El cortijito

Así se podría describir el funcionamiento de esta Jefatura Superior, donde el respeto a los derechos de algunos funcionarios brillan por su ausencia, sobre todo si no se rinde la pleitesía adecuada. Esa es la forma en que se puede gozar de una cierta estabilidad y dignidad en el puesto de trabajo, pues o se acatan los designios de la superioridad cual palabra divina o las consecuencias pueden ser catastróficas, pudiendo ser víctima del ostracismo más absoluto en cuestión de segundos, y es que desgraciadamente algunos piensan que como el enunciado de esta nota, esto es su cortijo particular, y ciertamente tal confusión pudiera ser hasta lógica pues en ciertos aspectos hasta lo parece, dado que existen algunas prebendas en pleno siglo XXI, y con las vicisitudes que pasan muchos ciudadanos y compañeros resultan sonrojantes, al comprobar cómo en estos tiempos de austeridad algunos siguen disfrutando de casa gratis con mantenimiento a costa del Estado, luz, agua, teléfono, internet, coche oficial con chofer por supuesto y todo su mantenimiento, combustible, seguros y demás, todo por supuesto de alta gama, en cambio para trabajar y prestar servicios a los ciudadanos coches tercermundistas con los asientos destrozados que sufren las espaldas de nuestros compañeros, sin aire acondicionado ni calefacción, sillas en las dependencias policiales en las que sentarse conlleva la práctica de un deporte de riesgo por la mugrosidad que presentan, compañeros que prestan servicio en el tarajal a pleno sol o lluvia y entre basuras y orines, así podríamos seguir hasta el infinito, de esta manera funcionan las cosas en esta idílica institución, y para terminar el cúmulo de despropósitos está el funcionamiento en lo referente al personal que se encuentra bajo su mando, el cual debe de sufrir las continuas decisiones arbitrarias en lo que a puestos de trabajo se refiere, donde dependiendo de simpatías y grados de sumisión se reparten los distintos puestos, sin entrar a valorar la normativa establecida de merito, capacidad y antigüedad, desde un tiempo a esta parte las palabras con la que se llega a cualquier puesto es "ZI WANA", al más puro estilo de las plantaciones de Luissiana en el siglo XIX, esta es mágica y te permite ocupar cualquier puesto independientemente de los méritos que se tengan para ello, así encontramos jefes que tienen un puesto ganado en concurso específico y no lo ocupan en detrimento de otros que saltando por encima de otros muchos peticionarios, son nombrados en comisión de servicio para una plaza que ya tenía propietario, para llegar por fin a los últimos de la fila, la escala Básica, aquí es cuando se riza el rizo, donde algunos piensan que somos empleados de su empresa particular, y hay que estar constantemente recordándoles que somos empleados del Estado y por tanto de los ciudadanos, que no somos sus contratados particulares, sino FUNCIONARIOS DE CARRERA, muchos de nosotros con más preparación académica que algunos de los que ostentan el mando, y aún así en ocasiones nos tratan como marionetas, sin respeto alguno y mucho menos a nuestras familias, cambiándonos de puesto de trabajo de un día para otro sin explicación alguna, como si el policía fuera un ser sin obligaciones personales y familiares, sin más orden que la de acatar los designios caprichosos de algunos, sin que estos se ajusten a ningún parámetro establecido, eso sí, hay una forma de estar a salvo de cualquier problema de esta índole, convertirte en un autentico Marine Americano y acatar todo a la voz de "Señor, si Señor", hacer identificaciones y detenciones hasta completar las famosas estadísticas, que no son más que una máquina propagandística para contentar a los políticos de turno, que a su vez venden las mismas a los ciudadanos como paradigma de su buena gestión, si colaboras ciegamente en tal propósito entonces se abren las puertas del cielo, ya no importa que no cumplas tu horario, las compensaciones horarias brotan cual champiñón en día de lluvia, e incluso la intervención más insignificante se convierte en merecedora de las más altas condecoraciones, así estamos en esta institución tras muchos años de lucha en pos de una policía al servicio de los ciudadanos y en la que lamentablemente algunas cosas no han cambiado en absoluto, y en ocasiones no llega más lejos el que mejor preparado este, o cumpla mejor con sus obligaciones, si no el que sea capaz de ejecutar con mayor precisión la reverencia en el momento y el lugar adecuado, y lo más vergonzante es que algunos compañeros se prestan a ello, incluidos representantes sindicales que acompañan cual tuna universitaria a los susodichos, entonando cantares de enaltecimiento de las bondades de los que mandan, y uniéndose a ellos en la cruzada de acallar a los que no ceden, ni dan su brazo a torcer ante las injusticias, esperando las migajas en forma de condecoraciones, ascensos y reconocimientos, para ellos y sus acólitos mas cercanos que sin duda recibirán oportunamente, como ya lo hicieron los que los precedieron, los cuales obtuvieron las más altas condecoraciones destinadas a compañeros que pusieron su vida en juego, solo que los primeros sólo derramaron su sangre, si es que alguna vez lo hicieron, al cortarse con un cuchillo jamonero, por último en un alarde más de injusticia absoluta, ya se ha puesto en marcha la maquinaria de las condecoraciones policiales, gestándose en reuniones secretas entre algunos sindicalistas afines y algunos jefes, donde se reparten las propuestas de medallas entre los acérrimos al mando, todo ello para agregar a la tan ansiada lista a algunos que sin haber hecho merito alguno recibirán las codiciadas medallas junto a otros muchos que habiéndolas obtenido de manera totalmente merecida sirven de escaparate para camuflar las que se otorgan de manera injusta y arbitraria, una vez todo cocinado se preparara la reunión oficial donde el menú ya preparado es servido a los demás para darle la apariencia institucional necesaria, y donde expedientes y actuaciones impresionantes terminan en la papelera, para hacer hueco a los pactados con anterioridad, todo esto en lo referido a las conocidas como Blancas que no conllevan compensación económica alguna, si se trata de las pensionadas conocidas coloquialmente como roja, ya hablamos de palabras mayores, pues el análisis de alguna propuesta merece un capítulo aparte del que en su momento serán participes nuestros ciudadanos, por último desde esta institución somos totalmente conscientes de que cuando se muestran las miserias internas de cualquier colectivo, es desagradable para sus miembros, nada más lejos de la intención de esta nota de prensa, cuya única intención es la de que nuestros conciudadanos sepan realmente lo que sucede, y aun siendo triste tener que publicar ciertas cosas, el ocultarlas solo ayuda a que todo continúe igual, y que el malestar en cuanto al trato y funcionamiento de esta corporación termine repercutiendo en lo que verdaderamente importa, que es prestar un servicio de calidad a los ciudadanos.