Hace meses, cuando el señor Gordillo salió disparado tras el escándalo que sacudió al Ayuntamiento, voces conocidas de la política local, describían al de San Fernando, no sin falta de sorna, como el dueño del cortijo. Hubo incluso quien fue más allá y llamó al palacio autonómico en más de una ocasión “El Cortijo de don Pedro”.
Estas acusaciones no carecían de base, pues las contrataciones de determinados puestos fueron cuanto menos peculiares. Como olvidarse del famoso caso del engrasador, de los trabajadores sociales entre los que se encontraba la esposa del jefe de gabinete de Juan Vivas, y de las sociedades municipales, dependientes directas del ex vicepresidente, mejor no hablar.
Claro, cuando don Pedro se marchó, parecía, y así lo afirmaban algunos, que estas prácticas que tanto irritaban al ciudadano se iban a terminar. Comenzaba una nueva era, donde la transparencia y el buen hacer iban a ser las claves. Pero nada más lejos de la realidad.
Hemos visto como en poco menos de dos semanas, Acemsa tiene un nuevo responsable. Este no es otro que el archienemigo político de Pedro Gordillo dentro del PP, el señor Carreira. Ante la marcha de Gordillo, era urgente para Juan Vivas que Carreira volviera a la vida política, y lo hace a costa del bolsillo del ciudadano, pues si entra alguien nuevo pero nadie sale, es evidente que esta acción supondrá más coste para Acemsa.
Pero no era suficiente. Los últimos días hemos asistido atónicos a la contratación de una naviera por parte de Urbaser, que a su vez es adjudicataria de un contrato importante con la Ciudad Autónoma. Esta naviera, según la página oficial del Congreso, tiene por Consejero al diputado por Ceuta Francisco Antonio González. El debate en estos días se ha centrado en la compatibilidad o no de este señor para iniciar esta aventura empresarial, pero la verdad es que a mí esto me importa poco. Lo verdaderamente llamativo es que un Ayuntamiento del PP firma un contrato con una empresa, que a su vez subcotrata a otra empresa, que casualmente aparece en los datos del señor Diputado. ¿Demasiada casualidad no?
Esto se debatió en el último Pleno, al igual que un estudio de detalle sobre una parcela, casualmente presentada por una persona con el mismo apellido que el Consejero de Fomento. La aprobación de este estudio ha permitido a dicha parcela crecer en metros cuadrados. Pero Doncel, el Consejero de Fomento, en un ejercicio de cinismo fue incluso capaz de decirle a la señora Inmaculada Ramírez en Pleno, que lamentaba que le resultaran tan difíciles los temas urbanísticos.
Estas prácticas, o estas casualidades, no hacen más que perjudicar a la política en general, pues los ciudadanos se quedan con la imagen de que esto es un cortijo. ¿No se había acabado eso del cortijo con la marcha de don Pedro? No, simplemente el cortijo ha cambiado de dueño, pero sigue siendo eso, un cortijo.