El cuento de la zorra astuta, en la tierra de conejos

Son tiempos difíciles…para todos? ¡Creo que no!  Por eso pienso que es necesario recordar el cuento de la zorra astuta, reina de la tierra de conejos. Porque…creo que todos sabemos que en la selva, la zorra es la que entre toda su fauna se considera la más astuta, y por ello nadie quiere estar con ella. Pero, el cuento al que me refiero, habla de una zorra astuta que había dominado la tierra de conejos en la que habitaba, y… en la que los débiles conejos se sentían seguros y protegidos. Es más…, casi ningún conejo recordaba la época en que manifestando una enfermedad solicitaba a sus súbditos los conejos, que fueran a visitarla. ¡Y muchos lo hicieron! Y así paso aquella época feliz… muchos conejos comiendo en los verdes prados de hierba que se les regalaba, pero ninguno se percataba de que de los compañeros que habían ido a visitarla solo había huellas de ida… ¡Ninguna de vuelta!  Los demás como estómagos agradecidos, solo pensaban en su pasto. ¡Nada más! ¡Pero bueno volvamos al cuento de la zorra astuta!
Porque, de esta manera, mientras unos comían muellemente lo que la reina zorra les dejaba, en la selva algunos mas poderosos se relamían, soñando apagar su hambre con esos conejos gordos y numerosos. Y un día… una proclama sacudió la tranquilidad de todas las selvas. ¡Asamblea general a todos los reyes y reinas de nuestro amplio territorio! No hubo más opción, y a la reina zorra de nuestro cuento no le quedo más remedio que asistir. Allí, los animales fieros y bien armados decretaron: ¡Se levanta la veda para cazar conejos! ¡Para eso…y por la cuenta que os trae, necesitamos vuestra aprobación! No hubo más. Todas las zorras bajaron sus cabezas. Tan solo se escucho anónima una voz discrepante. ¿Y si nos negamos…que pasaría? Entonces…una voz tronó. Era voz de león. ¡Si tenéis garras y dientes como nosotros para defender esa decisión adelante! Nada más hubo… Silencio, sumisión y aprobación. Todos estaban juntos en tal decisión. ¡Pobres conejos!
¡Porque de esta manera se suele escribir la historia de la selva! ¡Unos comen y los otros alimentan de ellos!
¿Pero, que pasaba por la cabeza de nuestra astuta zorra del cuento? ¿Enfrentarse valientemente a la ejecución de la orden de devastación en su pequeña parcela de selva? ¿Dirigir ella misma, la ejecución de la orden de eliminación? O… ¿Huir de dicha decisión? Esta última parecía ser la más astuta decisión. ¿Pero cómo, hacerlo, guardando la posibilidad de regresar a su territorio y ser recibida con los honores que ya tenía?
Pero…no sé si en el cuento se ha dicho antes. ¡Era zorra astuta y sabia de intrigas y mentiras! Y de esta forma su astucia le dio una posible solución. ¡Enfermedad y sufrimiento en la cura! ¡Nada que objetar! ¿Quién no ve con bondad la necesidad de salvaguardar la propia salud? Y de esta forma, rápidamente encontró algo que la justificase. ¡Una operación de lo que fuese! Ella estaría fuera y quien la sustituyese seria la culpable de toda decisión sobre sus súbditos, los conejos. Luego…el camino de regreso era fácil. Regresaría, manifestando su pesar y explicando que si ella hubiera estado las cosas no hubieran sido igual. La sustituta zorra inexperta… al caldero de la ignominia, y los conejos agradecidos de su buena voluntad le seguirían fielmente como antes de su destrucción. ¡Que buena reina hubiera sido, si en los momentos difíciles les hubiera acompañado! Pensaban los conejos sobrevivientes y por eso, todos gritaban a su vuelta… ¡No te vayas nunca más!
Y en su cubil, la zorra sonreía. ¡Que fácil es engañar a los conejos agradecidos! Y aquí creo que se acaba el cuento de la astuta zorra en tierra de conejos.
Porque, no nos engañemos, este es el mensaje con el que nos bombardean todos los días los medios de comunicación. ¡Son tiempos de crisis, hay que ser solidarios y apretarse todo el cinturón! ¡Bien`…! ya a estas alturas nadie ignora la situación de deuda insostenible de nuestro país y que todos lo vamos a pasar mal. Yo solo me pregunto ¿De verdad que todos estamos en la misma situación de pasarlo mal? Y cuando lo analizo me doy cuenta de que esto no es así. ¡No todos lo vamos a pasar mal, simplemente unos… los más, si que lo vamos a pasar mal o si me permiten aun peor! ¡Pero algunos, como la zorra del cuento, ni se van a enterar!