratio, dijo, es “de las más altas en España”. En números son casi 1.400 funcionarios para 82.000 habitantes. “Por las especiales circunstancias territoriales, se hace necesaria que las distintas plantillas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en la ciudad se encuentren bien formadas; implicadas con la sociedad donde sirven; con arrojo en el desarrollo de su trabajo; bien dirigidas por una cúpula que sepa mantener alta la moral de los agentes, y por una Administración que dé cobertura, en su extensa expresión, a los trabajos que llevan a cabo todos y cada uno de los funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que no es otro que el de cumplir y hacer cumplir la Ley”, apuntó a los asistentes a la charla que llenaron hasta la bandera la sede de Ainara.
González Pérez no olvidó mentar las tan reclamadas juntas de seguridad. Consideró que cuando exista algún problema de peso, no habrá obstáculo alguno para que se convoquen, algo que debe hacer el presidente de la Ciudad. González Pérez repitió lo que ya ha dicho en otros foros: que existe una coordinación. “Estas Juntas son un instrumento eficaz si se logra mantener en el tiempo el impulso que siempre se genera durante las primeras semanas de la toma de decisiones tras su convocatoria”, sentenció ante los presentes. “La seguridad es cosa de todos. De las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, sí, pero también de los ciudadanos con cuya colaboración se cuenta, a través de las denuncias, para atajar con mayor eficacia la comisión de delitos y luchar contra el mundo delincuencial”, sentenció.
El delegado apuntó también un término que hizo célebre a su predecesor, José Fernández Chacón, la llamada inseguridad subjetiva. A ella también se refirió el popular. “Es la permanente y muy humana confusión entre el delito y el conflicto (lo delictivo y lo conflictivo)”, dijo, apuntando que no siempre la realidad se adecua a las sensaciones de que algo va a suceder.
¿Es cierto que determinadas barriadas de la ciudad son el centro neurálgico de la actividad delictiva? Para González Pérez no es así. “Los actos delictivos se producen en diversos lugares –como sucede generalmente en todas las ciudades-, lo que implica que un barrio no sea más ‘inseguro’ que otro. Lo que ocurre, es que sociológicamente, se ha estigmatizado una zona concreta y se confunde el conflicto con el delito, generando esa sensación tan humana pero realmente tan subjetiva”, dijo, lanzando su peculiar advertencia a los medios de comunicación. “A veces los medios sin quererlo, o queriendo, pueden estigmatizar una barriada” al nombrarla en sus crónicas siempre que se refieren a un delito, lo que termina “marcando una zona como si fuera algo estigmatizado con el ámbito de la seguridad y lo curioso es que, a lo mejor, esa zona que está estigmatizada es donde menos delitos se cometen. Esto que digo es real”, dijo, refiriéndose claramente al Príncipe, aunque sin mentarlo expresamente.
“Los medios de comunicación tienen un papel importante, más en una ciudad como ésta”, matizó, destacando que, la prensa en concreto, presta especial atención a las informaciones relacionadas con la seguridad. “No estoy culpando a los medios, pero estamos en una ciudad de 85.000 habitantes en la que todos nos conocemos y en la que un tirón de un bolso en cualquier ciudad de este país no sale en ningún periódico” mientras que en la prensa local ceutí, dijo, “es portada”, apuntó.
La delincuencia y la quiebra urbanística también se dan la mano. Algo a lo que quiso referirse ayer el delegado. “Es innegable que los procesos de degradación física y social del tejido urbano, con el añadido de un urbanismo tan ilegal como irracional, están estrechamente relacionados con esas sensaciones de inseguridad... Habría que articular planes para evitarlos, disminuir su progreso o dificultar los ‘efectos dominó’. Lógicamente, cuando se ha llegado a niveles importantes de deterioro, es imprescindible poner en marcha proyectos de dignificación, tanto social como territorial, de los barrios afectados. Y esto es algo que creo les suena a todos en Ceuta”. El delegado destacó el papel importante que pueden desempeñar los planes urbanísticos, el control de la disciplina urbanística y la persecución de irregularidades y fraude en este sector. González Pérez no olvidó en su charla el guiño a la esfera judicial, al recalcar que respecto de la Seguridad Pública, competencia exclusiva de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y “sin que nadie deba echar balones fuera”, también depende “de la eficacia de la Policía, del funcionamiento del Poder Judicial, de las políticas estatales y de las condiciones sociales”.
En su intervención el delegado del Gobierno también ofreció un repaso del marco legal aludiendo a la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, actualmente vigente y recientemente revisada el pasado 13 de marzo de 2011, que responde al mandato constitucional reflejado en el artículo 104 de la Carta Magna en la que prevé que una Ley Orgánica determinará las funciones, principios básicos de actuación y estatutos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
La existencia de varios colectivos policiales que actúan en un mismo territorio con funciones similares y, al menos parcialmente, comunes, obliga necesariamente a dotarlos de principios básicos de actuación idénticos y de criterios también comunes.

