Así le bautizó aquel marqués que tuvimos por delegado del Gobierno: el crack. Ese es sin duda José Antonio Carracao. Si no, ¿cómo se le ocurre defender que el Príncipe sea un foco de interés turístico? Eso sólo entra en cabeza de un carismático líder que aspira a desbancar al presidente Vivas. Y eso miren que es difícil. Sobre todo cuando don Juan es capaz de reunirse con los empresarios de la construcción, esos que tardan en cobrar lo que no está escrito, y encima dejarles contentos.
Con la que está cayendo en la barriada, no sé qué turismo pretende vender el crack del PSOE en el Príncipe. Quizá proponga trasladar grupos turísticos para ver aquellos puntos en donde las ordenanzas ni existen ni se cumplen, o llevar comitivas para avistar las zonas de tiroteos o adentrar a los turistas en aquellos callejones en los que las piedras caen una detrás de otra, y seguro que te da. Al final de la ruta puede que todavía encuentren el autobús que les ha trasladado al barrio, siempre y cuando te coloquen vigilancia privada... como propone el PSOE. E incluso te puedes marchar con el aroma del hachís que se oculta y se trafica con total descaro.
Como decía un amigo mío, complicado va a ser batir el récord de estupideces con promesas de este tipo que suenan ridículas hasta en el propio Príncipe. Si a estas alturas de la película Carracao está pensando en que hay que encontrar el sentido al Príncipe o en que hay que pensar el objetivo que queremos para el barrio encuadrándolo en un foco de interés turístico... no cabe más que una lectura: nos hemos vuelto locos. U otra: ha llegado el momento en que el político de turno no sólo piensa que somos gilipollas sino que encima nos lo recuerda en rueda de prensa.
Desconozco el peso que tiene Carracao como asesor de don José, pero con promesas de este tipo me veo al delegado flanqueado por Sergio Moreno y Padillo formando un sarao en frente de la carnicería del Vasco para regalar gorritos de bienvenida a todos aquellos que quieran conocer, a pie de barriada, cómo se quema una tienda ante decenas de testigos miopes y sin que dejen pistas para que la Policía haga su trabajo. ¿Magia? Sí, la que se quiere trasladar al turista. Chapó, Mr. Crack.