Vivas y González vuelven a darse ‘el sí’, esta vez ante la militancia

Fue el presidente Vivas el encargado, ayer, de presentar a González Pérez; trámite que aprovechó para ensalzar su figura y para insistir, de nuevo, en que se lleva más que bien con quien lleva la batuta en la plaza de los Reyes. Así que Ainara volvió a servir para escenificar esa unión entre las principales autoridades de la ciudad. Vivas fue más allá ya que elogió al delegado aludiendo a su “hoja de servicio difícil de igualar”. De él destacó que es el “más cualificado para hablar de seguridad”. González Pérez no se quedó atrás y dijo que con “nuestra relación, nadie puede especular con nuestra relación”. De nuevo y como siempre hacen cuando acuden a un acto público, quisieron callar las voces que hablan de desunión.

La ‘omertá’ al estilo Paco Antonio

El delegado del Gobierno es, quizá, la autoridad de peso que mayor uso haga de las redes sociales, a pesar de que no gusta que sus comentarios trasciendan, después, al ámbito periodístico. Ayer, no obstante, y a sabiendas de que estaban medios de comunicación presentes, quiso, voluntariamente, hacer públicas algunas de esas opiniones. Y lo hizo para aludir al último tiroteo ocurrido el pasado 30 de diciembre, según él “el primero en cuatro años”, ventilándose de un plumazo todos los que han enfrentado a familias de la ciudad que ahora se están viendo en los juzgados.
González Pérez habló, a colación de aquel episodio y del debate que generó en las redes sociales, del poder de la ‘omertá’ en algunas zonas concretas, equiparando la ley del silencio italiana con una forma de encubrir el delito que se da en algunas barriadas. Dijo en facebook y ayer quiso hacerlo público a los asistentes a la charla del PP, que mientras exista “la ley de la omertá en nuestra ciudad, el trabajo que realizan las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para acabar con esta lacra será más lento y menos eficaz. Y quiero dejar constancia para los que se puedan dar por aludidos qué significa omertá o ley del silencio: es el código que prohíbe informar sobre los delitos considerados asuntos que incumben a las personas implicadas. Esta práctica es muy difundida en casos de delitos graves o en los casos de mafia donde un testimonio o una de las personas incriminadas prefieren permanecer en silencio para proteger a otros culpables. Esperemos que esto algún día cambie”. El delegado se refirió a la imposibilidad de que algunas personas quieren cruzar esa línea y colaborar.
También se refirió a un mensaje que le envió por canal privado a su muro un vecino del Príncipe, para significar lo que puede pasar en esta barriada. Lo leyó ante la militancia del PP que escuchaba atenta. Ese anónimo le dijo lo siguiente en relación a esa omertá a la que se había referido el delegado: “Leí el comentario en Facebook”, le dijo este vecino. “Tienes toda la razón, el encubrir no lleva más que a empeorar las cosas, ¿sabes cuándo hablan? Cuando les afecta de lleno, cuando les toca, eso no debe ser así, saber que tienes un hijo, sobrino, primo o cualquier otro tipo de familiar cercano o lejano involucrado no da derecho a callar y encubrir estas barbaridades, es más hay complicidad... ¿sabes como empieza todo? Cuando un niño, en edad de estar en el colegio o en el instituto, aparece en su casa con ropa cara, o una tele de pantalla plana de última generación para sus padres, ¿acaso le preguntan como lo ha conseguido? Noooo, están encantado y contentos de tener cosas, sin saber cómo su hijo lo ha conseguido o cómo se lo ha ganado... o mejor dicho prefieren no preguntar. Es como en los colegios, los profesores enseñan conocimientos académicos pero la labor d educar es de los padres, inculcarles los valores que hacen a las personas mejores, pero no, es más fácil culpar a las autoridades, es más fácil culpar a la libertad, sí, a la libertad, dicen que todo esto es por que hay demasiada libertad, si no fuera un asunto tan dramático me reiría, ¿No es lo q queríamos? Otra cosa es que ellos conviertan la libertad en libertinaje. Esto es lo que veo día tras día, llevo viviendo ahí toda mi vida y he visto y sufrido como todos los que vivimos en el Príncipe, los cambios, de poder dejar las puertas y ventanas abiertas a no poder salir y dejar la casa sola, es un asco... no el barrio... es la gente, unos cuantos golfos y ventajistas... no todo el monte es orégano, en fin, que lo que dices delegado es cierto, sin ayuda desde el interior, los de fuera no pueden hacer mucho”.
El delegado dio la razón a este vecino diciendo que algunos, en el Príncipe, “por solidaridad con su familia, por miedo a las represalias o porque sencillamente pasan”, para confesar que, a su juicio, “el Príncipe no es un sitio de delincuentes”, pero existe un grupo de “15 o 20” personas que tienen presionada a toda la barriada.